Oración a San Benito
La oración a San Benito de Palermo es usualmente utilizada por sus múltiples devotos para su adoración, así como, para pedir su intervención en los problemas que les aquejan. Su intercesión para la obtención de diversos milagros siempre ha sido muy reconocida debido a la prontitud con la que da respuesta a las inquietudes de sus seguidores.
«Querido San Benito, piadoso franciscano, ejemplo de fe y humildad. Tú, que colmado de virtudes aguardaste paciente bajo los designios del Señor, llegando a ser coronado con la gracia de la ayuda al prójimo. A ti, modestamente acudo implorando tu bondadosa ayuda. Sea usted, quien interceda por mí causa ante la presencia del Creador, y estando en el reino de los cielos, pueda sin falta protegerme de todos los peligros que asechan al hombre en este mundo lleno de perversidad.
Con la bendición del Dios Padre resguárdame de mis contrarios y mis enemigos, no permitas que la manifestación del mal en cualquiera de sus formas pueda perjudicarme. No dejes que la tentación y el pecado se alojen en mi ser. Obra en mí, para que inspirado en tu piedad pueda alejarme de enfrentamientos sin necesidad, conflictos o riñas, y de todo aquello que pudiera hacerme mal.
Suplicante te pido que me ayudes para que tu intercesión me favorezca ante Nuestro Señor, logrando que las súplicas que hoy extiendo en tu nombre sean atendidas y pronto materializadas en bendiciones (hacer petición).
Acompáñame San Benito, durante las pruebas de la vida, en los momentos de mayor dificultad, ante la austeridad, y durante todas las aflicciones de la vida, para que bañado de tu energía pueda tener la fortaleza suficiente para levantarme y salir triunfante de las vicisitudes.
Tú, misericordioso San Benito de Palermo, que tienes un corazón siempre colmado de amor, caridad y clemencia hacia los que sufren, sin importar la naturaleza de su problema tú acudes sin dudar en su ayuda. Tú jamás abandonas al que te implora, ni le dejas a solas sin consuelo. Tú, bandera de esperanza, asistencia y fe.
A tu poderosa intercesión me apego acompañado de la certeza que escucharás mis ruegos y con tu ayuda obtendré la gracia de la resolución de mi conflicto.
San Benito, ferviente devoto de Jesús. Sometido a su voluntad soportaste tanto lo bueno, como lo malo para mayor gloria de tu servicio, y por ello, recibiste la dicha de gozar de la vida eterna en el reino de los cielos.
¡Oh glorioso San Benito! Ejemplo a seguir, en tu santidad nos refugiamos los afligidos para que seamos sanados por tu fluido celestial. Eres salud, eres salvación, avivas nuestro espíritu y nuestra alma. Alcánzame las bendiciones que tanto anhelo, en nombre de la gloria de Dios y para el bien de mi causa. Amén».
¿Quién es San Benito de Palermo?
San Benito de Palermo es también conocido como: San Benito el africano, el Moro o el Negro. Se estima que nació en 1524, en el pueblo siciliano de San Fratello, Italia. Es conocido como el patrón de Palermo, ciudad donde falleció. Su culto ha sido extendido por diversas comunidades, usualmente descendientes de esclavos negros americanos.
San Benito, fue afrodescendiente, hijo de esclavos manumisos. Se estima que sus padres trabajaron en una plantación adyacente a Mesina, luego de ser traídos de África. Sin embargo, Benito contó con la suerte de recibir la libertad de sus amos después de su nacimiento.
¿Qué se le pide a San Benito?
San Benito es ejemplo de devoción, de fe, de paciencia y sobre todo de una profunda humildad y servicio para la ayuda de los demás. Sus seguidores suelen hacerle peticiones para solucionar situaciones como:
- Por su carácter apacible y profunda sabiduría es un santo que ofrece buen consuelo y consejo a sus devotos.
- Es capaz de hacer llegar sus ruegos y su intercesión tanto a los reinos de los cielos, como convencer y ayudar con circunstancias que involucren altos dirigentes o mandatarios.
- Es un eficiente sanador, por lo que obra diligentemente en curaciones milagrosas.
- Se le invoca para la protección de los niños.
- Acompaña y bendice a los médicos en su labor para la sanación de sus pacientes.
- Ayuda a resistir las tentaciones.
- Favorece a los pobres y los mendigos para proveerlos de alimento y cubrir sus necesidades.
- Aleja las malas energías y es un excelente protector.
Oración a San Benito para pedir su protección
«¡Oh adorado San Benito! Tú que con tanta prontitud en tu contemplación obtienes comunicación íntima con Dios. Devoto incorrupto de la orden de los franciscanos.
Protector y defensor de las almas necesitadas, guía y consejero nuestro. Eres tú quien nos ampara ante las dificultades, y nos fortaleces cuando tenemos miedo, nos haces vencedores sobre las adversidades.
Cargado de humildad, imploro ser siempre merecedor de tu clemencia para que con tu bendición mis ruegos puedan llegar con prontitud hasta el trono del Creador. Resguárdame de toda maldad, de las injusticias, de las carencias, de la miseria, de los conflictos, las desgracias, las traiciones, la muerte y la enfermedad.
Escúchame San Benito de mi devoción, porque a ti acudo lleno de una profunda fe, solicitando que tus brazos me resguarden, que tu piedad me defienda, y que, bajo tu sublime consejo y protección cada día me encuentre más cercano y bendecido por Dios.
Magnífico San Benito de Palermo, mi amor hacia ti es un impulso que me guía día a día, tu sabiduría me inspira para alcanzar con éxito mis metas, sobre todo cuando creo que no puedo continuar te conviertes en un bastón que me levanta.
Agradecidos estamos tus muchos seguidores, porque milagroso eres San Benito, y tu gracia es repartida sin discriminar entre todos los que te pedimos nos extiendas tu mano. Que tu alma siempre esté llena de progreso por tu infinita bondad, a Dios Padre rogamos y también agradecemos hoy y siempre. Amén».
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Oración a San Benito y San Alejo
«Con la bendición de Dios Todopoderoso invoco la intercesión de San Alejo y San Benito. Santos de la corte celestial, benefactores del reino de los cielos.
¡Oh San Alejo! Tú que has sido colmado de la virtud de alejar la maldad. Tú, que alejas las dificultades y a todo el que pudiese causarlas. Te ruego que alejes de mis caminos a (pronuncia el nombre de su contrario), porque bien sabes que su presencia en mi vida es perjudicial.
¡Oh San Benito! Reflejo de bondad y sabiduría, a tus virtudes me apego, porque seguros estamos tus devotos que fuiste, eres y serás por siempre un ser de paz, te mantienes inerte ante los conflictos y no permites que caigamos en ellos. Por eso te ruego que alejes a (pronuncia el nombre de su contrario) de mi vida y de mis asuntos. Que tu valiosa intervención ponga fin a las confrontaciones que hemos venido atravesando.
Santos queridos de la corte de los cielos, San Alejo y San Benito, son ustedes los protectores que necesito ahora mismo para alejar todo el mal que me agobia. En sus manos dejo que (pronuncia el nombre de su contrario) se retire lo más lejos que sea posible de mí y para siempre, bien saben ustedes que su presencia me ha traído muchas desdichas.
San Alejo bendito, te suplico que no permitas que (pronuncia el nombre de su contrario), se acerque a mi familia, ni a mis amigos, si su intención es perturbar. Que, así como tú te alejaste sin dudar de tus bienes y de los tuyos, para emprender el peregrinaje de tu fe, así mismo, y sin avisar que (pronuncia el nombre de su contrario) emprenda su viaje por lugares ajenos a mi persona, para no volver jamás.
San Benito, santo bendito, por tu inmensa piedad saca de mi vida toda la desdicha que evite que pueda vivir felizmente en compañía de mis seres amados. No tengo lugar a dudas que tú intervención traerá la paz que tanto ansío, que estos conflictos que causan revolución en mi existencia serán revocados y alejados sin marcha atrás.
San Alejo, para ti no hay lucha imposible, la paciencia que aprendiste en ese largo viaje en el que tu único objetivo era ayudar al desamparado, te hace ser poderoso en la caridad para con los otros. Mantén entonces lejos, muy lejos de mí todo lo negativo, todo lo oscuro, toda maldad, toda provocación o tentación inducida por el demonio. Para que lleno de tu gracia alcance la calma y la tranquilidad de mi mente, mi cuerpo, mi alma y mi corazón.
Gracias Santos benditos, Alejo y Benito, sé que me han de favorecer y por ello nunca les olvidaré, presente estarán siempre en mis plegarias. En nombre del Padre, del hijo, del Espíritu Santo. Amén».
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Oración a San Benito para alejar todo mal
«San Benito de Palermo, San Benito adorado, gran compañero del humilde, que socorres al pobre y al necesitado. Santo que moras en los cielos, gozas de la bendición de San Francisco por haber sido un fiel seguidor de sus preceptos de fe.
A ti, en profundo ruego imploramos que nos hagas libres de todo mal, que la tribulación no se apodere de nuestros asuntos, que todos nuestros contrarios no logren dañarnos de ninguna manera.
San Benito, desde lo más profundo de tu corazón consuélanos. Llénanos de tu luz, de bendiciones, de protección, para poder ser cada día mejores seres humanos, más caritativos, más piadosos y prestos a la ayuda del que lo necesite, y de esa manera restituir de alguna forma toda la ayuda que tú nos das por la gracia de Dios.
San Benito, a ti solicito amparo y socorro, envuélveme de tu energía, limpia mi mente, mi corazón, mi cuerpo, mi alma y mi espíritu, para que así me encuentre resguardado sin permitir que nada pueda perjudicarme.
San Benito a ti clamo, creo en ti, en tu fortaleza, en la virtud que Dios te otorgó y en tu diligente ayuda, aleja de mi vida y hogar todas las sombras de oscuridad, sálvame de cualquier fenómeno que pudiese venir contra mí. En tus manos me entrego, en tu amor me cobijo. Gracias por ser mi guía, amigo, protector y compañero. Amén».
Oración a San Benito de Palermo para alejar malas personas
«Bendito san Benito, protector piadoso, espejo de paciencia, pureza, y paz. Santo de oídos atentos que escuchas sin vacilar a todo aquel que a tus pies va a suplicar.
Hoy, a tus pies me inclino, porque suplicante quiero hacerte llegar mis ruegos. El asecho de mis enemigos me tiene agobiado, y seguro me encuentro que tu intercesión me es suficiente para librarme de cualquier influjo maligno, envidia, de toda maquinación y daño que pusiese sufrir en manos de mis contrarios.
San Benito, te suplico lleves mis ruegos hasta el despacho del Creador, para que así sean aliviadas mis guerras y apaciguados mis sufrimientos, solucionando de una vez y por todas mis dificultades.
Sé mi amparo y protección ante cualquier ataque que deseen hacerme mis enemigos. No permitas que me dañen física, mental o espiritualmente. Aleja de mi lado al que con malas intenciones se me acerque, no permitas que sufra traiciones e injusticias. Escucha mi oración San Benito, en especial asísteme ante esta situación (Hacer petición y exponerle su problema al santo).
A tus pies dejo mi plegaria que va llena de toda mi fe y devoción hacia ti, querido San Benito. En ti deposito toda mi confianza y seguro de tu gran benevolencia, no tengo razones para dudar, pues siempre has sido ejemplo de fervor y caridad.
Que la gloria de Dios te acompañe por los siglos de los siglos, y que el Padre te reserve un puesto lleno de gloria en el reino de los cielos por tu especial abnegación con la que atiendes a todo el necesitado que clama por tu ayuda. Amén y que así sea».
Oración a San Benito para pedir un milagro.
«¡Oh San Benito de Palermo! Siervo de Dios. Por las divinas virtudes con las que fuiste honrado, y que sabiamente utilizaste para practicar curaciones maravillosas. Por ese don tan prodigioso, hoy te invoco de corazón.
San Benito querido, prudencia celestial, ahora mismo imploro tu presencia para que, en nombre de Nuestro Señor Jesucristo, me concedas esta milagrosa ayuda que te pido (hacer petición).
Vengo hasta ti con la mayor humildad para rogar por tu socorro, santo de extremada caridad. Con la plena certeza de que tu amor perpetuo me consuela y me calma con tu esencia, pues llegas a mí colmándome de todo lo bueno, y es allí cuando obra tu gran bondad en mi conciencia.
San Benito milagroso, eres profunda humildad y perfección religiosa. A ti elevo mi agradecimiento, donde quiera que me encuentro me sustentas, mi causa a ti te entrego, y paciente he de aguardar por el milagro que de seguro trabajaras en alcanzar con empeño. Amén».
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Historia de San Benito
San Benito en sus años más tempranos se desempeñó como pastor, lo cual, le permitió ganarse la vida. Más tarde, cuando se acercaba a los 20 años conoció unos ermitaños que seguían la regla de san Francisco, quienes le inspiraron en la fe de Cristo, y sin dudar, se unió a ellos siguiendo las ideas del santo.
Posteriormente, ingresa al convento de Santa María de Palermo, donde debido a su analfabetismo fue relegado al trabajo de la cocina. Desde ese lugar, dio muestra de su inmensa piedad y su admirable humildad. Su popularidad se debe a que se le atribuyeron prodigiosas curaciones, lo cual, motivó que fuese elegido prior en 1578.
Luego de eso, se convirtió en maestro de novicios, para volver posteriormente a la cocina. Después de su fallecimiento, pocos años más tarde, su cuerpo fue exhumado siendo encontrado incorrupto. Se convirtió en el patrón de los afroamericanos, y recordado por su inmensa tolerancia y comportamiento extremadamente paciente al enfrentarse a los profundos prejuicios raciales de su época.
Día de San Benito de Palermo
La veneración a San Benito es compartida por muchos países de América Latina, donde su devoción y celebración tiene variedad de fechas en el calendario, según las tradiciones locales. En algunos lugares, sus fiestas se celebran los días 27, 28, o 29 de diciembre, o en otros casos, los 4 de cada mes. En dichas celebraciones se realizan misas en su honor y sus devotos acostumbran a alabarle con extremo entusiasmo y algarabía, en agradecimiento por los favores recibidos.
Color
El color con el que se identifica este santo es el azul. A tal efecto, en sus procesiones se usan banderas de ese color. Se estima que el uso de tal tonalidad se relaciona con su sincretismo con la deidad africana «Ajé», la cual, tiene su potestad sobre las aguas azules del mar. Su culto es proveniente de las tierras de los Efik y Efok al sur de Nigeria, donde se le rinde devoción a esa deidad, y fue mezclado con la adoración al santo en cuestión, por los afrodescendientes traídos por los colonizadores.
Culto de San Benito en Cuba
San Benito de Palermo es un santo venerado especialmente en las iglesias católicas ubicadas en la provincia de Camagüey, de hecho, la «Parroquial Mayor», nombre por el que se conoce la Catedral de la ciudad, es un lugar de referencia para sus devotos. Allí podemos encontrar su imagen enclavada, la cual, se trata de una escultura de madera, recubierta en yeso, que cuenta con 1,30 m de altura, donde San Benito goza de rasgos relativamente juveniles, porta cabello rizado, gozando de un rostro cuyos ojos son muy expresivos y las características propias de su raza. Como se acostumbra, el santo está de pie sobre una nube y vestido de azul, el cordón que ajusta su cintura le cuelga hasta los pies y posee tres nudos de cada lado.
Su importancia dentro de la feligresía de Camagüey, tiene una connotación relacionada con la cultura del lugar. Primeramente, se cuenta que durante la epidemia de viruela que afectó la ciudad en aquel mes de marzo de 1888, se habían hecho infinidad de ruegos a diversos santos sin lograr apaciguar la crisis sanitaria, fue entonces, que un sastre de naturaleza afrodescendiente, decidió ofrecer una fiesta a San Benito de Palermo, cuya imagen se encontraba como de apoyo en una puerta de la Catedral.
Curiosamente, debido a los prejuicios raciales que aún predominaban para la época, en aquel agasajo solo participaron devotos de raza afrodescendiente, y solo se le permitió el recorrido en procesión por el barrio del Matadero, siendo esta la ruta escogida por las autoridades eclesiástica.
Las personas pertenecientes al lugar, sorprendidas por aquella inusual procesión le recibieron con mucha algarabía, llegando incluso a manchar la imagen sagrada del santo, al que se le solicitaba que intercediera ante la situación. La procesión volvió de inmediato a la iglesia, sin embargo, a partir de aquel momento San Benito de Palermo, se consagró como un santo camagüeyano.
Los Chimbángueles de San Benito de Palermo
Los chimbangueles son un grupo de tambores colgantes, que representan claramente la herencia de la cultura traída desde África por los esclavos. Durante su festividad anual, San Benito es agasajado de forma muy entusiasta por sus devotos, con música y danza, heredada de costumbres de antiguas culturas africanas que llegaron a América, en especial a Venezuela, que se fueron transformando, para dar como resultado una tradición popular que goza de una gran fuerza y vistosidad.
Entre tantas evidencias de la presencia negroide en la festividad de San Benito de Palermo, se pueden observar las voces que muestran vocablos africanos como: Chocho, Ajé, Misericordia, Sangorongome vaya, Chimbangalero vaya, las cuales representan los golpes de tambor que se realizan durante el recorrido de la procesión del santo, donde una cantidad de personajes conocidos como: Mayordomo, capitanes, vasallos, entre otros, custodian su imagen y su festejo.
La festividad del Santo Negro se celebra desde principios de octubre y hasta principios de enero, aunque, es posible que se toque el chimbanguele durante el año por motivo de alguna promesa o agasajo especial al santo.