Oración ven a mí

Oración ven a mí

La Oración Ven a Mí es sumamente poderosa, debido a que activa las energías de la atracción, por lo que puede ser capaz de atraer con mucha efectividad a la persona amada o al objeto del deseo. Esto se debe a que utiliza la capacidad natural de la mente de cada ser humano para materializar lo que quiere en su vida.

¿Para qué sirve la oración ven a mí?

Lo más importante a la hora de rezar la oración ven a mí es la concentración y la fe que se tenga al realizarla, ya que, su efectividad va a depender de la manera en que el oficiante active las energías de la atracción en su campo físico, pudiendo de esa manera alcanzar casi cualquier cosa que se proponga.

La oración ven a mí es muy popular por su conocida efectividad en temas amorosos, es bien sabido que sirve para atraer a la persona que se desea tener como pareja, o simplemente un amor verdadero con las características que soñamos. De hecho, se cree que los resultados luego de realizar esta oración son casi inmediatos, percibiéndose en la energía que se emana tanto entre las parejas, como en los hogares, estimulando un ambiente más armonioso lleno de buenas vibraciones.

Sin embargo, el poder de la oración ven a mí no se limita a los temas sentimentales únicamente, también es posible hacer invocaciones con esta oración para atraer el dinero, la prosperidad, el desenvolvimiento en el aspecto material en todos sus sentidos, o para alcanzar una meta específica que se quiera lograr.


Oración ven a mí

Esta oración puede ser realizada encendiendo una vela de color blanco invocando a todo su cuadro guía espiritual para que sea canalizada la armonía amorosa en su vida y se alcancen sus objetivos sentimentales.

«En el hoy y en el ahora, activo mi conexión cósmica con Dios Todopoderoso, creador de toda la existencia, para que me permita conectarme con la energía de todas las entidades que han sido comisionadas a la ayuda de los seres encarnados en este mundo terrenal.

Invoco a la espiritualidad de los 4 elementos: tierra, aire, fuego y agua. A mi ángel guardián y a todos mis guías espirituales. Invoco a Lila, Malva y Jacinta para que venga a mí (decir el nombre del ser amado).

Decreto que a partir de este momento (decir el nombre del ser amado) vendrá a mí. Tomo posesión de tus pensamientos y sentimientos (decir el nombre del ser amado) ven a mí.

Que la savia de Mirto fluya a través de la sangre de (decir el nombre del ser amado) para que venga a mí, regrese conmigo, para sanar mis ansiedades y tristezas por su ausencia, para que ilumines mi alma y mi ser, de la misma manera que yo iluminare la suya.

Ven a mí (decir el nombre del ser amado) con un amor intenso y apasionado, con necesidad y deseo hacía mí, con tus ideas dirigidas hacia la importancia de nuestro amor, anhelando mi presencia a tu lado, influenciado por todos los ángeles del amor,  por las hierbas de Venus, ven a mí.

Ven a mí (decir el nombre del ser amado) con la misma necesidad que tengo yo de ti, para tener una vida plena de felicidad y dicha.

Clamo a la fortaleza del espíritu nocturno para poder entrar en los sueños de (decir el nombre del ser amado) inspirando hermosas y placenteras visiones en mí compañía.

Llamo al espíritu matutino, para que (decir el nombre del ser amado) al despertar lo primero que añore sea mi presencia, para que su primer pensamiento sea yo, para que su mayor anhelo sea despertar a mi lado y venga a mí.

Solicito la presencia del espíritu del amor para que el corazón de (decir el nombre del ser amado) sea perforado con flechas impregnadas de las mieles del amor y venga a mí, porque la nostalgia no lo dejará reposar y a su mente vendrán muchos recuerdos de nuestra intimidad juntos, por eso no ha de soportar estar lejos de mí.

Ruego a San Marcos de León, que así como doma la voluntad de las fieras salvajes, apacigüe el espíritu de (decir el nombre del ser amado) para que siempre venga a mí dócil, sumiso, complaciente, amoroso, enamorado, dispuesto, y adorándome como a nadie más.

Espíritu del desespero te ruego que (decir el nombre del ser amado) venga de inmediato a mí, y mientras no lo haga que sea invadido por tu fluido, que se sienta desesperado, angustiado, impaciente y triste por la falta que le hago en su vida, encontrando solo la paz si viene a mí.

Espíritu intranquilo con tu influencia decreto que (decir el nombre del ser amado) vendrá a mí y mientras no lo haga Su energía lo hará desafortunado, inquieto, torpe y desatinado, hasta que entienda que su tranquilidad y bienestar está solo a mi lado.

Espíritus que me asisten, a sus pies sello este conjuro, mi afirmación vuelve realidad lo que yo auguro, no será, ya es, porque a (decir el nombre del ser amado) llamo, ven a mí porque serás mi compañero/a para siempre y solo a mí has de pertenecer. Se ha dicho, se ha hecho, así es y así lo decreto. Amén».


Oración ven a mí para el dinero

Es importante tener claro a la hora de utilizar las oraciones de ven a mí que en cada uno de nosotros vive una fuerza interior capaz de atraer lo que anhelamos, lo importante es saber canalizarla para materializar nuestros objetivos. Justamente, esa canalización se puede alcanzar concentrando nuestra vibración al utilizar este tipo de rezos. La oración ven a mí para el dinero atare la energía de  la prosperidad y la riqueza que está suelta en el universo dispuesta a llegar a cada uno de nosotros.

«Clamo la bendición de Dios, creador misericordioso lleno de amor, abundancia y bienestar.

Invoco a las energías infinitas del cosmos para que vengan a mí.

Activo todo el poder de atracción que hay en mi mente, en mi cuerpo, en mi corazón, en mi alma y en todo mi ser, para que se conecte con el espíritu del dinero, de la prosperidad, de los caminos abiertos, y de la buena suerte.

Decreto que la bonanza vendrá a mí. En este ahora y en este momento llamo a la fortuna, dinero ven a mí, inunda mis manos, mi casa, mi trabajo, mi negocio, mi vida, todo lo que yo toque o anhele, se está llenando de abundancia desde ahora mismo. 

La riqueza viene a mí y junto a mí se ha de quedar para siempre, respaldada por la energía de los astros y las estrellas, de los santos y las santas de la corte celestial, por San Cono de Teggiano que me ha de sellar mi decreto con su mano, con  la misma mano que ayudó al necesitado.

¡El dinero viene a mí!

¡La fortuna viene a mí!

¡La abundancia ya está en mí!

Tres veces lo repito porque tres veces ha de ser, triplicada serán mis finanzas y de austeridad nunca más he de padecer. Amén y que así sea, así es, así será».


Oración ven a mí de la Santa Muerte

«Invoco a la Santa Niña Blanca. Poderosa Santa Muerte.

Vengo a ti como quiero que mi ser amado venga a mí. Vengo a ti con los ojos llenos de angustia, con el cansancio que me invade por tanta tristeza acuestas, con el ruego que anhela el regreso de quien hoy está ausente.

Santa Muerte, tu fuerza invoco para que (decir el nombre del ser amado) venga a mí.

Con tu voz lo llamo (decir el nombre del ser amado) ven a mí dominado en cuerpo, pensamiento y voluntad, sin poder mirar a nadie más que no sea yo, dándome tu cariño y tu amor solo a mí.

Santa Muerte, con tus ojos miro a (decir el nombre del ser amado) para que venga a mí, lleno de deseo hacia mí, sintiendo que nuestro amor es lo único que necesita para continuar su vida, mirándome con ojos de pasión desenfrenada, sin poder controlar las ganas de llamarme, de tocarme, y de mirarme.

Ven a mí (decir el nombre del ser amado) que mi amor por ti es inmenso, todo lo que deseo es llenarte de caricias y ternura, que hagamos una vida juntos, que construyamos un hogar, y que seamos felices.

Ven a mí (decir el nombre del ser amado) para ser mi esposo/a, por mandato de la Santísima Muerte, a tus pies se han de cumplir mis deseos (hacer petición y ofrecerle algo a cambio para pactar con la Santa Muerte y hacer más efectiva su invocación) porque tú eres la santa de mi devoción.

Ven a mí (decir el nombre del ser amado) para que dejemos de vivir una vida llena de amarguras, de tristezas, y de soledad. Todos los malos sentimientos se han de convertir en emociones agradables, dichosas y llenas de disfrute siempre que pienses en mí.

Ven a mí (decir el nombre del ser amado) y que nada ni nadie puede separarnos. Que no exista otra persona que pueda atraer tu atención, ni tu amor, ni alejarnos, por el poder de la Santa Muerte.

Ven a mí (decir el nombre del ser amado) que mi corazón no olvida, no he tenido reposo desde que te fuiste, ahora por la fuerza de la Santa Muerte tú no tendrás descanso hasta que regreses a mi lado.

Santa Muerte tu bien sabes que merezco que (decir el nombre del ser amado) vuelva a mí, emana tu energía poderosísima hasta que mi petición sea alcanzada ¡Oh, grandiosa niña blanca! No me abandones en mi lucha, acompáñame hasta alcanzar lo que deseo. Obliga a (decir el nombre del ser amado) a buscarme y quedarse junto a mí. Que así sea Santa Muerte, así será, amén».


Oración ven a mí para el amor

Esta oración puede ser acompañada con una vela de color rojo impregnada con aceites de olores dulces, miel de abejas, y polvo de pétalos de rosas, para activar las energías del amor y el encanto.

«Que la bendición del gran poder de Dios me asista para invocar ahora mismo la presencia de mi ángel de la guarda, eliminando a partir de este mismo instante toda baja vibración que me empuje hacía el camino de la soledad.

Ángeles que me acompañan y me guían, ayúdenme para que el amor venga a mí. Hagan que me convierta en el imán que atraiga la persona correcta para formar una pareja y un hogar.

En el nombre de mi ángel guardián clamo ¡Ven a mí amor de mi vida! Ven a mí para que estemos juntos por siempre. Ven a mí colmado de sentimientos buenos y puros, donde la envidia o la negatividad no nos puedan perjudicar.

En nombre de los ángeles del amor ¡Ven a mí amor puro! Acércate hoy mismo para darme las más dulces mieles de la felicidad, del cariño y de los sentimientos más dichosos del alma.

Dios Todopoderoso, tú que todo lo escuchas, no permitas que mi plegaria quede perdida en el aire, y que yo me quede sola/o viviendo esta angustia por no tener a mi lado alguien que me acompañe.

Permite amado Creador que venga a mí esa persona que desee verme, que anhele sentir mi olor, que añore rosar mi piel con amor, que desee abrazarme, besarme, quererme y cuidarme las 24 horas de todos sus días por el resto de nuestras vidas. Amén».

Oración ven a mí para atraer a la persona amada

Junto a esta oración se puede realizar un ritual en el cual se prepara un perfume que será velado con tres velas rojas y se le rezará está oración tres veces. Luego, ese perfume se utilizará cada vez que se vaya a estar cerca de la persona amada, con la finalidad de atraerlo. También, puede rezar esta oración periódicamente cuando se unte el perfume en su cuerpo, para mantener activos sus efectos.

«Con la bendición de Dios Supremo, invoco a mi cuadro guía espiritual, a mis espíritus ancestrales y a todas aquellas entidades que me acompañan. 

¡Oh ángeles y arcángeles del amor! Activen las vibraciones del poder más grande que existe en el universo, el amor. Que venga a mi (decir el nombre del ser amado) en nombre de todos los ángeles ven a mí.

Ven a mí (decir el nombre del ser amado) porque es nuestro destino que estemos unidos, recibe el fluido del amor emanado de las espiritualidades que me asisten para que en tu interior aceptes todo el amor que tengo para darte.

Ven a mí (decir el nombre del ser amado) para que a partir de este momento tu mente, tu corazón, tu espíritu y tu cuerpo sean entregados con amor a mi persona y a nadie más.

Ven a mí (decir el nombre del ser amado) porque viviremos dichosos disfrutando de la felicidad plena que nos ha de proporcionar está unión que será bendecida por los ángeles.

Ven a mí (decir el nombre del ser amado) porque no tendrás reposo ni descanso si no lo haces, tus pensamientos y sentimientos están atados a mí, estoy y estaré siempre presente en tu vida sin que tengas voluntad para dejarme.

Ven a mí (decir el nombre del ser amado) para darnos la oportunidad de vivir momentos increíbles, para gozar de la evolución, de la armonía y la buena fortuna juntos, formando una familia unida que estará amparada siempre por la protección de los arcángeles, guerreros que nos cuidan desde el cielo.

Ven a mí (decir el nombre del ser amado) para poder sentirnos, disfrutarnos y adorarnos una vez más.

Ven a mí (decir el nombre del ser amado) rendido de amor, derrochando tu interés y deseo por tenerme, angustiado por mi ausencia, necesitado de mi sexo, para entregarme todo el deseo tuyo.

Ven a mí (decir el nombre del ser amado) arrepentido y sumiso, ofreciéndome todo tu ser, arrastrado a mis pies, suplicante de una vida juntos.

Ven a mí (decir el nombre del ser amado) que a partir de este momento soy yo tu dueña, a mi has de volver. Con dos te veo, con tres te ato, la sangre te bebo y el corazón te parto. Ha quedado escrito ha quedado sellado. Así es, amén».

Oración ven a mí a San Marcos de León

San Marcos de León fue un evangelista cristiano relacionado con un león alado, que simboliza el vencimiento que logró Marcos al domar dicho animal. Es muy invocado para amansar o dominar personas o situaciones. Sus oraciones e intervención gozan de mayor popularidad con respecto a la solución de problemas de pareja, devolviendo con gran efectividad al ser amado que se ha alejado.

«Oh glorioso san Marcos de León.

Fuiste tú bendecido con la gran fortaleza que te permitió dominar a las fieras más temibles de la tierra. No hay bestia salvaje que pueda resistirse ante tus dotes, leones, serpientes, dragones, todo lo que se opuso a tu paso terminó sucumbiendo ante tu voluntad.

Es por ello, que hoy acudo a tus virtudes para pedirte que venzas toda oposición que esté perjudicando mi regreso con (decir el nombre del ser amado). Si en su corazón existe un nudo te pido que lo desates, si existe un candado te imploro que lo desarmes, para que de una vez y por todas venga a mí.

Que venga a mí, que venga, y que nada ni nadie lo detenga. Que corra, que corra y que nadie se le oponga, porque a mis pies ha de llagar y nada lo ha de trastornar.

San Marcos de León bendito que los pasos de (decir el nombre del ser amado) vengan a mí ahora mismo. Y tal como el fiero león que a tus pies se postró, que a los míos venga manso y tranquilo.

Que venga a mí, doblegado como un corderito, sumiso y calmado con el ánimo bajito. No habrá cama donde se pueda acostar, ni pan que a su boca se pueda llevar, porque la desesperación por mí no lo dejará reposar.

San Marcos de León, en el nombre de Dios yo te invoco, para que venga a mí (decir el nombre del ser amado) por tus misterios dominado, sus 5 sentidos a mi serán atados, su pensamiento para mí conjurado, su juicio por mí dominado.

Ven a mí (decir el nombre del ser amado) sin voluntad propia alguna, arrepentido, humillado y pidiendo otra oportunidad, tratándome con el respeto que siempre me debió dar.

Por la gracia de San Marcos de León (decir el nombre del ser amado) tus ojos han sido cegados para mirar con amor a nadie más, porque solo a mí han de desear.

Has sido conjurado (decir el nombre del ser amado) y a mi has de venir, tú voluntad es mía y solo mía por el poder de San Marcos de León. Con dos te veo, con tres te ato, la sangre te bebo y el corazón te parto, ven a mí. Hágase tú voluntad San Marcos. Así sea, así es, así será. Amén».


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