Orisha Oko: Deidad Yoruba de la Agricultura

Dentro de la cosmología yoruba, Orisha Oko es quien protege las cosechas y los arados. Es la deidad del campo, el espíritu de la tierra, el agricultor que nos alimenta con sus cultivos. Símbolo infalible de la vida porque contribuye con la existencia de los medios para sostenernos, propiciando que obtengamos de la tierra, los alimentos necesarios para sobrevivir.
Su nombre resulta una referencia exacta de su significado y su potestad. Según el lenguaje yoruba, la palabra «Orisa Oko» es interpretada de la siguiente forma: Orisha se refiere a ídolo o deidad; y Oko puede significar tanto granja, como pene. Esto quiere decir que su nombre hace referencia a su conexión con la procreación y la inseminación como símbolo de fertilidad y de reproducción, y su influencia en el ciclo de la vida.
Sus seguidores, también pueden referirse a Orishaoko como: la deidad del campo, el espíritu de la granja, de la agricultura o la tierra fértil, el juez celestial, o el Rey de la ciudad de Irawo. Así mismo, Adrián de Sousa en su libro Los Orishas en África, indica que otros nombres con los que se le identifica son:
«… Osoko, Orisa-Agba-Lagba-Irawo, Oroko, Oloosooko u Olorisa Ako, se cree que tenga por nombre primitivo Ayedjennov» (p.169).
En Cuba, se considera que su padre es Obatalá y su madre Yembó; y en las costumbres tradicionales, coinciden en que tiene un especial vínculo con Ogun, Shango, Obatala, Orunmila, y Koricoto. Además, existen diversas leyendas que lo identifican como esposo de Olokun, cuya relación terminó en grandes conflictos, luego que éste revelara sus defectos. Sin embargo, nunca lograron estar del todo separados, ya que, el mar y la tierra siempre viven juntos. En otro de sus avatares, también mantuvo una relación amorosa con Yemaya.
Siendo el responsable directo de la prosperidad en la tierra, uno de los seres vivos que resulta su mejor aliado y mensajero son las abejas, cuya labor es imprescindible para mantener el equilibrio ecológico en la naturaleza y, por ende, para que la existencia humana sea sostenible. Sin la polinización, el rendimiento agrícola se vería amenazado, desapareciendo algunas frutas y perjudicando considerablemente, las fuentes de alimentos. Esto, es un ejemplo de lo fundamental que resulta Orishaoko para la subsistencia.
«Se dice que cuando las abejas vuelan por encima de la cabeza de una persona devota, es que le está señalando que va a traer felicidad y prosperidad. Las abejas, como trabajadoras organizadas y como símbolo de sabiduría, plasman en los devotos del Orisha esas cualidades del carácter del Orisha. Pero también, las abejas le ayudan a polinizar, es decir, transportar el polen de las plantas y flores a través del campo fértil». (p.70).
Shangó Omo Asa. El poder de Orisha. 2021.
Orishaoko representa el ciclo de la vida misma. La vida y la muerte. Es por ello, que se dice que posee dos personalidades que afloran al transcurrir el día. Mientras alumbra la luz del sol, se presenta como un hombre puro y recto, pero, al caer la noche se transfigura convirtiéndose en una mueca, que algunos señalan que se trata de Ikú (la muerte).
Como su energía habita en la tierra (especialmente en la tierra arada, sembrada y cosechada), también, se le atribuye la labor de recibir los cadáveres que le son entregados por la Orisha Yewá. Es decir, así como él alimenta a los vivos, después de su muerte todos los seres devuelven lo recibido alimentando a la tierra. Es de esta potestad que nace su capacidad de apaciguar a Ikú, y conseguir que una persona que está a punto de morir sea perdonada, mediante las obras oportunas (dar de comer a la tierra con los sacrificios de alimentos y animales correspondientes).
Por otro lado, debido a su participación activa en la dinámica productiva que abastece de alimento a los seres vivos, forma una importante trilogía con los Oshas: Oke y Oggue, quienes, a su vez, también son responsables de las cosechas, las lluvias, el fuego del interior de la Tierra, y los animales.
Con respecto a su historia, las costumbres yorubas señalan que Orisha Oko fue el fundador de la ciudad de Irawo. Antes de eso, era cazador. Pero, al establecerse, se dedicó al cultivo de la tierra con la ayuda de su buen amigo Oggun, quien le fabricó un arado de hierro que facilitaba su trabajo.
La tradición señala que luego de recoger su primera cosecha, rompió un tabú que le traería serias consecuencias. Se comió el primer ishu (ñame) que le pertenece a la madre tierra y que debía ser ofrecido en una ceremonia especial.
Las consecuencias de sus actos fueron terribles, terminó enfermando de lepra, siendo desterrado de la ciudad, en compañía de su esposa. Se asentaron en el bosque, donde descubrieron el poder de las semillas para la siembra y la capacidad sanadora de las hierbas, a tal punto, que recuperaron su salud y volvieron a Irawo a compartir sus conocimientos para el beneficio de todos. Sobre este pasaje Shangó Omo Asa (2021) cuenta que:
«Aún después de muertos no fueron olvidados, y quienes los conocieron y se sirvieron de sus conocimientos, comenzaron a llamarlos: los que entraron en el seno de la tierra para continuar otra existencia. A esto se debe el dicho común entre los yorubá: Orisaoko wole Irawo, que significa Orishaoko entró en el seno de la tierra en el pueblo de Irawo». (p.72).
El rol central de Orishaoko en la Santería y sus características particulares
En los seres humanos, esta deidad simboliza la fuerza de voluntad. Representa la fertilidad, la fecundación, la estabilidad, la permanencia, la perseverancia, la firmeza, la supervivencia, la fortaleza, los ciclos de la naturaleza, la agricultura y los sentimientos intensos y duraderos.
Es el patrono de los agricultores, pero, también es considerado el árbitro de todas las disputas, sobre todo cuando se trata de los conflictos en los que están involucradas las mujeres. Incluso, se le atribuye la potestad de ser el juez en los juicios de los Orishas.
Si quisiéramos identificar físicamente, ¿Cómo es Orisha Oko? Lo más lógico sería recrearlo como un hombre de brazos fuertes, con los rasgos propios de un agricultor, con su respectivo sombrero de paja (característica adquirida en Cuba), piel bronceada por el sol y conduciendo dos bueyes con los que ara la tierra para depositar las semillas con las que alimenta a los seres vivos.
Sobre su personalidad, se estima que es muy laborioso y discreto, que sabe guardar los secretos profundamente, y que posee grandes habilidades para la consulta y la adivinación.
En cuanto a los colores que identifican a Orisha Oko, los principales son el rojo y blanco. El color rojo le fue otorgado por el Orisha Shango con quien tiene una especial relación y representa la circulación de la sangre que no se detiene, tal como lo hace el ciclo de la vida. El blanco, por su parte le fue concedido por Obatala, y representa la esencia del semen, con la que realiza su misión principal que, como ya se ha mencionado, es la fecundación.
De hecho, dentro de las prácticas tradicionales, los consagrados en su culto, suelen pintarse una línea vertical roja y blanca en su frente en alegoría a su consagración. Sin embargo, en las costumbres afrocaribeñas, sus collares son confeccionados con cuentas rosadas o lilas y azules turquesa bastante pálidas, a veces son adornados por corales o se le incorporan cuentas blancas rayadas de rojo.
Dentro de la adoración a Orishaoko, los pueblos yorubas celebran festivales anuales que aclaman su influencia en las cosechas. En Nigeria, se realiza el festival «Iwa Ji», que representa la conmemoración del ñame nuevo, anunciando el final de la recolección de los frutos de la tierra y el inicio de un nuevo ciclo de siembra. Por lo general, se realiza entre los meses de junio o julio. En Cuba, debido a las prácticas heredada del sincretismo, la diáspora estableció que su día se celebra el 15 de mayo, y con respecto a la semana, le corresponden los días lunes.
Ha quedado claro que este santo, representa la prosperidad en todos los sentidos. Por lo tanto, al analizar ¿Qué se le pide a Orishaoko?, se observa que sus devotos suelen realizarle peticiones para alcanzar la abundancia y estabilidad, a través del trabajo fructífero; en época de sequía, se le implora para que ayude a enviar la lluvia, o la detenga en épocas de fuertes condiciones climáticas; se le pide que mejore los estados de salud y evite la muerte prematura; también es oportuno en las situaciones de conflictos, donde se requiere mediación y resolución de disputas; y desde luego, influye de forma favorable para concebir niños. Fundamentalmente, es un Orisha que se invoca y se recibe para atraer la estabilidad tanto de la salud como, de la productividad.
El Odu Isalaye de Orisha Oko (signo de Ifa en el que baja a la Tierra) es Iwori Bode. El tratado de ese signo explica cómo surgió el culto a este Orisha en la ciudad de Rawo (cerca de Oyo), y las recomendaciones que, él mismo indicó, que debían seguir sus devotos y consagrados para agasajarlo y alcanzar sus bendiciones, tal como se establece a continuación:
«Todo hombre que quiera practicar mi culto y colocarse dentro de mis descendientes (formar parte del clan de Oko) deberán ofrendar ñame y llevar hacia la casa de Ja Osa (sacerdote de Orisha Oko, cuyo nombre significa <el que domina o regula la vida>) las dos puntas de las raíces impregnadas en aceite. El Ja Osa deberá poner una parte de la ofrenda en la tapa de la calabaza, en la cual, ya estarán los cuatro pedazos de kola, y una parte de esta ofrenda de ñames. Todos aquellos que quieran consagrarse a mi culto no deberán comer ñames de la cosecha nueva, sino hasta tres meses después de haber llevado éstos a la casa de Ja Osa y su familia. El primer día de la ofrenda, el Ja Osa sacrificará una gallina pintada (guinea) sobre la calabaza donde se halla la kola, hará correr la sangre sobre la calabaza y la mezclará con los pedazos de nuez de kola. Después de esto, todos tocarán tambor y bailarán. Mis descendientes que desean tener hijos, deberán venir con ofrendas a casa de Ja Osa e implorarme durante esta época. Todo niño nacido después de estas ofrendas y estas plegarias, deberá traerme cada año un sacrificio, porque él será mi hijo, aunque sus padres pertenezcan ya a mi clan». (Odu de Ifa: Iwori Bode).
¿Cómo se consagra Orisha Oko en la santería? Herramientas y atributos
Todos los iniciados en la regla de Osha-Ifa afrocubana pueden, y deben recibir el fundamento de este santo en algún momento de su vida, tanto aleyos (no consagrados) como Olorishas están autorizados a participar en su iniciación. En ese sentido Shangó Omo Asa (2021) señala que:
«Es el Orisha que todo consagrado en Osha debe tener, pues representa la estabilidad de vida, salud, desenvolvimiento, la vitalidad, la fertilidad, y es a él, a quien se le solicita ayuda y asistencia para concebir hijos; también para la estabilidad de la vida misma, para mantener a raya a la muerte. (p.70)».
En la santería, la entrega de su fundamento, normalmente, se realiza a partir de una ceremonia que dura tres días. Durante el primer día, se ofician los rituales para su consagración, acompañados por un sacrificio, donde se le da de comer a la tierra con todos los enceres e ingredientes de costumbre (frutas, granos, carnes de res, cerdo, pescado, huevos, y se inmola: un chivo, un pollo, una paloma, una guinea, entre otros). Adicional a ello, se le da de comer a la Orisha Yemaya, quien será la encargada de transmitir el mensaje de Orisha Oko a través de su diloggun (caracol) durante el Ita.
El segundo día se deja de reposo. El tercer día se realiza la ceremonia de «Ita Imale» a través de la cual, la deidad transmitirá sus recomendaciones para la vida del iniciado.
En el caso de los hijos de Orisha Oko, es decir, cuando se trata de su ángel de la guarda, no se recibe como Orisha tutelar, o no se consagra directamente. Para que sus hijos se consagren en Kariosha, se les hace “Yemayá con oró para Orisha Oko, lo que significa que será esta Orisha la que asumirá la función de Orisha tutelar de su hijo, conservando siempre el respeto y la posición de su ángel de la guarda. Debido a este vínculo tan especial con Yemaya, el número que lo identifica es el 7. Con respecto a su receptáculo, es una vasija o un caucho de barro pintado de rojo y blanco, el cual, se rellena con tierra arada.
Ahora bien, el fundamento de Orisha Oko también puede ser entregado por los babalawos, siendo llamado en las prácticas afrocubanas «Orishaoko de Ifa». Su ceremonial y configuración presenta ciertas variaciones con respecto al que entregan los olorishas (santeros), pero, conserva el mismo poder y valor. En ese sentido, Leonel Gámez y Águila de Ifa, en su libro Defendiendo Nuestras Tradiciones II, señalan que:
«El Orisha Oko de Ifá Afrocubano, tiene su carga debajo y lleva sus dos bastones que descansan en la cazuela de barro, pero son chicos, no como los de Nigeria. Aun cuando son similares, son solo formas diferentes de adorar una misma divinidad, dentro de la misma religión, pero en tradiciones diferentes que fueron creando sus propias variantes». (p.18).
Este fundamento debería vivir al aire libre, por lo tanto, se recomienda a sus iniciados que, al recibirlo, procuren ubicarlo en espacios donde pueda estar en contacto con los elementos de la naturaleza. De hecho, cuando se le va a dar de comer (ofrecer sacrificio) al fundamento de Orishaoko, lo ideal es que el ceremonial se realice fuera de la casa.
Otro elemento fundamental para este Orisha es su bastón, conocido como «Opa Orisa Oko» que, en las prácticas tradicionales, en Nigeria, es elaborado por los herreros de Irawo, a partir de las azadas que le ofrendan sus seguidores. Su diseño tiene una particular forma fálica en uno de sus extremos, que simboliza la importancia de la energía de este Orisha en el proceso de la fecundación, y su influencia en la fertilidad. Dentro de la regla de Osha, este bastón es confeccionado en madera, adornado con cuentas y cauries (caracoles). Las herramientas que posee su fundamento son:
- Una mano de caracoles.
- Una otá recogida en el campo.
- Una cazuela de barro pequeña.
- 7 caracoles tirabuzón o de tierra.
- Un labrador esculpido en metal con su sombrilla.
- Dos bueyes tirando un arado. Los bueyes, son propios de la tradición afrocubana y corresponden a una alegoría a su sincretismo con San Isidro Labrador. Con respecto al arado, esta figura hace alusión a la potestad principal de la deidad, representando al pene en su proceso de penetración, como símbolo de la fecundación del campo, y de la vida misma.
- 2 cocos secos cargados y pintados de rojo y blanco (Osun y Efún), y una teja colocada de manera horizontal, pintada con rayas de los mismos colores. Estos elementos también son un símbolo fálico que guarda relación con la potestad del Orisha explicada anteriormente.
- Para invocarlo se utiliza un acheré o güiro pintado con rayas de sus colores.
Otro elemento de gran relevancia en el culto de Orishaoko son sus hierbas o plantas sagradas. Su leyenda cuenta que, al adquirir un profundo conocimiento sobre la botánica en el bosque, logró sanar su cuerpo de la enfermedad (lepra). Entre las más comunes que se utilizan en sus rituales y obras tenemos: los bejucos colorado, boniato, lechero, perdiz, y guaraná. Hierba bibijagua o campana, aguacate, jiba, ñame, peregún, chirimoya, fruta bomba, mango, calabaza, maíz, malanga y peonía.
Orisha Oko en la religión católica (Sincretismo)
El sincretismo es un fenómeno que surge entre los esclavos pertenecientes a los pueblos yorubas que fueron traídos a Cuba, en el cual, sus deidades fueron fusionadas o relacionadas con santos católicos, debido a la imposición de la nueva religión que les fue otorgada por los colonizadores. Por lo general, este tipo de situaciones, surgen de la mezcla de varias culturas que buscan la manera de sobrevivir y coexistir, dentro de un contexto en especial. El diccionario de la Real Academia Española (2022) define el sincretismo como:
«Combinación de distintas teorías, actitudes u opiniones. Sistema filosófico que trata de conciliar doctrinas diferentes».
A partir de esta combinación, la diáspora afrocubana sincretizó a Orisha Oko con San Isidro Labrador, tomando en cuenta que su historia lo describe como un labrador mozárabe que se desempeñó al servicio de terratenientes españoles, siendo reconocido como el santo patrón de los agricultores. En su culto, su cuerpo era utilizado en procesiones del siglo XV para rogar que cayera la lluvia en época de sequía.
La iconografía de este santo es muy interesante, y no cabe duda, que sus símbolos coinciden enormemente con los utilizados por los afrocubanos para identificar a Orishaoko. A pesar de que San Isidro ha sido pintado por muchos artistas, las imágenes alegóricas de este Santo siempre lo muestran vestido con un traje de campesino, portando un azadón en su mano derecha, acompañado de otras herramientas agrícolas como: palas, hoz, aguijadas, mayal, o arados. También podemos observarlo asistido por bueyes.
Las razones por las que se generó este sincretismo saltan a la vista, tanto San Isidro como Orisha Oko son símbolos de la vida sencilla de los campesinos, del trabajo duro y el esfuerzo, así como, el contacto con la naturaleza.
Patakies: Mitos y leyendas de OrishaOko
Los Patakís dentro de la cultura Yorubá ejercen una función fundamental dentro de su sistema de creencias. A través de ellos, se recrean todo tipo de situaciones que explican la vida y obra de los Orishas y, a su vez, transmiten todo tipo de enseñanzas al colectivo. Un ejemplo de ello, es la siguiente historia, que expone la razón del vínculo existente entre Orisha Oko y Shangó.
Cuando Shango nació, su nacimiento fue generado por obra y gracia de Olofin y Olodumare. En ese momento, Olofin exclamó: ¡Ese es mi hijo! Y será entregado a la Orisa Dada Abañeñe para que se encargue de su crianza.
Fue así, que Olofin le entregó a Dada todo lo que hacía falta para su crianza y mantenimiento. El tiempo pasó, y Shango fue creciendo siempre con la bendición de su padre, quien le iba enseñando todos sus secretos, porque él deseaba con mucha fuerza tener un hijo en la Tierra.
Olofin visitaba a su hijo cada 6 meses, de esa forma lo iba guiando en el desarrollo de su vida. Cuando Shango se convirtió en un hombre se fue de la casa de Dada Bañeñe. Cuando Olofin fue a verlo como acostumbraba, se sorprendió al enterarse que su hijo no estaba allí, lo cual, le preocupó enormemente.
Olofin decidió visitar a Orunmila quien le hizo Osode (adivinación) y le vio el Odu Odi Bara, indicándole los sacrificios correspondientes, los cuales, fueron realizados con premura. También le recomendó que debía otorgar una gracia o un premio a la persona que encontrara a su hijo Shango.
En aquel momento, bajo el sol inclemente, se encontraba Orisha Oko labrando la tierra mientras cantaba: «yenibo misesere yenibo miserere», sorprendentemente, desde las entrañas de la tierra salía una voz que le contestaba su canto.
Orishaoko al escuchar aquello, presionó el arado con más fuerza y dentro de las piedras que yacían en el suelo una se convirtió en hombre y acto seguido se volvió a convertir en piedra. Orishaoko la guardó con mucho cuidado, metiéndola en uno de sus bolsillos.
Al finalizar su faena de trabajo, se dirigió a casa de Olofin, para contarle la historia del asombroso hallazgo que había realizado en el campo. Olofin al escuchar su historia se llenó de alegría y muy emocionado le dijo: «Dame esa piedra que te has encontrado, porque es una Odu Ara, y ese es mi hijo Shango, a quien tanto he estado buscando».
De esa manera, Olofin bendijo a Orisha Oko otorgándole la gracia que había prometido y le dijo: «Desde hoy, serás el Rey de la tierra para siempre y el amigo más cercano de Shango, por esa razón, siempre pintaras una teja de color blanco y rojo para adornar tu casa».
Referencias
- Águila de Ifá; Gámez, Leonel & Conde, Eduardo (s.f.). (2012). Defendiendo nuestras tradiciones (II) Disponible en Aguila de Ifa. Sociedad Yoruba de México y Águila de Ifá Foundation.
- De Sousa Hernández, Adrián. (2005). Los Orichas en África. Una aproximación a nuestra identidad. Editorial De Ciencias Sociales.
- Diccionario de la lengua española. Actualización 2022. Real Academia Española. Edición del Tricentenario.
- Ifa Orilana Aworeni Odumola Sowunmi. (2009). La naturaleza de los Orisas. Rosebud Ediciones.
- Shangó Omo Asa. (2021). El poder de Orisha. Publicación independiente.