Oke: El Orisha de la loma y las alturas

Oke

Oke es el Orisha que acompaña a Obatala. Indispensable en las consagraciones de Kari osha en la regla de Osha o santería afrocubana. Relacionado con la armonía de las energías espirituales emanadas de Olodumare (Dios) y con la madre tierra.

¿Quién es Oke?

Oke es el Orisha que vive en la loma. Su energía en la naturaleza se manifiesta en las grandes montañas y en los sitios de gran altura, donde la tierra tiene altas elevaciones, lo que demuestra que es una espiritualidad que tiene una considerable ancestralidad, pues las formaciones rocosas gozan de mucha antigüedad. La traducción de su nombre «Òké» en leguaje Yoruba significa:  altura, elevación, y grandeza.

Se cree que Oke físicamente es de tez blanca, y cabellos entrecanos. Es por ello, que se representa con una piedra blanca que simboliza los macizos montañosos. Su adoración propicia la fertilidad, tanto en las cosechas como en los seres humanos. Su culto es común las áreas Yorubas donde existen elevaciones. Vive como vigilante de los peligros inminentes que pudiesen asechar a las demás divinidades.

Se cree que su culto es originario de Abeokuta e Ibadán, Nigeria. En su tierra se le reconocía como guardián del territorio, sobretodo en la guerra que se libraba con Ifé. Su refugio está ubicado en la montaña de Oshuntá, lugar desde donde se propagó su culto y adoración.

El festival anual de Oke se celebra en Ijio, Nigeria. Es uno de los Orisha que integra la trilogía conformada por Ogue y Orisha Oko. Estas tres deidades equilibran las energías que emana la tierra. Es hermano de Oshosi y de Inlé. Compañero inseparable de Obatala.

Espiritualmente Oke es la representación de la perfección del estado original del hombre, cuyo nacimiento es propiciado por Olodumare y al terminar su ciclo terrenal debe volver a él. Por lo tanto, guarda una estrecha relación con los misterios de Olofin y el poder otorgado a la madre tierra.

Dentro de la regla de Osha tiene la importantísima atribución de contribuir con la confección del machuquillo producido a través de las hierbas sagradas del igbodun (cuarto de santo), por lo que está presente de forma indispensable en el Ashé del Orisha, al igual que resulta muy efectivo para la fabricación de todo tipo de polvos.


Collar

No posee elekes (collares) específicos.

Colores de Oke

El color de Oke es el blanco, debido a la estrecha relación que posee con Obatalá, Orisha con quien comparte su poderío sobre la loma.

Número de este Orisha

Su número es el 8. Este dígito posee una vibración muy especial que se conecta con la abundancia producida por el trabajo duro que conduce al éxito. Además, guarda relación con el equilibrio y los misterios de la armonía espiritual, de hecho, su figura es perfectamente simétrica, lo cual es asociado con la proporcionalidad y el control.

Sopera de Oke

En Abeokuta e Ibadán, los rituales de Oke se ejecutaban realizando la adoración de su fundamento directamente sobre el suelo, haciendo contacto con la energía de la Tierra, y su secreto era cubierto con una jícara pintada de color blanco, la cual, poseía un orificio en su parte superior donde se le inmolaban los animales del sacrificio. Esa igba solo era destapada cuando se iba a utilizar el fundamento para algún ritual o sus eboses establecidos.

En las costumbres de la santería o regla de Osha, existen varias prácticas con respecto al receptáculo donde se aloja el fundamento de este Orisha, que varían dependiendo las costumbres de las casas de santo. En algunas costumbres es colocado en una freidora de barro plana, o en un plato blanco, y cubierto con algodón. En otras costumbres más comunes, vive en el canastillero, al lado o dentro de la sopera de Obatala.

Hierbas

Sus hierbas favoritas son: alacrancillo, bejuco guaro y candelilla. Además, comparte las hierbas utilizadas por los Obatala, como: atiponlá o tostón, almendro, algodón, agracejo, aguinaldo blanco, aguedita, albahaca de clavo, artemisa, arroz, abrojo terrestre, ajo, acebo de la tierra, azafrán, bledo blanco, campana, canutillo, coralillo blanco, chirimoya, dormidera, diamela, estropajo, guanaba, galán de día, jazmín de la tierra, seso vegetal, tamarindo, tuna, trébol, hierba lechosa. maravilla, y yagruma,

Odu Isalayé ¿En que signo bajo a la tierra?

El Odu de Ifá que acompañó a la Deidad Oke en su viaje del Cielo a la Tierra es: Baba Ofun Meyi. A través del diloggún habla mediante el Odu: Eyeunle tonti Eyeunle.


Puedes leer: ¿Quién es Obatala?


¿Cómo se recibe Oke?

El fundamento de este Orisha se recibe junto a Obatala. Se conoce como un Orisha de fundamento, es decir, que no se asienta, pero, se recibe en todas las consagraciones de kariosha.

Historia de Oke

orisha oke

En la tierra de Ibadan, de donde proviene Oke, es conocido con el nombre de «Atajue Olomu Ore». Cuenta su historia que cuando se libraba una gran guerra con Ife, Oke se refugió en la montaña de Oshunta, acudiendo donde Orunmila para realizar adivinación, quien lo miró con el Odu de Ifa: Baba Eyiogbe, recomendándole que hiciera sacrificio con: 2 palomas, 4 mangos, una tinaja, palos de diversos árboles, tela: blanca, roja, amarilla y azúl, el ebbo fue realizado de inmediato. Con esas telas Oke se cubría para vencer y salvarse de sus enemigos, porque él es hijo de Egiogbe y así fue que reinó en Oshunta.

¿Cómo se atiende a Oke?

Para atender a Oke se agasaja con todo tipo de frutas, en especial las frutas arenosas y las que se acostumbran ofrecer a Obatala. También se le puede atender con velas blancas, ñame, leche, dulces, oñi (miel de abejas), awado (maíz tostado), y demás ingredientes de la mesa de santo.

Los animales que se le inmolan son: chiva, chivo, gallos, gallinas, palomas, y guineas. Usualmente come junto a Obatala.

Beneficios de recibir Oke

Este es un Orisha fundamental para los consagrados en la regla de Osha. Su función principal es la confección del Ashé para la ceremonia de coronación del iniciado. Además, su fundamento viene a la vida de santero a contribuir con el equilibrio dinámico de su espiritualidad propia y la conexión que se mantiene con la energía vital de Olodumare (Dios). Ayuda a fomentar la armonía espiritual que nos vincula con todas las espiritualidades de la creación.


¿Qué se le pide a Oke?

Al Orisha Oke normalmente se le pide su intervención en los asuntos relacionados con:

  • En las consagraciones de kariosha contribuye para que gocen del Ashé emanado de Olodumare.
  • Ayuda a mantener el buen funcionamiento de la salud, tanto física como espiritual.
  • Beneficia la fertilidad, los embarazos y tener buenos partos.
  • Se le pide para que los esfuerzos sean bien recompensados, tal como la siembra que da buenas cosechas.
  • Favorece los procesos de comprensión de los misterios del destino y la propia existencia.
  • Se le encomienda la protección para gozar de una espiritualidad fresca, encontrar la iluminación y la trascendencia.

Rezo de Oke

«Abana titimo mowuayw yiku kan como lomo osi ataye olomu ore abana titimo omgrogun aye un mai mai pitilla toke titila toke. Ashé».

Obras con Oke

Obra para refrescar los caminos

Se buscan 4 hijas de Obatalá para que preparen Omiero de 8 hierbas de ese Orisha. Esta ceremonia se hace cuando el sol esta fuerte. Se le canta a Obatalá y se le va pidiendo, se le pone ñame, y eko a Oke. Se le da de comer chivo blanco. El chivo se abre y se le echa cascarilla, manteca de cacao, aceite de corojo y miel, se coloca frente a Oke abierto, al otro día se pone al pie de una loma con algodón, al lado de una mata de yagruma y se llama a Oke para que le ayude a solucionar sus circunstancias. Durante cuatro días continuos la persona entrará al cuarto donde se encuentra el santo, siempre vestida de blanco y se rogará la cabeza con manteca de cacao, cascarilla, y coco fresco.

Obra comenzar el año con buena fortuna al pie de Oke

Durante los primeros 16 días del año, se pone a Oke en el suelo tapado con una jícara y se le coloca a su alrededor 7 huevos, saludándolo por las mañanas con este rezo:

«Oke mowuako Oke mowuao aye ayare baba pitila toke, ayari baba iku otemi, arun otemi, ofo otemi, eyo otemi, bogbo osogbo unlo. Ire umbo airku, ire owo, ire omo, ire ashegun ota colonaddio, bogbo ire yale tesi timbelaye.»


Patakies, historias y leyendas de Oke

Como Ejiogbe ayudó a Oke a resistir el ataque de sus enemigos.

Ocurrió que a Oke, la montaña, se le aconsejó que hiciera sacrificio a causa de los planes malévolos que sus enemigos estaban preparando en su contra, él lo hizo de inmediato. Acontecía que el machete y la azada estaban tratando de destruirlo. Justo después que Oke realizó el sacrificio, la azada y el machete salieron en dirección a sus tierras con el objetivo de destruirlo, pero no pudieron ni siquiera arañarle el cuerpo. La montaña incluso, creció más. Él se regocijó y le dio las gracias por siempre a su adivinador, Orunmila.

Cuando le robaron su cosecha.

En este camino, Oke veía que todo el mundo, tanto personas como animales, venían y le comían toda su cosecha, fue hasta casa de Orunmila para ser aconsejado. Ifa le recomendó los sacrificios oportunos. Se le dijo además, que pusiera piedras chinas pelonas alrededor de la loma y tres palos para que pusiera las banderas y alambre de cerca, y que dejara el ebo en la loma.

Enseguida, con los palos y el alambre de púas realizó una cerca, colocó la sábana blanca un día, al otro día la colorada y al otro la negra, de manera que cuando vinieran la gente y los animales para acabar con la cosecha de la loma, no reconocían como acceder a ella porque había neblina, y tropezaban con la cerca, miraban y lo veían todo blanco y se iban.

Al otro día volvieron y lo veían todo colorado. Y al otro día lo veían negro. Viendo que no daban con la cosecha de Oke, lo dejaron todo por perdido y se marcharon para no volver más a molestar a Oke.

Pataki: El cosechero y su siembra en la loma Oke.

En este camino, había un cosechero que vivía y tenía una siembra en Lerí Oke, pero tenía muchos enemigos entre hombres y animales. Aquel hombre que se llamaba Ofun, quien se fue a consultar con Orula, y le vio este Odu, se le indicó los materiales necesarios para confundir los ataques de sus arayese y así poder evitar que siguieran interfiriendo con su prosperidad.

Ofun llevó los objetos para hacer lo que Orunmila le indicó. Al llegar sus contrarios a las adyacencias de Oke dijeron: «este no es el lugar al que nosotros veníamos». Pasaron tres días y volvieron, pero, Ofun había cambiado nuevamente el ebbo, confundiéndolos una vez más, haciendo lo mismo a los tres días posteriores en los que hicieron un último intento. Finalmente, llenos de mucha confusión los enemigos de Ofun decidieron no volver de nuevo hasta sus tierras, pues quedaron convencidos que estaban equivocados del lugar donde lo estaban buscando; fue entonces, que de esa manera pudo vencer a sus arayeses y prosperar en sus tierras con sus cosechas.


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