Oración para amansar a una persona enojada
A partir de textos religiosos muy antiguos hemos adquirido enseñanzas para calmar la ira. En la Biblia personajes como: Moisés, David, Samuel y Nehemías, por mencionar algunos, demostraban que todos pasamos por esos estados. Sin embargo, la molestia más poderosa es la ira de Dios. Espiritualmente, la Oración para amansar a una persona enojada nos puede servir de mucha ayuda para tranquilizar de forma muy efectiva las situaciones que se salen de nuestro propio control.
«Señor, Dios Todopoderoso resguárdanos hoy y siempre con tu bendición. Permite que los ángeles y arcángeles de la milicia celestial me asistan y me guíen en este momento de gran preocupación.
¡Oh gran San Miguel arcángel! Escucha este llamado que te hago desde el corazón. Porque eres tú el poderoso líder de los ejércitos del Creador, tú diriges a todos los ángeles del cielo, dirígelos en mi auxilio ante esta situación. Hoy me veo ante una confrontación con (decir el nombre de la persona que se desea amansar), su enojo y su ira ya no tienen control. No encuentro forma ni manera de alcanzar una conciliación.
Es por eso que acudo ti adorado arcángel, y a todos los ángeles del reino del Señor que junto a ti han vencido muchas veces al demonio y a todos sus espíritus malévolos, que se aferran a las emociones mal llevadas de los hombres.
Eres luz, eres bondad, eres paz y salvación. Confío en ti para que traigas la calma entre (decir el nombre de la persona que se desea amansar) y yo (decir su nombre), porque tú siempre vences el mal, y una vez más sobre mi causa vencerás, trayendo la reconciliación y la paz.
Aleja de mí vida todo mal, te lo suplico, que ninguna entidad oscura, negativa o perturbadora logre perpetuar el conflicto que hoy vivo con (decir el nombre de la persona que se desea amansar), que en vez de ser mi enemigo se convierta en mi amigo, que no sea mi opositor si no mi aliado, que cada problema o contratiempo del pasado sea reparado, perdonado y olvidado.
Que (decir el nombre de la persona que se desea amansar) venga a mi sin molestias, sin amarguras, sin odios, sin rencores, tranquilo/a, calmado/a y buscando de conciliar y solucionar nuestras diferencias para poder mantenernos en buenos términos, con una relación sana, tranquila y fresca.
Que la conversación plena, efectiva y comprensiva surja entre (decir el nombre de la persona que se desea amansar) y yo (decir su nombre) para que de esa forma, puedas concederme con la bendición de Dios la paz y calma que tanto necesito en mi vida arcángel bendito. Muéstrale tú, San Miguel, que el camino más apropiado a seguir es el de la reconciliación, para así poder aplacar tanta tribulación.
Gracias te doy hoy y siempre porque sé que escuchas atentamente mis ruegos, y pronto serán resueltas mis inquietudes. Que así sea, así es, así será. Amén».
¿Cómo podemos hacer para calmar a una persona enojada?
Tanto para otros, como para nosotros mismos, apaciguar el enojo puede resultar en ciertas ocasiones un verdadero reto. Algunas de las acciones que pueden ser recomendadas ante tal situación son:
- Reconocer y asumir lo que se siente y la responsabilidad que tenemos sobre la emoción que se está experimentando. El enojo no es malo, solo que fuera de control puede ser muy destructivo.
- Entender que si el enojo dura más tiempo de lo necesario puede dar cabida a que se asienten malas espiritualidades que deben ser revocadas, porque debilitan las fortalezas espirituales de las personas.
- Comunicar lo que nos está molestando. Para esto es necesario tener claras nuestras inquietudes y hacerlo de manera efectiva, ya que, de lo contrario puede perjudicar más la situación.
- Perdonar, soltar y avanzar. A veces se puede dejar en manos de Dios, de nuestro ángel guardián o de nuestros guías espirituales lo pasado y no seguir almacenando dentro de nuestros corazones aquello que genera perturbación, resultando una forma de purificarnos espiritualmente.
- Utilizar la meditación o las oraciones para ganar las batallas espirituales en las que se puede combatir con la ira, puede convertirse en el vencimiento de las asechanzas de los malos espíritus.
¿Es efectiva la oración para amansar a una persona enojada?
Como se ha mencionado anteriormente, el enojo puede llegar a ser una lucha emocional y espiritual en la que interviene el dominio de nuestro propio carácter y el dominio sobre espiritualidades de baja vibración que se asientan con la intención de trastornar nuestras vidas, causando la mayor cantidad de situaciones negativas. Es por ello, que utilizar la oración como recurso para amansar o calmar a una persona enojada resulta una alternativa para tranquilizar muchos conflictos.
Esto es motivado a que al despojar a los individuos del peso que ejercen esas entidades negativas, se hace posible una mayor comprensión de las situaciones, propiciando un entendimiento y en consecuencia, una efectiva solución de los conflictos.
Oración fuerte para amansar y dominar
«Con la bendición de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Con la bendición de todos los santos y las santas de la corte celestial a quienes hoy invoco ante este momento de angustia y perturbación en que el enojo se ha apoderado de (decir el nombre de la persona que se desea amansar) y no encuentro la forma de poderlo calmar, ayúdenme ustedes se lo suplico para poder su ira amansar.
Me dirijo a ustedes santos celestiales porque la paciencia y la calma es algo que les caracteriza, traigan ustedes esa calma a la mente, cuerpo, alma y corazón de (decir el nombre de la persona que se desea amansar) para que conmigo no desee enfrentarse más.
Que mis intenciones prevalezcan por encima de las suyas y sean modificados sus sentimientos y emociones en mi contra, convirtiéndose en paz y tranquilidad. Que (decir el nombre de la persona que se desea amansar) vire su camino hasta llegar a donde yo este con una actitud conciliatoria, lleno de buenos pensamientos y buenas actitudes a mi favor.
Santas que viven en el reino de los cielos, emanen su dulzura sobre (decir el nombre de la persona que se desea amansar) para que sean dominadas sus molestias en mi contra, para que reconozca sus fallas y no se enfoque en las mías, para que no tenga calma ni reposo hasta que conmigo venga a hablar para pactar una tregua que solo nos traiga dicha y tranquilidad.
Santos y santas de la corte de los cielos, les pido que me apoyen para que (decir el nombre de la persona que se desea amansar) entienda todo el daño que me ha causado por haberme hecho frente, por haberse opuesto a mis deseos y por no mantener una buena relación conmigo, que comprenda y modifique de inmediato el comportamiento que me perjudica (hacer petición) y que manso/a, dominado/a, sumiso/a, complaciente, arrepentido/a y suplicante venga a mí a pedir disculpas por todos los desaires que me ha provocado por sus malas actitudes, prometiendo que no lo hará de nuevo y cumpliendo con su palabra.
Santos y santas bendecidos por la gracia de Dios, les suplico que me otorguen su divina misericordia para librarme de este gran conflicto que me agobia, me llena de sufrimiento y desesperación. Cargada/o de fe entrego a ustedes mi plegaría desde lo más profundo de mi corazón, les ruego que se apiaden de mí y me escuchen. Que así sea, así será, amén».
Oración para amansar a un hombre
«Invoco la energía pura y celestial de todos los ángeles y arcángeles del amor, espíritus puros creados desde la más elevada gracia del Señor. A ustedes, milicia de la paz y de la unidad elevo mi ruego hoy.
Ángel de mi guarda, en esta hora y en este momento te pido que me llenes de fortaleza para permanecer en pie de lucha y no sucumbir ante esta profunda tristeza que me embarga, debido al abandono y la separación de mí ser amado. Te ruego que con tu influencia y la de los ángeles del amor lo traigas de vuelta a mi lado.
Que su sabiduría celestial se emane sobre el pensamiento de (decir el nombre de la persona que se desea amansar) para que podamos comprender como debemos amarnos sin hacernos daño, para solucionar nuestros conflictos y poder construir una relación armoniosa, desbordante de felicidad para ambos.
¡Oh poderoso ángel del amor! Con tu fluido intercede en los pensamientos de (decir el nombre de la persona que se desea amansar) para que calmadas sean sus molestias y enojos, procurando una buena comunicación entre nosotros que pueda ser tan reparadora que propicie una pronta reconciliación.
Ángel del amor, derrama tu luz rosada sobre la mente, el cuerpo y el alma de (decir el nombre de la persona que se desea amansar) para que de inmediato regrese a mi lado, con la mente fresca, sin ira ni reproches, seguro y más enamorado de mí que nunca.
Ángel del amor, devuélveme a mi ser amado, ayúdame a que su retorno no demore en lo absoluto, que (decir el nombre de la persona que se desea amansar) me busque ahora mismo, pidiendo mi perdón, rendido ante mis encantos, cediendo a todas mis peticiones y proponiéndome estar de nuevos juntos formando una unión que nadie separe jamás.
Ángeles que en el cielo habitan escúchenme, a sus pies deposito mis súplica, con la seguridad de que no será larga la espera porque el corazón de (decir el nombre de la persona que se desea amansar) han de amansar gracias la intervención de todos ustedes, y mis peticiones se han de materializar sin vacilar. Amén».
Oración para amansar a una mujer
Esta oración puede ser realizada con un ritual en el que se prepara una lámpara con aceite de bálsamo tranquilo y se coloca el nombre de la persona que se desea amansar dentro de la misma, escrito en papel de pergamino, acompañado de un incienso olor a vainilla.
«En esta santa hora y en este santo momento, solicito el permiso y la bendición del gran Padre Creador para que por su autorización pueda recibir la ayuda de los ángeles de paz y de amor.
Ángeles del cielo, energías de luz llenas de sabiduría, les pido que escuchen las plegarias que hoy manifiesto a sus pies. Ustedes que influyen en los sentimientos más puros de los seres humanos, ayúdenme con la causa que me aqueja y me llena de desesperación.
Se ha alojado en mi hogar, en mi vida y en (decir el nombre de la persona que se desea amansar) una espiritualidad de enojo, de molestia y de confrontación, por lo que nuestra relación cada día es más compleja, generando una gran desunión.
Les pido ángeles de misericordia, que por su infinito poder modifiquen todos esos malos sentimientos que (decir el nombre de la persona que se desea amansar) tiene hacia mí, que la llama de su rabia se apague gracias a la influencia de su luz celestial, que vibre entre nosotros el tan ansiado equilibrio, que nuestra unión sea perfecta, que nuestra relación sea un ejemplo para todos los demás.
Ángeles celestiales, les imploro que se apiaden de mí preocupación, ya que, enfrento momentos de mucha confusión, no encuentro la vía para suavizar y amansar todos los contratiempos que han surgido entre (decir el nombre de la persona que se desea amansar) y yo. Es por eso que acudo a ustedes, apelando a su inmensa bondad y amor por nosotros, las criaturas del señor.
Traigan ustedes, ángeles benignos, la paz y la tranquilidad para (decir el nombre de la persona que se desea amansar) logrando así un total entendimiento entre nosotros dos, y que sumisa, calmada y complaciente pueda reconciliarse conmigo para no pelear nunca jamás. Amén y que así sea».
Oración para tranquilizar a una persona.
«Querido Dios de los cielos, tú que vives y reinas por siempre, lleno de la energía del amor que emanas a todos nosotros, tus hijos, producto de tu creación.
Hoy pongo a tus pies mis más profundos anhelos para calmar mis inquietudes, pues vivo ante la constante preocupación de las consecuencias que pudiesen generarme los conflictos con (decir el nombre de la persona que se desea tranquilizar). Por eso solicito tu misericordiosa intervención para apaciguar su ira y su amargura, que parece haberse instalado en lo más profundo de su corazón.
A ti Padre, te ruego para que desde tu infinita misericordia le llenes de gracia, extirpando todo ese veneno que se ha alojado en su interior, provocando conflictos y confrontaciones que quebrantan la armonía entre nosotros.
Tú, Señor amado, eres siempre justo, y cuando ves que nos arrodillamos ante ti en oración para pedir tu ayuda y tu perdón tanto para nosotros, como para los otros, jamás ignoras nuestras plegarias, te pido me auxilies entonces para limpiar a (decir el nombre de la persona que se desea tranquilizar) de toda esa maldad, inquietud, y descontrol emocional, poniendo por delante tu poder y tu nombre.
Dios mío, tú que eres amor y amor nos das, ayúdenme a superar esta situación que hoy me causa pena. Que la paz, la calma, el entendimiento, la buena comunicación, la tolerancia y el amor reposen a partir de este momento en (decir el nombre de la persona que se desea tranquilizar) y en mi persona, para poder convivir en armonía total, por la grandiosa intervención tuya Padre celestial. Amén y que así sea, así es y así será».
¿Por qué se debe evitar el enojo?
Controlar nuestra ira suele ser un trabajo que a muchos puede costarle bastante tiempo y dedicación, sin embargo, dirigir el pensamiento hacia el perdón de forma consciente puede ser una solución constructiva ante los problemas, evidentemente, el enojo siempre empeorará las cosas.
Por otro lado, también tenemos la capacidad de calmar la ira de otros. Nuestra tendencia como humanos es responder a la ira con ira, con palabras fuertes. Ellas echan más leña al fuego, y pueden resultar en peleas. El objetivo es evitar eso. Una respuesta amable puede calmar el enojo.
Estar molesto debe ser algo pasajero, no deberíamos concentrarnos en ello, lo ideal es proteger nuestro espíritu de esos sentimientos que pueden ser muy dañinos y no permiten la evolución espiritual.
La ira es un sentimiento que perjudica de tal manera, que puede llevarnos hasta la enfermedad o la muerte. Los personajes más relevantes de diversa culturas religiosas siempre han enseñado que el enojo es altamente inapropiado, porque pone en riesgo la salvación y evolución de nuestras almas. Incluso Jesús dice que el enojo siempre es negativo, la Biblia manifiesta que: «Si se enojan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den cabida al diablo» (Efesios 4:26-27).
Esta frase invita a tranquilizar las molestias, para no permitir que se alojen en cada uno de nosotros las entidades oscuras, ya que, ellas siempre están prestas a incitar que comentamos actos que pueden ser muy lamentables. En los casos en los que resulte inevitable sentirnos de esa forma, lo ideal sería resolverlo lo antes posible, no acumular la molestia día tras día, para evitar que esa energía nos atrase y nos consuma.
¿Qué sabemos espiritualmente acerca del enojo?
Tanto física, emocional y espiritualmente el enojo es una de las emociones más fuertes, consume, destruye y trastorna a quien lo sufre y a quienes están a su alrededor. La ira puede ser la razón de muchos de nuestros problemas, y esto se relaciona directamente con la falta de dominio propio, lo cual resulta una cualidad fundamental para el desarrollo espiritual de cada individuo. La ira suele ser destructiva, porque no permite purificarnos y restaurarnos. Naturalmente, el enojo es un sentimiento a fin con espiritualidades de baja vibración y oscuras, relacionada con el diablo y sus demonios.
Por otro lado, también es necesario reconocer que la ira también puede ser de Dios, de hecho, es muy común que de eso se hable en relatos bíblicos del Antiguo Testamento y considerando que somos hechos a imagen y semejanza de Dios, podría interpretarse como parte de esa imagen que nosotros reflejamos de Él. Por lo tanto, es necesario entender que el enojo en sí mismo es natural en el ser humano, y puede resultar positivo si nos motiva a la acción, siempre que no nuble nuestro juicio y nos lleve a cometer errores o a vivir encadenados a su existencia en nuestro interior.
En el mundo espiritual resulta fundamental gozar de equilibrio en todos los sentidos, por lo tanto, lo más recomendable es aprender a expresar el enojo, soltarlo, perdonar y continuar en la búsqueda de nuestra trascendencia.
Las meditaciones, oraciones y conexión con los guías espirituales suelen ser una buena alternativa para tranquilizar esos estados y soltar toda esa energía que nos perjudica y nos atrasa.
