Tratado de Obara y sus Omoluos
¿Quieres aprender sobre los odu de ifa?. Aqui encontraras toda la información sobre Obara Meji y todos los Omulos de Obara. Aqui veras, Refranes, Patakies, Eboses, Nacimiento y recomendaciones de cada Signo de Ifa.
Tratado de los signos de Ifa «Obara»
Tratado de Obara Meji y todas sus variantes desde Obara Meyi hasta Obara Ofun. Aprende lo que hablan todos estos odu y aprende más sobre tu signo para que puedas llevar de mejor manera las recomendaciones dadas por Orunmila.
Nacimiento de OBARA.
Antes de abandonar el Cielo, OBARA MEJI mandó a buscar a sus Sacerdotes de Ifá para que hicieran adivinación para él. Los Sacerdotes de Ifá se llamaban:
WOSEMI KPELEMBE KPELEMBE
CROMI MIMI MIMI
LAKE ORI UDI KOKO NI KPA ERON
LEMBE LEMBE AABE BE
OUNI MO JU OLOJA TITU RIN RIN RIN.
Le dijeron que para poder llevar la prosperidad al mundo debía hacer sacrificio con una chiva a su Ifá, agregar un saco de semillas de kolá y sacrificar a ESHU.
Él hizo el sacrificio y partió para la Tierra.
Nació de un padre que sólo tenía la mano izquierda, y de una madre que era ciega de un ojo. A pesar de sus deficiencias físicas, ellos tenían muchos enemigos. Fue OBARA MEJI quien indujo los sueños en el mundo, ya que cuando se hallaba en el útero siempre le estaba revelando peligros inminentes a sus padres. Por eso, cuando los ANCIANOS DE LA NOCHE vieron que iba a nacer un niño, el cual traería la prosperidad a la Tierra, tomaron la determinación de que no naciera vivo.
Una noche, le dijo a su padre en un sueño que preparara una medicina en un jabón que tuviera un precio de treinta y cinco cauries para bañarse con él y así protegerse del ataque de los Brujas. En el sueño le dijo al padre que cuando recolectara las hojas, las debía dejar toda la noche en el lugar sagrado de ESHU. A la mañana siguiente, debía molerlas y mezclarlas con jabón para bañarse ambos.
OBARA MEJI nació sin dificultad y ellos no tuvieron más problemas con las Brujas. Cuando nació, los padres fueron a un Sacerdote de Ifá en busca de adivinación por el día de su nacimiento. El Sacerdote de Ifá se llamaba:
AFENJU OMO
OMO ARE KII KON FENE FENE
KPOBI GBITE GBITE YA ALUMEN
ITE ONAYE MAGBA
NIO NI GBITE ORUN.
OBARA MEJI fue hijo único. Rápidamente creció para convertirse en un pillo. Siempre estaba diciendo la fortuna de los demás, lo que molestaba a los Sacerdotes de Ifá mayores de Ife que no estaban contento con él. A Una edad muy temprana acudía a las reuniones de los mayores donde con frecuencias se convertía en el centro de atención.
Cada diecisiete días se celebraba en el palacio del rey de Ife una reunión de Sacerdotes de Ifá. El juego de Ayo (equivalente en occidente al juego de ajedrez) frecuentemente se jugaba después de la reunión, aunque este muchas veces terminaba con la muerte de uno de los hijos del rey.
En la primera reunión a la que asistió OBARA MEJI, bebió mucho y después de emborracharse se vanaglorió de que en la próxima revelaría los nombres de los responsables de las muertes periódicas de los hijos del rey. Había un alto jefe llamado Oshin, que de manera clandestina estaba realizando todas las atrocidades. Después de la proclamación del joven OBARA MEJI, la reunión se dispersó con el acuerdo tácito de que si no cumplía su promesa, sería ejecutado.
Convencidos de que OBARA MEJI no podría revelar sus nombres, los conspiradores fraguaron un plan para matarlo. Se sentaron en el camino de los arbustos a conspirar, mientras la madre de OBARA MEJI, a quien ellos no conocían, regresaba de la granja y oyó a los hombres organizando el nefasto plan en contra de su hijo. Después de oír los detalles, corrió a la casa a consultar a sus Sacerdotes de Ifá (anteriormente mencionados) acerca de cómo salvar la vida de su único hijo.
A la madre se le aconsejó que preparara tres gruesos ñames machacados y tres platos de sopa, y que lo llevara todo al banco del río. Ella debía usar en su pecho un collar de cuentas e ir al río a bañarse. Mientras se estuviera bañando descubriría lo que tendría que hacer para salvar la vida de
su hijo.
Fue para su casa e hizo como se le dijo. Al llegar al río, depositó el ñame machacado y la sopa en la ribera y se internó en el agua para bañarse. Mientras se bañaba, un hombre llamado Okpolo llegó al lugar y saludó. El hombre muy rápido se bañó y salió apurado. Cuando la mujer le preguntó a que se debía su prisa, el hombre le respondió que se estaba preparando para asistir a la reunión del día en el palacio del rey. Ella lo invitó a que comiera de la comida que había dejado en la orilla antes de
que se fuera. Como en las largas reuniones que se celebraban en el palacio del rey no se servía comida de manera general, Okpolo se alegró mucho de poder comer algo antes de partir para la reunión.
Mientras comía, el hombre señaló que ese día iba a tener lugar un acontecimiento importante en la conferencia del rey, ya que iban a matar al locuaz e insolente OBARA MEJI, pues él no iba a saber que sección de los jugadores de Ayo era responsable de las muertes de los hijos del rey, tal como había proclamado. Terminó revelándole a la mujer que él, Okpolo, era de hecho uno de los conspiradores, y que el rey era tan mezquino que nunca servía merienda o comida alguna en las
largas reuniones.
El otro hombre que pasó por allí fue Obuko(el chivo), quien se comportó casi de la misma manera. Después de comer el ñame machacado, le contó a la mujer los detalles de su misión para ese día y agregó que él era uno de los que estaba matando a los hijos del rey, debido a su mezquindad.
También reveló que por ser él uno de los conspiradores, se hallaba entre los que iban a matar al parlanchín y alardoso OBARA MEJI en la conferencia, debido a que él nunca sabría sus nombres.
Entonces se le presentó a la mujer como (Obuko-Omo lubebere tube y dijo que los otros eran: Agbo-Omo jojoguole (el carnero padre) y Okpolo-Ami sosu run (la rana). Terminó por confirmar que ellos eran los tres confabulados que estaban matando a los hijos del rey después de jugar el juego de Ayo. Además, reveló que OBARA MEJI alardosamente había prometido revelar el nombre de Oshin como único conspirador cuando éste, de hecho, no iba a ocupar su asiento en la conferencia
ese día. Dijo además, que el hijo mayor de Oshin, llamado Aremo, iba a ocupar el lugar de su padre en la reunión, y que este se sentaría al lado. Finalmente informó que se iba a preparar un asiento especial para OBARA MEJI, bajo el cual había un hoyo cubierto con una estera. El indiscreto Obuko continuó diciendo, incluso, que la única forma en que OBARA MEJI podía evitar la suerte que le aguardaba, era viniendo con un perro y un bulto de panes fríos de maíz y rasuro de fríjol que debía depositar en la estera debajo de la silla que le tenían reservada para que su perro fuera a buscarlos.
La mujer enfatizó que sería un buen libramiento si OBARA MEJI se muriera, ya que el pueblo se convertiría en un lugar más pacífico si él no estuviera. Con esto, Obuko partió hacia el palacio.
Agbo(el carnero) fue el último en llegar al río. Él también llevó a cabo el ritual de la revelación después de comer el ñame machacado y confirmó lo que Okpolo y Obuko habían revelado antes que él. También confesó por qué y cómo ellos se proponían matar a OBARA MEJI. Después de comerse su parte de ñame machacado, Agbo partió hacia la conferencia.
Poco después, la madre de OBARA MEJI regresó hacia su casa para informar a su esposo e hijo acerca de lo que había sucedido en el río. Rápidamente detalló la secuencia de los acontecimientos diciéndole a OBARA MEJI lo que tenía que hacer. Él debía ir con su perro llamado Boghoye Aje-ejobi. Le aconsejó que tirara panes fríos de maíz y rasuro de fríjol debajo del asiento preparado para él y que llamara al perro para que lo cogiera. Si el perro caía en el hoyo, él debía ponerse de pie y preguntar por aquella persona que se llamaba Obuko. Tan pronto como esta se identificara, OBARA MEJI debía ordenar que fuera ofrecida como sacrificio a ESHU.
Después debía preguntar por aquella persona llamada Agbo y si se identificaba, debía ordenar que fuera ofrecido como sacrificio al lugar sagrado público de los antepasados del pueblo.
Finalmente debía preguntar por la persona llamada Okpolo, y tan pronto como se identificara, él debía ordenar que una flecha fuera enterrada a través de su boca y ano, y ofrecerla después como sacrifico a la divinidad del suelo (Otá Olé u Oriolé).
Cuando se le preguntara la razón por la cual los tres hombres debían ser ejecutados, él debía revelar que ellos habían sido los conspiradores responsables de la muerte de los hijos del rey, después de haber jugado al juego de Ayo con él. Pasado ese episodio, debía ordenar que el hombre del trono bajara del mismo, ya que era un impostor y debía darle paso a su padre Oshin, quien en ese momento estaría fumando una larga pipa llamada ekitibe por el costado del salón.
Cuando OBARA MEJI salió para la conferencia llevaba puesto el traje de su padre llamado gbariyee y su gorro llamado labagaden. Fue su perro llamado Boghoye atoju ma oko. Al llegar a la entrada principal del exterior del salón de reuniones del pueblo, los espectadores comenzaron a cantar su
alabanza con gritos de OBARA afenju-Omo.
Al entrar al salón, fue llevado a que ocupara la silla que le estaba reservada. En este momento, se mantuvo quieto , sacó sus bultos de panes fríos de maíz y rasuro de fríjol y los tiró bajo el asiento marcado para él, e instruyó a su perro para que lo cogiera. El perro fue derecho a buscarlos, pero cayó a través de la estera en el profundo hoyo cuyo fondo estaba cubierto de garfios y pinchos.
Invirtiéndose el orden en el cual debía cumplir las tareas ese día, comenzó por ordenar que el hombre que se hallaba sentado en el trono debía retirarse del mismo de inmediato, para darle paso al jefe Oshin, su padre. El hombre en el trono rápidamente se levantó y su padre se movió para
ocupar su asiento.
Entonces, llamó al hombre llamado Obuko (el chivo) y le ordenó que se levantara y se identificara.
También llamó a Okpolo (la rana) y a Agbo ( el carnero padre) para que se levantaran y se identificara. Todos hicieron lo que se les dijo. OBARA MEJI instruyó que Obuko fuera sacrificado a ESHU, Agbo al lugar sagrado público de los antepasados y Okpolo a la madre tierra (Otá Olé u
Oriole).
Cuando Oshin le preguntó a OBARA MEJI por el delito cometido, éste le recordó la promesa que había hecho en la reunión anterior de descubrir a los conspiradores responsables de las muertes de los hijos del rey después que jugaran al juego de Ayo con él. Confirmó que los tres hombres eran
culpables. Después de esto, los tres fueron utilizados para sacrificio. Los culpables eran en realidad
el macho cabrio, el carnero padre y la rana.
Todos los presentes entonces se alzaron y aplaudieron de forma ensordecedora, ovacionaron a OBARA. Fue cargado en hombros y llevado afuera en procesión abierta. Los padres de OBARA MEJI, antes de que este saliera de la casa, habían jurado suicidarse si su único hijo perdía la vida en el encuentro.
Tan pronto como el padre escuchó los gritos, concluyó que su hijo estaba muerto y se quitó la vida.
Cuando la madre vió que a su hijo lo estaban llevando en hombros en una procesión triunfar, sacó la cabeza del dogal de soga que había colgado preparado para suicidarse. Entonces utilizó la soga para darle las gracias a su propia madre. Esta es la soga que la persona utilizan para amarrar en el lugar sagrado de sus madres fallecidas en sitios de la tierra Yorubá y Beni hasta el día de hoy.
Por esto se dice que la madre de OBARA MEJI fue quien lo salvó de las frías manos de la muerte.
Surgió la rogación de rodilla ante la Deidad.
OBARA MEJI fue quien dispuso que antes de que se ofreciera sacrifico a cualquiera Deidad, el ofertante tenía que rogarle para que lo aceptara. Si lo que ofrece es un chivo, chiva, pollo, gallina, tiene que rogarle de rodilla antes a la divinidad, que acepte la comida que se le está brindando; por esta razón, se dice que no es difícil rogar por un favor de la divinidad que es nuestro patrón.
Se adivinó para el Cocotero, la Palma y la Rana.
Cuando el cocotero y su hermana mayor la palma real decidieron abandonar el Cielo por la Tierra, fueron por adivinación a OBARA MEJI, quien se llamó en Cielo JEEMFIDIHEE (que significa: «déjenme sentarme tranquila e inofensivamente»), y les recomendó los consabidos sacrificios. Al entrar en el mundo ambas hermanas se casaron con ODE (con el de afuera exterior). El cocotero produjo toda clase de frutos que lo hicieron el favorito del pueblo; pero la palma real, aunque era más hermosa, siguió como un objeto decorativo para su esposo y carente de importancia para los de más.
También fue él quien adivinó para la rana cuando esta entró en el mundo; él le recomendó que hiciera el mismo tipo de ofrenda que le había recomendado antes a las dos palmas, así lo hizo y empezó a multiplicarse tan pronto pisó la Tierra. Luego de haber ayudado a muchos otros en el Cielo y al ver la prosperidad que estos traían a la Tierra, decidió venir también al mundo para seguir ayudándolos.
La difícil transferencia de la prosperidad al mundo.
Cuando el rey de la Muerte supo que un sacerdote de Ifá se había ido para la Tierra en compañía de la riqueza y la prosperidad, decidió detenerlo de cualquier forma y como no sabía exactamente quien había sido, decidió castigar con severidad a todos los sacerdotes de Ifá en el Cielo con pena de muerte. Lo acompañaban catorce consejeros.
Mientras tanto, el rey de la Muerte se vistió de enfermo para encubrirse, ya que su esposa es la enfermedad (Arun). Se puso tan enfermo que su cuerpo incluso comenzó a emitir un olor muy desagradable.
También preparó para los sacerdotes de Ifá celestiales uno por uno, cierta cantidad de bebida de kolá, que en realidad eran huevos y barrilitos de vino para que lo fueran a ver y lo
curaran. Les dio a cada uno siete días para que lo curaran, y al cabo de ese plazo si no lo hacían no podían regresar a sus casas.
Tan pronto como llegaba el sacerdote de Ifá de turno, la Muerte le daba la bebida de kolá y tenían que adivinar de qué se trataba para probar su clarividencia, muchos no pasaban esta prueba y les ponían cadenas. Los pocos que lo lograron, al decir lo que en realidad contenía: un huevo, no lo, lograban en la práctica, porque cuanto más trataban de darle la medicina al rey, más enfermo se ponía. Cuando ya tenían varios sacerdotes de Ifá celestiales en su celda, llegó el turno a OBARA MEJI
Cuando éste recibió la invitación del rey de la Muerte, decidió consultar con su Ifá, quien le aconsejó ofrendar un chivo a ESHU y otro a su ángel de la guarda. Rápidamente llevó a cabo los sacrificios.
Cuando salía para la casa de la Muerte, llevaba su collar mágico (udé) que era su principal instrumento de autoridad, también le habían recomendado que le pusiera una escalera a su ángel de la guarda y a ESHU, y así lo hizo.
Al llegar a la casa de la Muerte, tocó la puerta, pero antes de entrar le dijeron que tenía que adivinar la cantidad de personas que había dentro y lo que estaban haciendo en aquel momento. Enseguida miró por la bola de cristal de su collar y reveló que había catorce personas en la habitación que bebían con una copa en la mano. Así se le permitió entrar en la misma de espalda a la puerta, la cual abrió y entró.
El rey de la muerte apareció con aspecto de hallarse gravemente enfermo. Cuando entró la Muerte ordenó que le dieran bebida de kolá y vino. Cuando sirvieron la kolá, OBARA MEJI dijo a los demás que la kolá había llegado y que adivinaran qué era.
Utilizando un encantamiento especial con el que la invocaba por sus verdaderos nombres celestiales, conjuró a la bebida de kolá y al vino. Si eran verdaderos, tal y como fueron creados por OLORDUMARE, tenía que mantenerse así, o de lo contrario recuperar antes sus ojos sus verdaderas identidades. De manera instantánea, las sustancias venenosas que contenía el vino ascendieron a la superficie y el orine de la oveja se mantuvo en el fondo. Al mismo tiempo, las semillas de kolá se convirtieron en huevos. Luego protestó ante el rey de la Muerte por su falta de hospitalidad.
La Muerte se disculpó y lo apaciguó brindándole semilla de kolá y vino verdaderos. Sin embargo, le dijo que pese a su mal comportamiento inicial, nadie había logrado curarlo. Él contestó diciendo que tenía que comer y beber antes, ya que estaba hambriento debido al largo viaje que había hecho para llegar.
Cuando le estaban sirviendo comida a OBARA MEJI, ESHU sé trasfiguró en un niño afectado por una erupción de la piel y sé presentó de pie en la entrada. Antes de comenzar a comer, sacó su instrumento de adivinación ókpele y apareció su propio Ifá. Esto le hizo pensar si la comida que
estaban sirviendo estaba en buen estado y era inocua. Invitó al niño a que comiera. El muchacho engulló todo incluyendo el recipiente. A cambio, el chico le dijo a OBARA MEJI que preparara el recipiente donde él realmente trataba las pústulas de su piel. Cuando otro se marchó a preparar el recipiente, el niño le aconsejó que accediera a curar al rey de la Muerte. Cuando regresó a la habitación de la Muerte, se propuso voluntariamente para hacer lo posible para curarlo.
El rey de la Muerte tenía un hábito de quitarse el vestido de la enfermedad cuando se iba a acostar y de ponérselo nuevamente a la primera hora de la mañana. Esa misma noche, tan pronto se acostó, ESHU utilizó la escalera con la que OBARA hizo el sacrifico para subir a la habitación de la Muerte.
Mientras hacía esto, conjuró a la Muerte para que durmiera profundamente. Cuando se quedó dormido, ESHU, como niño de las pústula, invitó a OBARA MEJI para que viera cuan saludable lucía el viejo y cuan flexible era su cuerpo sin el vestido de enfermo.
Al día siguiente, la Muerte invitó a OBARA MEJI a que empezara sus trabajos de curación, para lo cual recolectó todas las hojas disponibles y le indicó su polvo de adivinación, las preparó para un baño por siete días. La muerte, sin embargo, no se bañó con los preparados. OBARA MEJI, entretanto, siguió compartiendo con el niño llagado cualquier comida que le ofrecieran.
Al sexto día el rey de la Muerte le dijo a OBARA MEJI que no estaba mejorando y que no podía dormir. Esa noche, ESHU nuevamente conjuró a la Muerte para que se tomara una elevada dosis de miel y dormitara; también catapultó a OBARA MEJI y al niño de las llagas por la escalera invisibles hasta la habitación de la Muerte. Cuando llegaron al cuarto, el niño le dijo a OBARA MEJI que llevara la vasija con el vestido de la enfermedad de la Muerte.
Una vez afuera, ESHU conjuró el camino hacía el río para que estuviese libre de seres vivientes, porque no podía verlos llevando aquella vasija. Después lo arrojaron al río y a la vuelta se acostaron a dormir.
Poco después amaneció y llegó el día señalado. Tan pronto como aclaró, comenzaron a llegar los invitados que venían a presenciar la suerte que le correspondería correr a OBARA MEJI. La Muerte se bañó y empezó a buscar la vasija donde debía estar su ropa de enfermo, pero no lo pudo hallar.
Decidió encerrarse en la habitación. Después de esperar en vano que el rey de la Muerte saliera del cuarto, OBARA MEJI lo mandó a buscar porque estaba ansioso por saber cual iba ser su suerte.
Luego de tocar incesantemente a la puerta, el viejo salió vestido, tomó asiento en el trono con su cuerpo brillante, radiante, transparente y con aspecto saludable.
OBARA MEJI le pidió que anunciara el resultado de sus esfuerzos y este confirmó que su tratamiento había dado resultado.
La Muerte entró de nuevo para dividir su tesoro en dos y entregárselos a OBARA MEJI. El niño de las llagas le aconsejó a este que debía protestar porque el rey de la Muerte se estaba retractando de su promesa. OBARA MEJI gritó y su alarido fue amplificado y repetido por ESHU, de manera que el sonido hizo que los cimientos del Cielo se estremecieran. El incidente hizo temblar al rey de la Muerte quien penetró en la habitación para colocar la mitad de todas sus pertenencias en un saco de nuez de kolá que, posteriormente, puso afuera. Antes de que saliera, el niño le había aconsejado a OBARA MEJI que aceptara del rey de la Muerte solo un saco de nuez de kolá.
La Muerte salió con dos recipientes, una caja de bronce que contenía desperdicios y un barril de nueces de kolá, y le pidió a OBARA MEJI escogiera uno de los dos. De acuerdo con lo que le había aconsejado el niño, OBARA escogió el saco de nuez de kolá y partió hacía su casa. Mientras tanto, ESHU se había transformado en un viejo y se hallaba en camino esperando por OBARA MEJI, quien, por su parte, buscó al niño y al no poderlo hallar, le dejó algunos de los regalos con su
propio ángel de la guarda y continuó su viaje.
Antes de llegar a su casa, se encontró con el viejo de la choza que se había encontrado ahí cuando él se dirigía a cumplir su misión. El viejo le dijo a OBARA MEJI que le mostrara el premio que había obtenido como resultado de su viaje. En ese momento comenzó a preguntarse si no era ESHU quien nuevamente estaba jugando. Para salir de dudas, sacó su vara de autoridad y conjuró al viejo para que se transformara en su verdadero ser. El viejo al instante se transformó, primero en el niño
llagado y después en ESHU, en todo su esplendor. Entonces OBARA MEJI le dio las gracias por toda la ayuda que le había prestado durante su imposible misión. Sacó el saco de nuez de kolá y le dijo que tomara las que quisiera. En respuesta, ESHU le pidió que lo llevara a donde quiera que él fuera y que compartiera con él lo que comiera, tal y como lo había hecho durante el viaje.
Al llegar a su hogar, OBARA MEJI le dio un chivo a ESHU y un chivo al ángel de su guarda.
Entonces, invitó a sus amigos a una comida de agradecimiento, ya que había sido el único Sacerdote de Ifá que pudo frustrar las malvadas maquinaciones del rey de la Muerte.
Por esa razón, cuando OBARA MEJI sale en adivinación para una persona a quien la muerte le está tocando a la puerta, se le deberá aconsejar que haga el mismo sacrificio que hizo OBARA MEJI antes de la prueba que la muerte le puso.
En ese momento OBARA MEJI decidió que había llegado la hora de partir hacia la Tierra.