Oggún: Orisha de los metales del panteón Yorubá

Oggun

Oggún es reverenciado como el Orisha de mayor fuerza física entre las 200 divinidades del panteón yoruba. Se le considera dueño de la herrería y de todos los metales. En consecuencia, también es considerado amo de todos los objetos que son realizados con esos materiales, por ejemplo: de los instrumentos de trabajo, quirúrgicos, tecnológicos y por supuesto, de las armas, que le han convertido en una deidad particularmente influyente en las guerras gracias a ese elemento, y a su condición de guerrero en compañía de su carácter violento y explosivo.

Por lo tanto, su energía también está presente en todos los minerales, en las montañas, en el bosque, la sábana y en todos los matorrales del monte. Es el protector de los herreros, mecánicos, ingenieros, físicos, químicos, cirujanos, militares, cazadores y de todos los profesionales o artesanos que trabajen con metales.

Si hablamos de Oggun como deidad, está entre las más antiguas divinidades creadas por Olodumare. Él es uno de los Ada Orun, es decir, que fue creado al principio de los tiempos directamente por Dios, y su función más primitiva es darle forma al principio creador del Todopoderoso. Una de sus primeras acciones fue moldear los cuerpos celestes, a través de la composición de lo que hoy conocemos como las leyes físicas.

Su jerarquía es tan elevada que en ausencia de Obatala, él está autorizado para presidir el Consejo Divino, por ser la deidad más antigua después de este. Durante la gestación del feto ejerce su influencia en la creación de los huesos del esqueleto humano.

Su habitad natural es la espesura del monte donde trabaja incansablemente. Conoce todos sus misterios y se mueve a plenitud. Es el inseparable compañero Ochosi, y de su hermano Elegua; Orishas con quienes conforma la trilogía conocida como “los guerreros”, viven siempre juntos tanto en el monte como en sus fundamentos que, normalmente son colocados en la entrada de las casas de los iniciados en la regla de Osha e Ifa (también conocida como santería).

Ogún Santería

Además, es considerado un brujo muy diestro conocedor de los secretos de la hechicería y las guerras espirituales ocasionadas a través de los Eggun.

Entre sus potestades, se le atribuye ser el encargado de la inmolación de los animales que se ofrecen en sacrificio a todos los Orishas, por lo cual, es dueño de la matanza (ceremonia que incluye algún sacrificio animal), ya que, tanto el cuchillo, como la fuerza física ejercida para tal ritual le pertenecen y gracias a ello, se dice que come durante esta, incluso antes que Eleggua, debido a su participación esta acción.

Los yorubás definen a Oggún como un artista maestro, debido a que se le atribuye la labor de dar los toques finales al trabajo escultor de Obatala. También se le encomiendan las circuncisiones, las marcas tribales, los tatuajes y todo lo relacionado con operaciones quirúrgicas. Considerado el Santo protector de los huérfanos.

En Nigeria tiene una función muy particular en la realización de los juramentos, las alianzas y los convenios. Esto se debe a que es considerado el guardián de la verdad de Ifa. En tierras africanas se cree vehementemente, que quien jure falsamente o que viole un pacto en el que Ogun ha sido testigo, no escapará de su juicio y sentencia que, por lo general, se manifiesta en accidentes terribles. Adrián de Sousa Hernández (2005), en su libro Los Orichas en África, afirma que:

«En la actualidad, cuando un yorubá practicante de la religión tradicional es llevado a la corte de justicia, se le pide que jure sobre Oggún (representado por un pedazo de hierro) en lugar de sobre la Biblia o el Corán». (p. 92).

Dentro de la ambivalencia que poseen sus rasgos, también se interpreta que Ogun puede tener actitudes de autosuficiencia, terquedad e impulsividad, las cuales, ocasionan grandes revoluciones y conflictos, convirtiéndose en un Orisha por momentos solitario y resistente, o maleable y protector, tal como podría resultar el metal según sean las condiciones a las que se someta.

¿Quién es Oggun?

Diane Caudillo (2007), en su escrito Prayers to the Orishas a look at santería, señala que: «Ogún tiene la reputación de ser violento y de mal genio, pero esta no es toda la historia. Puede ser invocado para obtener fuerza y apoyo, resistencia y perseverancia». (p. 8). Esto quiere decir que, más allá de esas características, es necesario profundizar en su naturaleza para responder sí verdaderamente, ¿Ogun es bruto?, una pregunta recurrente dentro de su culto en las prácticas afrocubanas.

Esta interrogante nace de algunas interpretaciones erradas sobre Ogun que, lo señalan como un Orisha «bruto» o carente de inteligencia, afirmación que es bastante falsa e incoherente. Si bien, su personalidad y naturaleza física está cargada de una gran fuerza que, junto a su título como guerrero, hace que sea descrito como un Orisha hostil y destructivo, como se ha explicado anteriormente, esto es solo una faceta de este Orisha.

Oggun en Nigeria es símbolo de una elevada jerarquía dentro de todas las perspectivas que se analice. Otra referencia que podríamos citar es que, originalmente las labores realizadas por los herreros tenían gran estatus dentro de la sociedad. Es decir, no se trataba solo de un trabajo de fuerza física, por tanto, relacionar a Oggun con esa labor resalta su importancia.

Este Orisha es capaz de desarrollar excelentes habilidades que requieren del uso del conocimiento acompañado de la destreza física, un ejemplo de ello es su sabiduría en las artes de la hechicería, la medicina ancestral, el trabajo de los metales, su influencia en la evolución de las ciencias, la química, y la física, entre muchas otras habilidades que han sido razones suficientes para encomendarle importantes atribuciones.

Adicional a ello, es el padre de la cultura, símbolo de la evolución humana. Está presente en el desarrollo del ser humano desde el principio de los tiempos, en las herramientas y técnicas primitivas, hasta los avances tecnológicos e industriales de la actualidad. Es decir, que es el principio de la transformación en base al conocimiento. Así lo afirma Ifa Orilana Aworeni Odumola Sowunmi (2009), en su libro La naturaleza de los Orisas, cuando afirma que:

«Ògún es quien abre camino al hombre en la elaboración de útiles prácticos a la vida, y a la socialización, el trabajo en común, la ayuda, el trabajo entre los grupos sociales para sustentarse luego a la realización de un proyecto en común». (p. 169).

Su presencia ha sido necesaria para que podamos ser lo que somos hoy en día. Y no solo se limita al tema de los instrumentos, también hace parte de la comunidad. Oggun es el trabajo productivo en equipo y la naturaleza social en el ser. Todo esto ha sido para el beneficio de la humanidad, pero a la vez, ha causado conflictos y dado origen a las guerras. Como se puede apreciar, su energía ha sido determinante en la forma en la que el hombre ha moldeado su historia.


Herramientas, atributos y potestades de Oggun

Su fundamento está constituido por una otá (piedra) que vive dentro de un caldero de hierro con tres patas que contiene como herramientas: un cuchillo, una pala, un rastrillo, una lanza, un martillo, un yunque y un arco con una flecha. Adicionalmente, se le pueden colocar como refuerzo todo tipo de herramientas de hierro como: cadenas, herraduras, clavos y trozos de línea del tren, ganchos para guindar reses, freno de caballo, espadas, cuchillos, picos, palas, masa de metal, todo tipo de armas, entre muchos otros.

En sus santuarios en tierra Yorubá se le colocan plumas de gallo rojo, que representan su autoridad; un horno de fundición, un raíl de línea y una mandarria.

La herramienta más característica de Oggun en la regla de Osha e Ifa (santería) es el machete, y en Nigeria la espada doble filo, con los que libra todas sus guerras, abre las brechas necesarias para avanzar en el camino entre el mundo espiritual y terrenal, así como, entre la espesa maleza. Esas armas también están cargadas de un simbolismo con connotación sexual, ya que, representa su gran virilidad, fuerza y masculinidad.

Herramientas de Oggun

Debido al sincretismo, en las tradiciones afrocubanas el día de Oggun es el 23 de abril. Sin embargo, su celebración ocurre de una manera distinta en Nigeria, donde se realiza un festival en su nombre, conocido como el «festival de los Vivos y los Muertos», siendo este uno de los más importantes en Ife, Ilesa, Ondo, entre otras regiones yoruba.

Durante los tres días en que se lleva a cabo esta conmemoración, cuya fecha es determinada previamente, por el consejo tradicional de jefes de Ife, se realizan: sacrificios, toques de tambor, bailes, cantos, rezos, y procesiones ceremoniales dirigidas por el Ooni desde su palacio, hasta el sepulcro de Oggún, donde se realiza el ritual de cruce de espadas.

Una leyenda muy curiosa sobre este evento es que está prohibido pelearse mientras se realiza el festival, debido a que se cree que: «nunca se sabe quién está a nuestro lado, podría ser un espíritu o un mortal».

Con respecto al número sagrado de Ogún, se le atribuye el 7 y sus múltiplos. También es identificado con los dígitos 2 y 3. En relación con el número 7, este siempre ha tenido un carácter sacro desde tiempos y culturas muy antiguas. Los Babilonios, asociaban el número 7 con los cuerpos celestes; también se relaciona con: las capacidades intelectuales, la buena fortuna, la sabiduría, la perfección, y con las proporciones, formas y dimensiones de los cuerpos de la naturaleza. Todos estos, elementos con los que Oggun guarda una profunda relación.

Imagen de Oggun

Dentro de las costumbres afrocubanas sus colores son el verde y el negro, pero, también se relaciona con el rojo, añil, blanco y morado. Sin embargo, Adrián de Sousa Hernández (2005), sostiene que: «El color asociado con esta deidad en tierras yorubá es el azul índigo».

La vestimenta o el traje característico de Oggun consta de un chaleco y pantalón corto, normalmente de tela de saco o de tela de sus colores. Utiliza un sombrero y un bolso cruzado sobre el pecho y un mariwo (cinturón de tiras de hoja de palma seca) colgando en su cintura.

«Ògún confeccionó sus primeras ropas, con Maríwo (frondas de palmera), y las hebras del Maríwo le sirvieron para cubrir su cuerpo. Temperamental y aguerrido infundía temor y mucho respeto a los moradores de la tierra antigua».

Ifa Orilana Aworeni Odumola Sowunmi. La naturaleza de los Orisas. (2009, p. 171).

El collar y el ilde (pulsera) de Oggun es elaborado con cuentas de color verde y negro organizadas en múltiplos de 7 y 3. Las hierbas (Ewe) que se utilizan dentro de los rituales y obras de Ogun son: Mar pacífico, peregún, ciruela amarilla amarga, albahaca morada, aguacate, algarrobo, albahaca cimarrona, bejuco san pedro, calalú, carbonero, caña santa, cardo santo, diez del día, fisco, hierba fina, jengibre, pimienta china, piñón lechoso, quiebra hacha, quimbombó, tabaco, yerba mora, yuca, entre otras.

Durante las celebraciones rituales, cuando este Orisha incorpora a algún caballo de santo, su baile es muy recio, lleno de gracia y destreza, pero, cargado de fuerza y virilidad. Baila sosteniendo el machete, realizando movimientos que simulan estar apartando la maleza o utilizando sus herramientas de trabajo. Suele ser un Orisha muy serio y sus consejos están llenos de mucha sabiduría.

Los seguidores de Oggun en Nigeria, trabajadores del hierro y del acero, cazadores yorubas, soldados, choferes o forjadores, no inician sus labores sin encomendarse y rendirle los respectivos tributos a esta deidad, en espera de su protección contra accidentes y ayuda en sus labores.

Orisha Oggun

En la santería, también se le pide a Oggun que intervenga en los asuntos laborales de sus devotos, tanto para obtener un empleo, como para protegerse al realizar las labores del mismo cuando involucran el uso de instrumentos metálicos. En las situaciones relacionadas con la salud, Oggun también es oportuno, sobre todo si involucran operaciones quirúrgicas. En los casos de guerras y conflictos, confrontaciones tanto físicas como espirituales (guerras de brujería) Oggún es invocado como guerrero para que nos proteja y nos haga ganar la lucha.

De igual forma, Oggun es un Orisha que propicia la prosperidad y el desenvolvimiento. También, se le asocia con limpiar el camino o quitar barreras, por lo tanto, es invocado, para defendernos ante dificultades que no podemos quitar en el recorrido hacía nuestros objetivos.

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Historia y leyendas sobre Oggun

La cultura yoruba cree que, en la encarnación terrenal de Oggun fue el Ooni, es decir, el rey de la ciudad de Ife, y de la ciudad de Iré en Nigeria, sucesor de Oduduwa luego de su desaparición. Es por ello, que su culto lo identifica como un antepasado deificado, a la vez que también es descrito como una divinidad primigenia.

Una popular historia de Oggun como ancestro, expone que es reconocido como un poderoso guerrero que participó en diversas confrontaciones con los enemigos que asechaban a su pueblo y a su padre. Es por ello, que Odduduwa le otorgó el reino de Ire, como reconocimiento por sus méritos. En ese lugar es conocido como: Ogun Onire.

«Se cuenta que el actual rey de Iré (onire de Iré) se proclamó descendiente de Ogún, reconociéndolo como primer rey de esa población, y dice también, que él (Ogún), no estuvo mucho tiempo reinando allí, y que abandonó el pueblo de forma muy dramática».

Shangó Omo Asa. El poder de Orisha. (2021, p. 29).

Sin embargo, existen otras regiones de Nigeria donde también se le realiza una profunda adoración a este santo, lo cual, da origen a que sea conocido por otros nombres o costumbres, conservando como siempre su esencia fundamental.

Historia de Oggun

Volviendo a la leyenda, se dice que luego de una agotadora batalla, Oggun regresó a Ire, encontrando reunidas a las personas de su pueblo en Ajo Oriji, es decir, en una asamblea donde el saludo estaba prohibido, pero, desconocía que se llevaba a cabo ese ritual y se sorprendió porque nadie lo saludaba. Acto seguido, con su machete tocó los barriles de vino de palma que se encontraban en el centro de la asamblea, pero estaban vacíos. Entonces se sintió ofendido, una gran furia creció en su interior y arremetió contra sus propios súbditos.

Al sentirse agotado reaccionó, observando lo que había hecho, viendo la desgracia que había provocado, por lo que consternado enterró su espada en la tierra para siempre, y luego sentó sobre ella y desapareció; prometiendo que siempre acudiría al llamado de su gente. Recordemos que, para el yoruba, los Orishas o ancestros héroes, dignos de culto, no mueren, ellos desaparecen, y esta es una muestra más de esa perspectiva mitológica al respecto.

Pataki sobre la llegada de Oggun a la Tierra

Oggun es una de las divinidades más antigua creadas por Olodumare (Dios). Su odu isalaye (en el que baja a la Tierra) es Ogunda meyi. En este Odu de Ifa se identifica como «el descubridor del camino», porque lideró la segunda misión de reconocimiento para poblar el mundo, trasladándose desde el cielo a la Tierra; misión que le fue encomendada gracias a su sobresaliente fortaleza. Shangó Omo Asa (2021), refiere que:

«Se dice que vino acompañado de un perro y una gran hacha de metal, con la que abrió camino a los demás Orishas, por eso es que se dice que Ogún realmente es el que abre caminos y no Eleguá, si bien Eleguá es el que cuida las encrucijadas o cruces de caminos, él propiamente, tiene otras relaciones con la apertura de posibilidades y muy relacionadas con el Ashé de Olodumare del cual es su custodio». (p. 27-28).

Su historia, cuenta que cuando Oggún fue encomendado por Olodumare para venir desde el cielo a poblar la Tierra, accedió a realizar su misión, pero, no se molestó en solicitar consejos ni consultó con los adivinos del cielo, ya que, consideraba que al poseer tanta fuerza no lo necesitaba. Tan pronto como recibió de Dios la orden de partida, emprendió su marcha de inmediato. Olodumare le concedió 400 seguidores para que le acompañaran. Al llegar a la Tierra se dio cuenta del error cometido al no preparar la partida como era necesario.

Sus acompañantes mortales enseguida tuvieron hambre, pero, al no traer alimento se vieron en la necesidad de comer palos, motivo por el cual, enfermaron y comenzaron a morir. Ogun al ver tal situación volvió rápidamente al cielo a informar de la infortunada situación y del fracaso inminente de su misión. Olodumare convocó a Olokun, la divinidad del agua, para que dirigiera la segunda expedición a la Tierra. Quien, acompañado de 400 seguidores, al igual que Oggun, partió a la Tierra sin realizar sacrificio alguno, encontrándose, al llegar, con la misma desafortunada situación.

Olokun recomendó a sus seguidores que se alimentaran con agua, muriendo posteriormente de hambre, obligándole a regresar al cielo sin obtener el éxito en su misión. Seguidamente, la misma misión le fue encomendada a Orunmila, quien acompañado de 200 hombres y 200 mujeres bajaría a la Tierra con intención de poblarla una vez más. Orunmila consultó con su fiel sirviente, Okpele, para realizar los preparativos apropiados para alcanzar el triunfo en su misión, este le vaticinó que el éxito le aguardaba.

Luego de eso, acudió a los adivinos más ancianos del cielo para que le ayudaran en la planificación de su misión. Fue atendido por el awo Ogunda‑Meji quien le solicitó 6 cauris y le recomendó que recolectara una muestra de cada planta y animal comestible del cielo y lo llevara consigo; también le indicó que debía sacrificar un macho cabrío a Eshu y que le pidiera que le acompañara en su camino a la Tierra para cumplir su misión. De esa manera tendría la victoria asegurada.

Realizó todas las acciones indicadas y acudió de nuevo a Olodumare para obtener la bendición final antes de partir, solicitándole que le permitiera bajar a la Tierra en compañía de «Ule» la divinidad de la vivienda, Dios le indicó que no enviaría a dos divinidades a la Tierra a la vez, sin embargo, le aseguró que si tenía éxito podía enviar a Okpele de regreso al cielo a buscar a Ule y contaría con su autorización.

Tan pronto como Orunmila emprendió su camino, Eshu fue a notificarle a Oggún que Orunmila se dirigía a la Tierra utilizando el camino que él había labrado. Oggún molesto bloqueó el camino. Orunmila envió a una rata a buscar el camino y antes que regresara fue enfrentando por Oggún quien le reclamó que no le notificó lo que pretendía hacer. Orunmila le indicó que justamente para eso había enviado a Eshu hasta él, ante la veracidad de su respuesta Oggún abrió paso para que continuaran su viaje haciendo que Orunmila le prometiera que alimentaría a sus seguidores con palos al igual que él lo hizo.

Continuó la macha mientras Eshu fue a notificarle a Olokun que Orunmila se dirigía a la Tierra a triunfar donde él había fracasado. Olokun molesto provocó que un gran rio bloqueara su camino. Orunmila envió a un pez a buscar el camino y antes que regresara fue enfrentando por Olokun quien le demandó que no le notificó lo que se proponía realizar. Orunmila le indicó que justamente para eso había enviado a Eshu hasta él, ante la certeza de su respuesta Olokun retiró el agua para que siguiera su viaje haciendo que Orunmila le prometiera que alimentaría a sus seguidores con agua, al igual que él lo hizo.

Al llegar a la Tierra, Orunmila solicitó a sus seguidores masculinos que limpiaran el monte y construyeron chozas temporales y luego plantaran los frutos y semillas que él había traído desde el cielo. Al caer la tarde, todos exhaustos se retiraron a descasar. Mientras dormían, Eshu hizo que germinaran las semillas y se multiplicara los animales. Cuando despertaron al amanecer, se encontraron con alimentos suficientes para satisfacer sus necesidades.

Este fue el primer milagro realizado por Orunmila en la Tierra, como una manifestación directa de los sacrificios que él había realizado antes de partir del cielo, que le permitieron triunfar en su misión, poblando el mundo exitosamente.

Para cumplir con las promesas hechas a Ogun y Olokun, indicó a sus seguidores que antes de comer cortaran palos del monte, los masticaran durante un tiempo considerable y seguidamente tomaran agua. Esa solicitud es realizada hasta la actualidad, es por ello, que la humanidad comienza el día mascando palos (cepillando los dientes) y se enjuaga la boca con agua.

Pataki sobre la relación entre Oggun y Ochosi (en la unión está la fuerza)

Pataki de Oggun

Una de las reglas básicas de la santería o religión yoruba es que Ogun y Ochosi siempre andan juntos, de hecho, en la tradición afrocubana se entregan y viven juntos en su fundamento. Incluso, en el libro Defendiendo Nuestras Tradiciones II, Gámez, Conde, y Águila de Ifá señalan que:

«Con respecto a Oggún y Ochosi, en algunas regiones de Nigeria estos dos Orishas tienen una relación estrecha y de mucho tiempo atrás, Oggún y Ochosi andaban juntos y se adoraban, de hecho, su adoración era muy similar. En muchas tierras comen casi lo mismo y tienen las mismas características. En muchas tierras nigerianas, cuando Oggún come se hacen tres disparos al aire para llamarlo y cuando come Ochosi, se dispara una vez al aire para llamarlo». (p. 11).

Esta creencia nace de una historia que está plasmada en el odu de Ifa Ogunda Masa que relata lo siguiente: Ocurrió que, aunque Oggun manejaba bien el machete, tenía siempre su comida muy lejos de su alcance, porque cuando él veía la presa, empezaba rápidamente a cortar las malezas del bosque para poder llegar hasta esta, pero el ruido y el tiempo que demoraba, hacía que su presa se fuera, por eso se lamentaba porque no podía cazar.

Por otro lado, Oshosi sufría porque lograba darle muerte al venado, pero en cambio, no podía ir a cogerlo entre las malezas del monte. Entre tanto, Eshu le decía a Ogun que había otro cazador más poderoso que él, y lo mismo le decía a Ochosi, ocasionando una enemistad entre ellos, a pesar que no se conocían, llegando a vivir los dos intrigados.

Oggun, decidió a ir a ver a Orunmila, y éste le hizo osode (adivinación) y lo mandó a hacer ebo. Al mismo tiempo, Oshosi hizo lo propio. Ambos realizaron las limpiezas recomendadas y salieron a colocarlas en un arbol que Ifa les había indicado.

Ogun puso su ebo en la mata y se recostó en el tronco, al poco tiempo, llegó Ochosi a dejar su ebo y se encontraron allí.  El cazador dejó caer su sacrificio sobre Ogun, lo cual ocasionó una fuerte discusión entre ellos. Sin embargo, al rato los ánimos fueron calmados y una vez que se reconciliaron ambos se pusieron a hablar de su mala situación, lamentándose de que, a pesar de ver la comida, ambos no podían cogerla.

Entonces, Ochosi vio un venado a lo lejos, sacó su flecha y le hizo blanco. Y al mismo tiempo le decía a Oggun: «Usted ve que no lo puedo coger». Ogun, con su machete abrió un trillo y al instante, ambos llegaron al lado del venado y se lo comieron. Y desde entonces, ellos entendieron que separados no eran nadie, por lo que se unieron para siempre, haciendo un pacto en la casa de Orunmila. Esta es la causa por la que siempre se entrega a Oggun junto a Ochosi, porque en la unión está la fuerza.


Sincretismo: ¿Quién es Oggun en la religión católica?

Sincretismo: ¿Quién es Oggun en la religión católica?

La mayoría de los Orishas del panteón yoruba tienden a ser sincretizados con varias deidades de la corte celestial de la religión católica. Fernando Ortiz (1940), en la Revista Bimestre Cubana decía al respecto que:

«En la religión, el negro fue comparando sus mitos con los de los blancos y creando así en la gran masa de nuestro bajo pueblo un sincretismo de equivalencias tan lúcido y elocuente, que vale a veces lo que una filosofía crítica y le abre paso más desembarazado a formas superiores y libres de concebir lo sobrenatural…» (p. 181).

Es así, que nace el sincretismo del Orisha Ogún, que en oportunidades puede ser identificado como San Miguel Arcángel, motivado a la paridad que los define como guerreros capaces de acabar con cualquier enemigo (recordemos que San Miguel Arcángel derrotó al demonio). Ambos portan una vestimenta confeccionada en metal que les sirve de armadura y como herramienta fundamental nunca les puede faltar un arma empuñada en su mano.

Sin embargo, el sincretismo más significativo de Oggún se relaciona con San Pedro, quien es conocido como: «la piedra sobre la que se edificó la iglesia de Cristo». Su relación simbólica va más allá del hecho de que Pedro sea el poseedor de las llaves del cielo, cuyo material de elaboración es el hierro, convirtiéndolo en una evidente presencia de Oggún en la práctica de esa potestad, pues, la energía del Orisha se encuentra presente en todos los metales.

Para comprender a profundidad este sincretismo, es necesario analizar la personalidad de ambos personajes. Pedro resulta ser un hombre astuto y sencillo, pescador de profesión, esto denota que poseía una habilidad en sus manos que le generó el sustento, hasta convertirse en «pescador de hombres». Más allá de su ferviente fe, ha tenido momentos de debilidad y ha cometido errores como el hecho de negar a Jesucristo, lo que reparó posteriormente, al dedicarse a la evangelización y aceptar el calvario de su muerte.

En Ogun, podemos ver, de igual manera, ese tipo de situaciones, sus acciones por momentos resultan impulsivas, y para repararlas trabaja incansablemente, asumiendo su calvario como una labor propia, sin ningún tipo de queja. Lo vemos con claridad al internarse al monte a trabajar día y noche o al sostener la Tierra durante la eternidad.

Por otro lado, San Pedro resulta ser el patrón de los pescadores, constructores, reparadores cosechadores, panaderos, carniceros, zapateros, cerrajeros, relojeros y albañiles; profesiones en las que indudablemente participa Ogun facilitando sus herramientas de trabajo y estimulando su fuerza física.

En otro sentido, Pedro es considerado una de las tres columnas de la Iglesia de Jerusalén en compañía de los apóstoles Santiago y Juan; Oggun por su parte pertenece a la trilogía básica que da apertura a los caminos, conformada por los guerreros, acompañado por Eleggua y Oshosi.

Aun así, la característica que hace decisivo su sincretismo es la relación que estos guardan con las cadenas, rasgo fundamental en la veneración de San Pedro que hace indiscutible la presencia implícita de Ogun en su culto.

La historia cuenta que Herodes Agripa, nieto de Herodes el Grande, molesto con la iglesia católica hizo apresar a Pedro por ser su representante, la noche que pretendía sacarlo de cautiverio para llevarlo a juicio, él dormía con sus manos encadenada a cada lado, custodiado por un par de soldados.

Un ángel apareció esa noche despertando a Pedro, y al tocarlo sus cadenas cayeron al piso. Los cristianos entendieron el poder energético que poseían esas cadenas al considerarlas «bendecidas» por la presencia del misionero encomendado a la visita de Pedro, y fueron custodiadas con profundo cuidado atribuyéndosele poderes curativos y sanadores en adelante.

Durante 3 siglos las cadenas se resguardaron en Jerusalén. En el año 437 d.C., Eudocia, quien era hija del emperador Tedocio el Joven, mandó a construir una iglesia en la colina Esquilina en Roma, donde fueron veneradas las cadenas de San Pedro.

Se cree que otras cadenas que se usaron durante los nueve meses de encarcelamiento de Pedro fueron guardadas con igual devoción. Cuenta la historia que en el siglo XI, León I recibió las cadenas resguardadas de San Pedro y al compararlas entre sí, se unieron espontáneamente. Actualmente, son resguardadas dentro de un relicario en la basílica que lleva su nombre.

En consecuencia, resulta imposible pasar por alto la importancia de este elemento de hierro en ambos cultos.  Para los yorubas, con toda certeza, la energía de Ogun reposa en las cadenas, además, recordemos que cuando Obatala baja a la tierra para terminar el proceso de la creación encomendado por Oloddumare, Ogun forjo para él la cadena por la que bajó hasta la Tierra, y que luego, este guardaría por poseer el Ashé del Orisha de los metales, por lo tanto, su sincretismo con San Pedro está más que justificado, y la relación de Oggún dentro de la veneración de San Pedro es evidente. 

En otras culturas provenientes de África como el Palo Mayombe de origen Bantú, Oggun es sincretizado con Zarabanda, deidad del monte, dueño del metal y de la guerra, a quien de igual forma, se le atribuye el poder de dar fortaleza a los devotos para obtener el éxito en sus luchas.

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Oraciones y saludos especiales

La manera en la que se invoca o se alaba a los Orishas dentro de las prácticas yorubas constituye una de sus prácticas más fundamentales, debido a que a través de los rezos ceremoniales es posible conectar efectivamente con su energía. En el caso de Ogun su saludo tradicional es: ¡Ogun yee!

«La alabanza a las divinidades revela no solo sus atributos, sino también las creencias de los devotos en que sus alabanzas llamarán la atención de las divinidades y ellas escucharán las solicitudes o deseos».

De Sousa Hernández, Adrián. Los Orichas en África. (2005, p. 91).

Rezo (Oriki) a Ogun traducido

Ba san ba pon ao lana to. Bi obi ba pon ao lana to. B’orogbo ba pon ao lana to.

(Elimine el obstáculo del camino. Cuando la nuez de cola está madura es cuando abre el camino. Cuando el resultado amargo está amargo, es cuando abre el camino).

B’yay yay ba pon ao lana to. B’eyin ba pon ao lana to. Da fun Ògún awo.

(Cuando la fruta está madura es cuando abre el camino. Cuando la fruta de la palma está madura es cuando abre el camino. Ogún le entrega su secreto).

Ni jo ti ma lana lati ode. Òrun wa si is salu aiye. Fun ire eda. Ase.

(Bailando a las afueras se abre el camino. El cielo viene a la Tierra. Para el beneficio de todas las personas. Asé).

Canto a Oggun

A través de los cantos, Ogún es atraído y su energía propiciada para obtener las bendiciones que estamos buscando. Una canción de Oggun muy popular es el siguiente:

Guía: Ogundé Arere, Ilé gbogbo lokuowa, Ogún wa nilé, Ogún walona, Ilé gbogbo Ogún oké.

Traducción: Ogún Arere está en la casa, todos le saludamos a su llegada, en esta casa todos estamos con el señor del hierro, que está en el cielo / y la loma.

Guía: Awaniye o Ogún mariwó, Awaniye o Ogún mariwó Ogún afomodé, Onile abere mariwó, Ogundé Baba.

Traducción: Ogún es el mayor en el mundo y, aun así, sigue haciendo ruido. Señor del hierro no abandone hoy a sus hijos en esta casa. Queremos saber si usted seguirá haciendo ruido (guerra). Ogún usted es nuestro padre.

Guía: Awaniyé ko ma she irawo.

Traducción: El mayor de este mundo detiene su trabajo cuando salen las estrellas.

Coro: Awaniyé, Awaniyé ko ma she irawo, awaniyé.

Traducción: El mayor de este mundo. El mayor de este mundo detiene su trabajo cuando salen las estrellas, el mayor de este mundo.

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Consideraciones finales

Ha quedado claro que, Ogun es definido como la divinidad del hierro y los metales en la religión yoruba. Sin embargo, con respecto a esa característica particularmente violenta, es necesario hacer una acotación, porque, normalmente, es utilizada como su virtud principal, a veces hasta única.

Evidentemente, la fuerza de Oggun es incalculable, y efectivamente está presente en todo lo que implique violencia, fuerza y guerra, pero no como principio energético que provoque la guerra, simplemente su energía es parte de ese tipo de situaciones, sobre todo por ser parte de la esencia de las herramientas, o de las acciones físicas del hombre. Pero, el uso de su energía es responsabilidad individual.

¿como es oggun?

Efectivamente, desde las historias más antiguas del yoruba primigenio Oggun ha sido una deidad de gran fuerza y envergadura «el guerrero vestido de sangre y mariwo», pero, también posee gran cantidad de virtudes que sobrepasan esa característica. Por ejemplo, Ifa Orilana Aworeni Odumola Sowunmi (2009), manifiesta que:

«A Oggun se le relaciona como vestido de sangre, por su labor como partero, como asistente a los alumbramientos, sí, una visión que muy poco se trabaja en occidente, pero él también es el partero, mucho antes de que se le transformara, gracias a unas deformaciones necesarias de la historia. Cuando el hombre africano estaba en su tierra, destacaba las características más nobles del Orisa, pero una vez fue cautivo en su esclavitud, rezaba por Oggun, el guerrero sangriento que viniera por él, para socorrerlo y liberarlo de la opresión». (p. 173).

Tiene sentido esta afirmación, dado que, por una parte, mientras más investigamos sobre esta deidad encontramos que posee asombrosas cualidades y que muchas de ellas han sido olvidadas en el tiempo y, por otro lado, es totalmente lógico que el yoruba en américa se centrara en atraer la naturaleza luchadora de su deidad guerrera, para propiciar la energía que le hiciera salir de la amarga situación en la que se encontraba al ser esclavizado, o por lo menos, poder contar con la fortaleza para resistirla.

Referencias bibliográficas

  • Águila de Ifá; Gámez, Leonel & Conde, Eduardo (s.f.). (2012). Defendiendo nuestras tradiciones (II) Disponible en Águila de Ifa. Sociedad Yoruba de México y Águila de Ifá Foundation.
  • Águila de Ifá. (2015). Leonel Gámez Osheniwó. Enseñanzas de un Amigo, un Hermano, un Maestro. Águila de Ifá Foundation.
  • Caudillo, Diane Elizabeth. (2007) Prayers to the orishas a look at santería.
  • De Sousa Hernández, Adrián. (2005). Los Orichas en África. Una aproximación a nuestra identidad. Editorial De Ciencias Sociales.
  • Ifa Orilana Aworeni Odumola Sowunmi. (2009). La naturaleza de los Orisas. Rosebud Ediciones.
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  • R. Prandi, «African Gods in contemporay Brazil», International Sociology, p. 652.
  • Shangó Omo Asa. (2021). El poder de Orisha. Publicación independiente.
  • Silva, Mari. (2021). Orishas: La guía definitiva de las deidades africanas orishas y su presencia en el yoruba, la santería, el vudú y el hudú, con una explicación de la adivinación del dilogún.

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