Tratado o Libro de los Oddun de Ifa ODI y sus Omoluos
Le Traemos toda la información de Odi como el de sus 16 combinaciones Omoluos, este tratado abarca desde Odi meji hasta Odi Fumbo.
Refranes, Patakies, Ebo, lo que nace, recomendaciones y variantes de cada Odu o Signo de Ifa. Oshaeifa.com te trae el tratado que buscas para ampliar tus conocimientos sobre la literatura y el Corpus de Ifa.
El nacimiento de ODI MEJI.
ODI MEJI era tan engreído que jamás se molestaba en consultarse antes de emprender un viaje. Por una parte, por que no veía la necesidad de consultarse con Divinidades o Sacerdotes de Ifá a quienes consideraba inferiores; por otra parte por que estaba convencido de que con su fuerza y sus conocimientos, saldría airoso de cualquier prueba. Cuando decidió que ya era hora de irse a la Tierra, emprendió el viaje llevando solamente sus dos instrumentos de poder y autoridad: La piedra de Rayo (ODU-ARA) y el horno de fundición. Estos instrumentos eran usados por la Deidad del trueno (SHANGO), y el de los metales (OGUN) Llevó los dos instrumentos dentro de su cabeza.
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Cuando sus seguidores vieron que se iba para la Tierra sin ninguna preparación previa, se reunieron con él y le recordaron que nunca había escogido esposa propia mientras estuvo en el Cielo y que por lo tanto, pensara en que no podía irse a la Tierra sin haber escogido una que lo acompañara en la vida; al menos que hiciera antes una ofrenda de un chivo a ESHU y una guinea a su Ángel de la guarda. Otro argumentó que si en el Cielo no había habido nadie que lo sometiera, cómo iba a hacerlo en la Tierra. Baba Odi Meji dijo que tenía la intención de festejar en la Tierra de la misma manera que solía hacerlo en el Cielo. Se le recordó las influencias perturbadoras que había sufrido a causa de las Deidades a quienes había molestado en el Cielo y le señalaron que en la Tierra tendría menos poder para someterlas, toda vez que éstas habían bajado primero que él.
Entre los servidores que le hicieron todas estas advertencias estaban:
«ABIMI LORIGI-OMO IYI NI MI
EDO OKPE NI MOJE
EDO OKE NI MO MU
OKURO NI OGBIGBO.»
En la Tierra tuvo un padre que fue sacerdote de OGUN y una madre sacerdotisa de SHANGO.
Salió del seno materno con la piedra de rayo y el horno de fundición que no podía utilizar hasta que no fuera grande. A los diez años, ya peleaba con los adolescentes de más edad; incluso, nadie pudo jamás hacerle morder el polvo. Se convirtió en un ser tan feroz que todos le temían, lo apodaron El Hombre Invencible. Entretanto, iba de vez en cuando al lugar secreto donde tenía guardadas las armas que había traído del Cielo.
Un día vio a su padre que se preparaba para rogar su cabeza con un perro, llevó al padre al lugar donde tenía el horno y sacrificó allí el perro. Cuando el pueblo lo vio le recriminó su acción, pero este les dijo que fueran al lugar donde se había sacrificado el animal y que comprobaran, pues lo que había allí era un chivo y no un perro. El perro se había transfigurado en un chivo, el cual llevó a su padre para que pudiera rogar su cabeza.
En una segunda ocasión, su madre se estaba preparando para servir su cabeza con una oveja, cuando le dice que estaba prohibido utilizar ese animal en ese tipo de ofrenda. Se llevó la oveja para el lugar donde tenía su piedra de rayo y la sacrificó allí. Por segunda vez fue criticado por los demás viejos del lugar, a quienes les dijo que fueran a ver si lo había allí no era aceite de palma y un gallo. Las personas recogieron el aceite de palma y el gallo, y se los llevaron para que realizara su ofrenda indicándole beber el aceite. Entonces confesó a sus padres que había venido del Cielo para hacerles recordar sus Deidades patronas, OGUN y SHANGO, a quienes
ellos habían ignorado por tan largo tiempo. Dio el horno de fundición a su padre para que fabricara objetos de hierros y la piedra de rayo a la madre para que la usara como atributo y sacerdotisa de SHANGO. Enseñó a su padre cómo servirle a OGUN y a su madre cómo hacerlo con SHANGO.
Este redescubrimiento de los caminos de su destino los transformó de inmediato en una pareja famosa y próspera. Fue ODI MEJI quien enseñó al mundo cómo honrar a OGUN y a SHANGO; de hecho se cree que fue el primer Odu que introdujo el servicio a esas Divinidades por parte de los seres humanos. Posteriormente, abandonó la casa de sus padres y se fue por el mundo. En ninguna parte nadie podía someterlo, era tan temido que ninguna mujer quiso casarse con él, ni ningún hombre vivir a su lado.
Cuando descubrió que se había condenado, abandonó todas las ciudades y pueblos y se construyó un refugio en el fondo del bosque, tan pronto como se fue a vivir allí, se difundió su imagen como la de una mala persona. En su nueva morada plantó árboles de kolá, nogales y perales, las plantas crecieron pronto y empezaron a dar frutos, una noche lo visitó su Ángel de la Guarda y le dijo en sueños que él estaba sufriendo de tantas privaciones porque había dejado de honrar mientras vivió en el Cielo, y aunque añadió que ya era algo tarde para eso, por lo viejo que estaba, tenía, sin embargo, que realizar las ofrendas. Como no sabía quien le había hablado, a la mañana siguiente decidió consultar a su Ifá y se le apareció su propio Odu Patrón. Odi. Se dio cuenta de que había sido su Ángel de la Guarda quien le había hablado durante la noche. Con la venta de las frutas tuvo que comprar un chivo para dárselo a ESHU y una guinea para su Ifá. Al final consintió en
hacer el sacrificio.
Una vez realizada la ofrenda, toco de nuevo su Ifá quien le dijo que algo malo iba a pasar en el pueblo cercano y que le tocaría jugar allí un papel
decisivo. Entretanto, la hija mayor del rey estaba teniendo un parto difícil.
Todos los sacerdotes de Ifá y las sacerdotisas de otras Deidades habían tratado y fallado en el intento de ayudar en el parto. Cuando ya no quedaba nadie a quien acudir. ESHU entró en la cabeza de uno de los consejeros del rey, quien enseguida se acordó de Odi Meji podía dar una mano en aquel asunto. Lo invitaron enseguida y Odi trajo su bolso de adivinación y sacó algunas hojas, las preparó y les puso polvo sagrado, luego repitió el siguiente encantamiento que usan los sacerdotes de Ifá cuando una mujer está pariendo en circunstancias difíciles.
Encantamiento.
AWO LAAFI RABE TAAFI DAE LOKO GBAA
EDON A MOJU GANRANWUN
OKUKO TAAKPE OKO
ILA ABENUKPA KAA
ORUKO TAAKPE OBO
ALARISA NOTIGBE OMO OLOMODE SINU
ETU OMO OLOMO BOGBORO ORITE EJE WAYE. (se repite todo 3 veces).
Mientras iba repitiendo la fórmula de encantamiento lavaba el abdomen de la mujer con las hojas y después le dio a beber el preparado. No había terminado de recitar los versos cuando el niño y la placenta salieron juntos. Se recordará que fue ODI MEJI en el Cielo quien hizo posible que el pene y la pelvis de la mujer produjeran niños.
En la Tierra, él simplemente recordó a la vagina que ella solo estaba designada como un paso para tomar a un niño y sacarlo del útero. La totalidad de la esencia del encantamiento es recordarle a las personas su nombre celestial y su papel en la Tierra, y después de esto se puede conjurar para que se comporte como desea.
Tan pronto como la mujer pudo dar a luz, todos los jefes del palacio empezaron a alabar los grandes poderes de aquel hombre que tenía fama de lunático. Su valor fue finalmente reconocido pero solo después de haber consentido hacer los sacrificios. Para recompensarlo, el rey le regaló dinero, le obsequió a un hombre y a una mujer, ya que estaba demasiado viejo para aparearse le dijo al hombre y a la mujer que vivieran con él como marido y mujer para el resto de sus vidas.
Una vez que su valor fue reconocido, las personas empezaron a frecuentar su casa para consultarle todo tipo de problemas, y él los ayudaba. El rey
eventualmente le confirió un título y le recomendó que mudara su casa para el pueblo. En ceremonia de santificación de su nueva morada realizo cantos y rezos a su sacerdote de Ifá en el Cielo, en los que lamentaba de no haber seguido su consejo. Aconsejaba a los demás a que hicieran sacrificio si
querían evitar los sufrimientos de un destino adverso, ya que él había plantado árboles cuya cosecha recogerían otros, puesto que no había dejado a nadie sobre la Tierra que fuera su heredero. Se conoce que Odi Meji después de eso, y antes de llegar al Cielo, no llevó muchas misiones.
Historia de Odi Meji en el Cielo
Se reconoce que ODI MEJI es uno de los Olodús más fuerte en la familia de Ifá, es muy agresivo y belicoso. Cuando estaba en el Cielo resultó más conocido por su belicosidad que por su sacerdocio, no obstante, es sin duda un sacerdote de Ifá eficiente. A causa de sus numerosas actividades fuera del ámbito celeste, no realiza muchas prácticas de Ifá; en su lugar, esa parte del trabajo se suele realizar a través de terceros: por ejemplo: Cuando Ode (el de afuera o exterior) acudió por adivinación al sufrir un revés de fortuna, fue uno de los ayudantes de ODI MEJI quien lo ayudó.
Odi Meji adivina sobre el esperma del hombre y la menstruación de la mujer.
Conviene recordar que al inicio de los tiempos, las plantas y los animales no procreaban de la manera que hoy se conoce. Si nos remontamos a los
orígenes del hombre y la mujer, vemos como estos únicamente vivían juntos, pues no sabían cómo se procreaba.
Anteriormente Eshu recompuso la pelvis de la mujer desde la frente hasta las entrepiernas pero la mujer no sabía qué hacer con su pelvis y el hombre tampoco sabía qué significaba su pene. El esperma y la menstruación que tenían identidades separadas se adivinaron en casa de ODI, donde se encontraron con sus sirvientes llamados:
OGAN OFORI SO SIKI
OFESE SO YEGBE
OFI AKBEDE GBEDE MEJI SON LEBE
IBO EFUN OBALE DE RUMU RUMU
AWON LOO DIFA FUN ATO
ABUFUN ASE.
Espermatozoide y menstruación estaban ansiosos los dos por saber cómo procrear. OLORDUMARE los había creado y los dejó para que usaran su propia inteligencia y buscaran la forma de procrear; a los dos se le aconsejó que sacrificaran un chivo. Al esperma se le dijo que añadiera cascarilla, un gallo blanco, una ropa blanca, una paloma blanca y quimbombó. La menstruación tenía que poner un gallo rojo y madera roja a su propio sacrificio. Ellos aportaron todos los materiales para el sacrifico y los sacerdotes de Ifá los utilizaron para prepararle una medicina que ellos tenían que ingerir.
Después le dijeron a la esperma que se marchara y viviera con el hombre, en tanto que a la menstruación se le aconsejó que visitara a la mujer y que permaneciera con ella durante cinco días de cada treinta. Fue así como nos convertimos en los hijos de la esperma y de la menstruación, a través del hombre y la mujer.