Oya (Yansa): Orisha del viento en la religión Yoruba o Santería

Oya

Oyá, deidad del panteón Yorubá considerada en África como «la divinidad de las arboledas». Por otro lado, tanto en Cuba como en Nigeria, se le atribuye el poder sobre las tormentas y los tornados que arrasan con todo a su paso como símbolo de su carácter furioso. Su poder sobre los truenos que anuncian los rayos demuestra que ella está haciendo eco de la llegada de su esposo Shango, deidad dueña del rayo.

¿Quién es Oya?

Oya es la deidad relacionada con el mercado y con el cementerio, donde podemos encontrarla en la puerta. También vive en la atmósfera, en la esencia del aire puro que otorga la vida a los seres de la creación. Además, de ser la Diosa de los vientos, se le atribuye la potestad sobre la respiración, principio básico de la vida, pero también, sobre los huracanes, los cambios en la presión atmosférica que estimula los movimientos de las masas de aire que se desplazan por todo el globo terráqueo; interviene en la condensación de las nubes, en la polinización, y en el cambio de las estaciones climáticas.

¿Quién es Oya?

Dentro de las prácticas afrocubanas, se cree que en su transitar terrenal su padre fue Oye y su madre Afabile que es un camino de Obatalá. Se identifica como hermana de Oshun, con quien guarda una estrecha relación, de hecho, se dice: «no hay Oyá sin Oshun, ni Oshun sin Oyá»; también es hermana de Yemaya, con quien se dice erróneamente que tienen una rivalidad. Y, tiene otra hermana menor conocida como: Ayao.

Su verdadero amor fue Shango, de quien se cree que tuvo dos hijos conocidos como los Ibellis: cuyos nombres son Kaewo y Kainde. Por otro lado, se dice que sostuvo una relación con Ogun y que vivió con Olokun, con quien concibió un hijo que lleva por nombre: Eshu Alaketu.

Por otro lado, en tierras Yorubas, existen diversos mitos de la tradición oral antigua que describen el origen del nacimiento Oya, en ellos se suele mezclar la imagen que se tiene de Oya como mujer encarnada y deificada por sus méritos dentro de la comunidad, y la naturaleza de Oya como Orisha o Ebora creada directamente por Olodumare.

Como Ebora, se le atribuye la participación en compañía de las Orishas femeninas, en el grupo de las Geledé, que son las madres ancestrales que al inicio de los tiempos enfriaron la Tierra para que fuese habitable. Con respecto a su tránsito por la Tierra, las leyendas afirman que solo realizó una venida a este mundo. Naciendo en la región de Ira, donde es llamada «Oya Onira» traducido como: cabeza mayor de Ira, siendo reconocida como la dueña del río Níger.

Foto de Oya

También es conocida bajo los nombres de: Yanzan, Yanza, Iyansan, Iya mesa mesa u Okara Ini La Loyin. En la tierra de los fons se le atribuye el nombre de: Avesán y en Dahomey se le llama Adañe Kuruñé, cuyo significado es: la valerosa cadavérica.

Para el lucumí, Oya siempre ha representado una deidad fuerte y misteriosa, que no muestra su rostro con facilidad. Guerrera por naturaleza, diestra en las artes militares, maneja con gran habilidad el machete. Tiene un temperamento bastante fuerte que no tolera faltas. Conocida, además, como feicíta, es decir, como secretaria de Olofin.


Características de la Orisha Oya

Orisha Oya

Oya es una Orisa fuerte y misteriosa, que no muestra su rostro con facilidad. Guerrera por naturaleza, es diestra en las artes de la guerra y maneja con gran habilidad el machete. Tiene un temperamento bastante fuerte que no tolera faltas. Es una esposa abnegada y una madre que, a pesar de ser a veces severa, es capaz de sacrificar lo que sea necesario por proteger a sus hijos.

La función de Oyá es de relevancia dentro del panteón Yoruba o en la santería. Ella personifica el significado de la mujer como tal, más allá de la maternidad que podría simbolizar Yemaya, y más allá de la feminidad, como lo podría hacer Oshun. Oya es la presencia y la influencia de la mujer en la Tierra, la forma como se proyecta, el rol que asume, la existencia misma de la mujer, a la par del hombre, como individuo que puede hacer cualquier cosa más allá del género, la demostración del potencial absoluto de las capacidades de las mujeres.

Es por ello, que Oya como esposa acompañaba a Shango, pero no se limitaba a observar meramente lo que hacía. Ella, participaba activamente en sus actividades, en la guerra, en la lucha, en la confrontación, como su compañera y su par.

Esto no es más que la expresión de su propia naturaleza. Esa valentía que la define, va de la mano con sus virtudes espirituales, ya que, Oya como deidad, rige los diversos roles que cumplen los individuos en la Tierra, y de hecho, lo hace de forma muy benefactora, por lo que siempre está dispuesta a ayudar a todos las personas cuyo Ori se encuentra perturbado a causa del miedo, la inseguridad y la falta de autoestima. Es decir, que Oya ayuda a sus devotos a vencer los miedos, bajo la premisa que entiende que estos paralizan, disminuyen la capacidad de acción, la inducción de los cambios necesarios para crecer y evolucionar, y por ende neutralizan la proyección del ser.

iruke

Podría parecer un detalle más sobre las atribuciones de la Orisha, pero se trata de mucho más que eso, analizando profundamente las creencias antiguas de los Yorubas, Oya es una deidad que tiene como labor, contribuir con la transformación de Ori, quien es la «divinidad» de la cabeza, cuya función principal se relaciona con el destino y la naturaleza espiritual que habita de forma individual y única dentro de cada ser, es decir, que es nuestra propia esencia. Esta transformación, contribuye con la trascendencia, a la vez que despierta la iluminación, revitaliza nuestro espíritu y nos ayuda a conectar de forma apropiada y productiva con nuestro destino y con la buena fortuna.

Herramientas

herramientas de Oya

Entre sus atributos usa una corona de 9 puntas color cobre, de las que cuelgan sus herramientas y armas. Entre sus atributos destacan dos cuernos de búfalos, un machete y algunos implementos de metal en forma de cincel o hacha. Es dueña del Cobre. Se le invoca sonando una vaina de framboyán.

Odu Isalaye de Oya

Oya llega o baja a la tierra a través del Irosun Osá, acompañada del Echu Olosun Sará.

Su día

La celebración en honor a Oya se realiza el día 2 de febrero, motivado a su sincretismo realizado con la Virgen de la Candelaria. Su día de la semana es el viernes.

Colores de Oya

Colores de Oya

Aunque le gusta la combinación de 9 colores diferentes, los colores favoritos de Oyá son el marrón o carmelita, en cualquiera de sus tonalidades, y en África es relacionada con el verde. Su número es el 9. Los collares de Oya son confeccionados con cuentas carmelitas con pintas blancas y negras.

collar

Su baile

Cuando incorpora un caballo de santo su baile suele ser bastante enérgico. Normalmente, se tapa el rostro con el cabello hacia adelante (si las características del el eggun lo permiten). Realiza movimientos que simulan estar blandiendo su machete o invocando la fuerza del viento moviendo su iruke (cola de caballo). Suele ser atendida con agua y aceite de corojo, a veces con un poco de miel.

Número de Oya

El número que identifica a Oya es el 9. Este dígito a nivel espiritual tiene un carácter sagrado, habla de las capacidades de percepción extracorpórea en los seres humanos, la posibilidad de sentir las energías que habitan en los seres y elementos de la naturaleza, es decir, que es un dígito muy espiritual, al igual que lo es Oya.

Por otro lado, el número 9 simboliza la empatía, el amor universal, la luz interior, las vivencias, las emociones y sobre todo la intuición. Además, representa la trascendencia y la elevación a un grado superior de consciencia, tal como lo hace la Orisha.

Con respecto al Oráculo del diloggun, Oya habla por excelencia a través del odu: Osa, que es el número 9, y a través del Oráculo del Biague o Aditoto, es decir, mediante los cocos, habla por la letra: Ocana y Oyekun.

Tabúes

El temperamento de esta deidad es bastante delicado, por lo cual, es importante evitar romper sus tabúes y mantener sus bendiciones para el buen funcionamiento de nuestros asuntos, por lo tanto, es importante tomar en cuenta que no le gusta la oveja, el melón, el perro, el aceite de las almendras de las nueces de palma, y no acepta que las mujeres manipulen sus atributos cuando están menstruando.

Pero, el tabú más importante que tiene Oya es que bajo ninguna circunstancia come abo, es decir, que no come carnero. El significado espiritual que tiene el carnero para la religión yoruba, según el Odu de Ifá Ogbe Iwori, es que al sacrificar carneros se puede atraer de manera efectiva la acreditación de títulos, cargos o jefaturas. Se estima que, entre todos los animales existentes en la creación, el carnero es el que posee la sangre más parecida a la de los seres humanos. Suele ser del agrado de muchas deidades, a excepción de la Yanza. La explicación sobre la razón por la que esta deidad aborrece a este animal puede ser variada.

En la literatura de Ifa lucumí está establecido que Oya dejó de comer ese animal para salvar a sus hijos, los Ibeyis. Así lo cuenta el odu de Ifa Osa kuleya.


¿Que se le pide a la Orisha Oya?

Oya es una deidad a la que se le pide para comprender cuál es el motivo de nuestro paso en la vida, para obtener un nivel de compresión y evolución espiritual. También, esta Orisa es muy efectiva para librar batallas quitándonos a los enemigos del camino. Experta en asuntos espirituales, puede ser invocada para obtener organización, evolución espiritual y para luchar contra brujerías y hechizos realizados utilizando esas artes.

Aunque su capacidad benefactora es bastante amplia, a esta Orisha se le pide su ayuda en los asuntos relacionados con:

  • Vencer guerras terrenales o espirituales.
  • Curar enfermedades, sobre todo cuando son ocasionadas por hechicerías y maleficios.
  • Desarrollar las capacidades espirituales y mediumnicas.
  • Activar la valentía dentro del individuo y vencer los miedos paralizantes.
  • Mejorar la seguridad en sí mismo, y subir la autoestima.
  • Activar la capacidad de acción y disponerse para los cambios que traen evolución tanto terrenal como espiritual.
  • Conectarse de manera apropiada con el destino y la naturaleza espiritual del individuo.
  • Despertar la iluminación.
  • Alcanzar la buena fortuna.

Oya y Shango

Oya puede es considerada la esposa favorita de Chango. La historia relata que cuando Shangó decide retirarse a Nupe, su tierra materna, solo Oya quiso acompañarlo. En el camino, su ímpetu comenzó a decaer, ya que, no se imaginaba viviendo en una tierra extraña, con otras costumbres y otra lengua. Al pasar por Ira, su pueblo natal, desistió de su empeño en acompañarlo. De igual manera, no volvería a Oyó, debido a la vergüenza que le causaba haber abandonado a su esposo. De esa forma, decidió permanecer en Ira. Cuando se conoció la información sobre el suicidio de Shangó, fue tanta la conmoción que esto causó en ella que, también decidió hacer lo mismo. Siendo deificada desde aquel momento, lo cual, originó que llamaran al río Níger, Odo Oyá.

Oya y Shango

Para el pueblo Yoruba, sus ancestros que han sido reconocidos como heroínas o héroes deificados no se identifican como muertos, se dice que han «desaparecido». También existe la creencia que antes que Oyá pusiera fin a su vida, participa en la creación del mito de Shangó de donde nace la expresión «Oba Ko So», ya que, también se le atribuye crear el rumor que dice que: «el rey no ha muerto», todo esto con un sentido bastante simbólico, pues la intención de Oya no era desmentir lo sucedido, más bien se trataba de estimular el proceso de trascendencia de su esposo, impulsando su cambio de este plan al otro, sin dar oportunidad a que su espiritualidad se quedara vagando en la Tierra sin razón alguna.

Esto evidencia que, la relación de Shango y Oya es muy significativa para poder entender la energía que identifica a esta Orisa. Changó representa el valor y Yansa, la capacidad de cambios. Juntos simbolizan la expresión de la evolución espiritual de la conciencia del individuo a planos superiores, es decir, la búsqueda de la unión con la energía vital que permite lograr la armonía y trascender luego de la muerte. Esto convierte al hombre que recién fallece en un ancestro adorado por su sociedad.

Ellos combinan la fuerza natural de cada una de sus esencias para restaurar el equilibrio, trabajan en conjunto de una manera perfecta, por lo que el fuego de Shango es alimentado por los vientos de Oya. Es por ello que la espiritualidad de la Yanza está siempre presente en los cuatro elementos: el fuego, la tierra, el agua, y el aire.

Oya y Chango

Para la cultura yoruba, los Orishas masculinos suelen complementar sus atributos y poderes mágicos con los de sus esposas. Se cree que Oloddumare creó a las divinidades femeninas para que equilibrar las energías y potenciarlas al máximo. Y es aquí donde podemos comprender la razón por la cual, Oya y Shangó son la representación del matrimonio perfecto, a pesar de que, se suele decir que la verdadera esposa de Shango es Oba debido al sacrificio de amor realizado al cortarse la oreja por su causa, obviamente, no cabe duda que Oba era esposa de Changó, siendo así, obviamente era una esposa verdadera, todas lo eran en realidad, recordemos que los yorubas son una sociedad polígama, en su cultura el hecho de tener varias esposas era completamente natural.

Asimismo, cuando hablamos de Oya en particular, sucede un fenómeno especial entre estas dos deidades. Ellos son una referencia del verdadero significado de la familia, base fundamental de la sociedad y que se constituye a partir del matrimonio. Esto se entiende de esta manera, porque Oya trasciende y es deidificada como la mujer que acompañó a su esposo en todos sus asuntos y hasta el final de su vida.

Esto podemos observarlo gracias al nivel que logran alcanzar Oya y Shangó con su relación en todos los sentidos. Una historia que hace referencia a esta afirmación narra que Chango no se encontraba conforme con el poder que tenía en su pueblo y aspiraba que le tuviesen más temor. Entonces, convocó a los sacerdotes más sabios de Oyó, y les ordenó que le prepararan unos encantamientos más fuertes que los truenos. Los hechiceros realizaron diferentes trabajos, pero ninguno logró lo que él deseaba. Mandó a buscar a Eshu, y le pidió lo mismo. Luego de tanta insistencia Eshu terminó accediendo a sus peticiones y le dijo que enviara a su esposa Oya con un chivo para su casa, para realizar lo que solicitaba.

Chango cumplió con lo acordado. Oya entregó la encomienda a Eshu, quien le indicó que volviera a los 7 días. Transcurrido el tiempo, ella volvió, recibiendo el paquete que debía llevar hasta las manos de su esposo. En el camino de regreso, sintió gran curiosidad y comenzó a examinar el paquete. Sin poder aguantar las ganas de saber su contenido lo destapó por un costado, observando un polvo de color rojo en su interior, lo tocó con la punta de sus dedos y probó un poco, llegando a la conclusión que no tenía sabor. Cerró nuevamente el paquete y continuó su camino. Cuando llegó frente a Shango le entregó la encomienda. Él le preguntó si Eshu le había indicado que debía hacer con ese polvo, pero cuando Oya intentó hablar de su boca brotó o una llama de fuego. Chango muy molesto reclamó a Oya que había probado sus polvos, intentando levantarle la mano, pero ella huyó escondiéndose bajo unas ovejas en el campo. Chango al no poder encontrarla, lanzo varios truenos para ver si lograba alcanzarla, pero Oya no sufrió daño alguno, su cuerpo fue protegido por una oveja que si pereció con el impacto de la ira de Shango.

Oya quería regresar a casa de su esposo, pero tenía mucho miedo. Fue al pueblo de Oyó y les pidió que le suplicaran por ella. La gente así lo hizo, finalmente, él accedió. Esa noche Changó tomó el paquete de polvos preparados y sobre una loma que repasaba la ciudad sopló un poco de polvo rojo, y de su boca salió una gran llamarada que incendió su palacio y parte de la ciudad. Luego, sopló hacia el cielo y este se enrojeció. La ciudad quedó reducida a cenizas, y hubo que reconstruirla.

Esta fue la forma en la que Shango recuperó el respeto y el temor de su pueblo, pero también demuestra la capacidad que tiene Oya de ponerse a la par de su marido, complementándose en gran medida y demostrando que no necesitaba de la fuerza de su marido para atreverse a ejercer cualquier acción, o incluso, demostrando su capacidad para hacer grandes cosas. Para el yoruba, los truenos son el anuncio del rayo, y estos son emanados por Oyá que viene anunciando la llegada de su esposo Changó.


Historia: Oya dejo de comer carnero

Historia: Oya dejo de comer carnero

Oyá era dueña del mercado. Siempre había estado enamorada de Shango pero él no le prestaba atención. Un día, andando en el bosque, vio un hermoso búfalo negro, pensó en cazarlo con su arco y flecha cuando vio que aquel búfalo se quitaba su piel, transformándose en Shango. Al ver donde él escondió la piel la tomó, llevándosela al mercado.

Al día siguiente, Shango al buscarla obviamente no la encontró. Desesperado llegó al mercado preguntándole a Oya si sabía al respecto, quien le contesto que ella la tenía guardada y que para devolvérsela tendría que vivir con ella. Él aceptó, solo con la condición de no revelar nunca su secreto. Fue así, que comenzaron a vivir juntos concibiendo a los Ibeyis.

Ogún, enemigo de Shango, gracias a Yemayá que era hermana de Oya, conoció el secreto y lo contó por todo el pueblo. Shango al enterarse, tomó su piel y se transformó saliendo iracundo para el bosque a buscarla, quien oportunamente había ido donde Orunmila por adivinación haciendo de inmediato los eboses con: un carnero, un gallo, dos palomas, manteca de cacao, aguardiente, y cascarilla, recomendado por Ifa.

Luego de  realizar su ebbo se fue a cuidar su rebaño de carneros en el bosque. Mientras tanto, Shango la buscaba entre la espesura del monte encontrándose por casualidad con Oggun, con quien tuvo una fuerte pelea en la que perdió un tarro que fue guardado por el Orisha del hierro (por eso el ogue de Oggún es de un sólo tarro). La magia de aquel disfraz le hacía crecer los tarros, así que, sin prestarle atención continuó su camino en busca de Oya.

Imagen de Oya Yansa

Al encontrarla,  en compañía de los Ibellis, fue a embestirla. Oya al darse cuenta de la furia de Shango para evitar una tragedia con sus hijos le lanzó un carnero que devoró rápidamente, al probarlo fue de su agrado, al ver aquello, le lanzaba uno tras otro, lo que fue apaciguando la furia de aquel búfalo. Finalmente, le ofreció renunciar a esa comida que para entonces era su favorita, entregándosela a su esposo. De esta manera logró salvarse y a su vez, a sus hijos. Convirtiéndose en «Yanzán» (el remolino), sacando a los Ibeyis del lugar llevándolos hasta Yemayá para que los protegiera.

Esta historia demuestra la importancia que Oya le da a su labor como madre, capaz de sacrificar lo que sea necesario con tal de proteger efectivamente a sus hijos. Aunque en este sentido, esa perspectiva maternal, que resulta más evidente o predominante en otras Orishas, puede ser diferente al analizar a Oya.

Como resulta evidente, Oya si fue madre, pero su culto afirma que sus hijos en su mayoría no pertenecían a este mundo, sino a espíritus que venían del reino de los antepasados. Esto se basa en una historia que cuenta que Yansa, siendo esposa de Oggun no podía quedar embarazada, por lo que fue a casa de Orumila quien le indicó que debía hacer un sacrificio para preparar una medicina para revertir su infertilidad. Ella lo hizo de inmediato. Pero, además le indicó que debía ser fecundada por un hombre fuerte y agresivo como ella. Luego de ser seducida por Changó, quien era un joven y apuesto rey, logran tener 9 hijos. Es por ello, que se le reconoce como Iya mesa mesa o Iyanzan, que se traduce como: la madre de nueve. Sin embargo, sus primeros 8 hijos no hablaban, a diferencia del noveno que gracias a los eboses recomendados por Orunmila, sí logró hacerlo, pero se estima que su voz no era humana.

¿Cómo son los hijos de Oya?

Hijos de Oya

Los hijos de Oya suelen tener un espíritu indomable y un alma creativa, pero en ocasiones pueden perder todo sentido lógico cuando están enamorados. Generosos, seguros, sacrificados, muy buenos amigos, fieles, leales, radicales, honestos, muy maternales o paternales, espirituales, buenos brujos o hechiceros. En otros casos pueden llegar a ser obsesivos, celoso, de humor cambiante, chismosos, prepotentes, arrogantes, conflictivos, inseguros y no perdonan con facilidad.

Nombres para los hijos de Oya

  • Ayagba Egun: reina de los muertos.
  • Ayagba Dina: La reina de la candela.
  • Loyu leti: los ojos y los oídos de Oya.
  • Oya Ladde: la corona de Yansa.
  • Dide funke: el bastón que levanta a Oya.
  • Ayagba Iku: la reina de la muerte.
  • Saradde Iku: el trono y la corona  del muerto.
  • Ayagba Iku Ladde: la reina de la corona de la muerte.
  • Ayagba Oyiyi Oku: la reina de los espíritus lejanos.
  • Iku loye nike: la manilla brillante del muerto.

Adimuses, ofrendas y como atender a Oya

A Oya le gusta el arroz blanco con berenjena y los bollos de frijoles de caritas. Entre sus adimu favoritos está el pastel o razupo de frijoles. Se le ofrece nuez de cola, licores, vinos, ñame machacado con aceite de palma; pudín de chocolate, maíz, miel. Carne de res, que se pasa por la sartén y se le echa miel con manteca de cacao. Pescados con miel y manteca de cacao. Las frutas de color ocre, el mamey, el zapote y la berenjena. Copas de refrescos de melón con vino tinto. Pedacitos de gloria. Ñame con manteca de cacao y nuez moscada. Las remolachas hervidas con melado y vino tinto. Las gallinas negras asadas.

¿Qué come Oya?

A Oya se le inmolan chivas, palomas, gallinas, guineas, y codornices.

9 hierbas de Oya

Algunas de sus plantas son: croto, yantén, chirimoya, revienta caballo, cabo de hacha, caimito, caimitillo, fruta bomba (macho), guara, granada, yaya, palo y hojas quiebra hacha, cordoban, chirimoya, aguacate, uva caleta, acacia, framboyán, todos los crotos, malva mondonguera, uva gomosa, mil flores.

Orisha Oya en la Religión Católica (Sincretismo)

Orisha Oya en la Religión Católica (Sincretismo)

El sincretismo de Oya en la religión católica es realizado con la Virgen de la Candelaria o Nuestra Señora de Candelaria. Esta virgen, que se clasifica como «una virgen negra», cuyo culto es de origen español, obtiene su nombre derivado del candelero o de la candela en referencia a la luz que guía hacia «el buen camino o el camino correcto», al entendimiento y la fe.

A partir de esa referencia encontramos una similitud muy interesante que, sin duda, fue una de las razones por la que los yorubas sincretizaron ambas espiritualidades. La creencia Yoruba en Nigeria manifiesta que la función de Yansa es confirmar si las personas recién fallecidas aprendieron la lección que le correspondía durante esta vida y trascendió, dando origen al proceso de transformación o «iluminación» que sucede después de la muerte. Este es un estado que los yorubas le llaman «ehin iwá» lo que significa: detrás de la vida o después de la vida. Además, la candela de hecho, también es un elemento relacionado con esta Orisha.

Virgen de la candelaria

Por otro lado, se cree que el culto a la Virgen de la Candelaria surge a raíz de otro sincretismo proveniente de la cultura de los antiguos canarios o guanches adoradores de Dioses paganos, cuyo culto fue llevado a la iglesia en representación de esta virgen, tomando así su festividad del 2 de febrero para celebrar como antiguamente lo hacían, para dar gracias por el inicio del año y por la recolección de la cosecha, tal como los yorubas lo hicieron en Cuba.


Rezos, Oraciones y Oriki a Oya

Estas son algunas de las oraciones o rezos que son utilizado dentro de la santería para alabar a esta orisha:

Oracion de Oya (Oriki)

 (Rezo a Oya y alabo al espíritu del viento)

Ajalaiye, ajal òrun, fun mi ire. Iba Yansan.

Los vientos de la Tierra y el Cielo me traen buena fortuna. Alabo a la Madre de los nueve Ancestros principales.

Ajalaiye, ajal òrun, fun mi alafia. Iba Oya.

Los vientos de la Tierra y el Cielo me traen buena salud. Alabo a Oya.

Ajalaiye, Ajal òrun winiwini. Mbe mbe ma Yansan. Ase.

Los vientos de la Tierra y el Cielo son maravillosos. Puede que siempre exista la Madre de los nueve Ancestros principales. Asé.

Oracion de Oya para el Amor

Alabo al espíritu completo del viento, paseándose con plena confianza e importancia. Ella coge un cesto con nueces de cola para ponerlo ante su marido.

Oya, profunda en pensamiento, espíritu completo del Viento, venga y reciba sus ofrendas sin ofensa.

Yansa dueña del lugar de culto, puede que aquéllos que han preparado buena comida empiecen a servirla, ¡Yansa provoca a las hojas para que tiemblen!

Oya, viento fuerte que dio nacimiento al fuego mientras cruzaba la montaña. Espíritu del viento, por favor no tumbe el árbol en mi patio trasero.

Espíritu del viento, hemos visto el fuego que cubre su cuerpo como una tela. Si usted busca al espíritu del viento encontrará a Oyá.

Quizá la encuentre en el puesto de la nuez de cola, en donde la Yansa disfruta tirando pequeños pedazos en su boca.

Quizá usted se encuentre a la Yansa en el puesto del carpintero, donde le gusta frotar su cuerpo en su roja energía.

Puede que usted se encuentre la Yansan en el puesto de los tambores, donde mueve su cuerpo en un frenético baile.

Madre que usa el fuego para cubrir su cuerpo, parecido a una tela. Poderoso viento que golpea bajo los árboles en el bosque.

Espíritu del Viento, esposa abnegada trae el amor de mi vida hasta mí. No permitas que me encuentre sola(o) hoy, mañana, ni nunca. Asé.

Para la Salud

Yansa yeba Iya mesa Oya, Òrun afefe Iku lele bioke, ayaba gbogbo le’ya obinrin,

Yansa, madre de Oyo, el viento de los Cielos baja a los antepasados. Reina de todas las mujeres.

Ogo mi ano gbogbo gún, Òsà mi abaya Oya ewa O’yansa. Ase.

Sáneme siempre con su medicina poderosa, la Reina es mi espíritu guardián. Espíritu del Viento y madre de los nueve ancestros principales. Asé.


Canto a Oya

Akuón:            ayilodaoyaokuo towuomole, keyo ayaba

Coro:               ayilodayaokuo towuomole, keyo ayaba

Akuón:            ekifanla obini oyeo towuomole, keyo ayaba

Coro:               ayilodaoyaokuo towuomole, keyo ayaba

Akuón:            oyade mariwuo omesa loro yokoro

Coro:               oyade mariwuo omesa loro yokoro

Akuón:            oyade mariwuo omesa loro yokoro

Coro:               oyade mariwuo omesa loro yokoro

Akuón:            ekifanla obini oyeo towuomole, keyo ayaba

Coro:               ayilodayaokuo towuomole, keyo ayaba

Akuón:            yilodaoya okuo towuomole, keeyo ayba

Coro:               yilodaya okuo towuomole, keyo ayaba


OBRAS CON OYA

Obra (Ebbo) con Oya para el Amor

Se agarra un caimito morado y se cala. Se llena de: aceite de corojo, azúcar, coñac, bálsamo tranquilo, se le coloca una mecha al pie de Oya con el nombre de quien se quiere atraer y se enciende por 9 días, pidiendo a la Orisa que venga la persona amada.

Para los enemigos

Se busca una lata de sardina vacía, se coloca aceite de comer, pimienta de guinea, pimienta negra, tierra de una fosa que tenga el nombre del enemigo, un papel con su nombre, el rastro y 9 alfileres. Se le da conocimiento a Oya y se enciende en la basura durante 9 días. Luego se lleva al cementerio y se echa en a una fosa.

Para mejor la salud

Se colocan 9 remolachas peladas y cocidas. Se ponen encima de Oya en un plato. Se le rocía vino tinto, y almíbar. Se deja allí por 9 días pidiendo salud y luego se deja al pie de una ceiba.


Frases de Oya

Dice Oya: «La guerra con vivos es mala, la guerra conmigo y mis muertos mucho peor».

«No hay nada que el soplo del viento no pueda cambiar».


Puedes leer:

3 comentarios en “Oya”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio