Novena de San Miguel Arcángel
La Novena a San Miguel Arcángel es un antiguo rezo que se lleva a cabo durante 9 días seguidos a nombre de este poderoso mensajero de dios, esta es una adaptación de la oración suministrada en el libro del Padre Francisco García, que lleva por título: «El Primer Ministro de Dios San Miguel Arcángel» que data de 1684.
El Arcángel Miguel es ampliamente reconocido como un poderoso protector contra los demonios y sus intenciones malévolas. Por ser el líder de los ejércitos del reino de los cielos fue capaz de desterrar a Satanás luego de sus actos de rebeldía contra los preceptos de Dios. Su invocación es muy oportuna para vencer las batallas contra el mal y alcanzar la sanación.
¿Cuándo se reza la novena de San Miguel arcángel?
Esta poderosa oración puede ser utilizada en el momento que se desee o que el oficiante considere que la requiere. Miguel siempre se sentirá alagado mediante esta invocación que provoca una conexión con su energía y sirve para solicitar su intervención en alguna situación de nuestro interés. También es costumbre iniciar este novenario justamente a los 9 días antes de su conmemoración anual, para terminarla el día de su celebración que en algunos lugares se lleva a cabo el 29 septiembre y en otros el 8 de Mayo.
¿Qué se necesita para rezar una novena al Arcángel Miguel?
Según las costumbres católicas, se recomienda que antes o durante el desarrollo de la Novena el oficiante acuda a la iglesia para realizar la confesión y el acto de comunión, acción que le aportará mayor preparación para la invocación a realizar. También se recomienda hacer ayuno en honor al arcángel, por lo menos durante uno de los días que se realice el ritual.
Para aquellos cuya devoción hacia el arcángel San Miguel es puramente espiritual, se les recomienda simplemente prepararse realizando un reposo depurativo como el acostumbrado por los espiritistas. Ayunar alguna vez, dejar de comer carnes rojas, abstenerse de ingerir bebidas alcohólicas, de practicar relaciones sexuales, y no tener ningún tipo de acción o pensamiento pecaminoso, durante los 9 días de duración.
Novena de San miguel arcángel: La invocación del bien
Esta invocación tiene una duración de nueve días continuos y se realiza de la siguiente manera:
Luego de preparar una mesa con un mantel blanco o un altar con la imagen de Miguel, se arrodillará frente a él realizando la Señal de la Cruz, y dando gracias a Dios por todas las bendiciones obtenidas. Ofrecerá a partir de ese momento sus labores, conversaciones y pensamientos en nombre de la gloria de Dios, de la Virgen María, de San Miguel arcángel, de todos los santos y santas de la corte celestial.
Primer día
Oración acto de contrición:
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor mío, por ser tu quien eres, bondad infinita y porque te amo por encima de todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido, también me pesa porque puedes castigarme con las penas del infierno. Animado con tu divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta, para el perdón de mis pecados. Amén.
Oración a San Miguel Arcángel
Soberano Arcángel San Miguel y excelentísimo Príncipe de la Corte Celestial. ¿Quién no podría ser tu devoto, pagando así a tus devotos? ¿Quién no te servirá con mucho cuidado si de esta manera pagas los servicios que te hacen? Mas, para que yo te ame, basta saber el amor que me tienes y al cual, no puedo corresponder con igual amor. Para que te sirva no es necesario prometerme nuevos favores, con los ya otorgados me tienes más que obligado de lo que podré jamás pagar ni reconocer. Pero ya que no puedo con obras responder a tantas mercedes, recibe palabras y afectos. Gracias te doy excelso y sublime Espíritu, porque defendiste la honra y la gloria de mi Señor Jesucristo y por todos los servicios que en toda la vida le hiciste a Él y a su Santísima Madre.
Gracias te doy por el ángel que destinaste a mi guarda y por los otros servicios generales y particulares que por tu mismo o por medio de tus ángeles me has otorgado, los cuales no conozco bastantemente en esta vida, ni los puedo dignamente agradecer y por ello pido y suplico al ángel de mi guarda, que en mi nombre te lo agradezca y también lo que has hecho a la humanidad y a la Santa Iglesia, de la cual soy miembro. Me alegro de todos los privilegios, gracias, prerrogativas, dignidades y dones naturales y sobrenaturales con que el Señor te ha honrado y enriquecido y doy al Señor eternas gracias por ello, porque así te quiero exaltar.
Defiéndeme, oh valerosísimo Capitán de los ejércitos de Dios, envía en mi socorro a tus soldados para que me defiendan de los demonios y no me rinda a sus combates y tentaciones. Manda a tus ángeles que me guíen para que no ande errado y que me alumbren para que no ande ciego y que pongan sus manos para que no tropiecen mis pies en el camino peligroso de la vida. Asísteme con tus ángeles en el momento de mi muerte y alcánzame del Señor contrición verdadera de mis culpas, para que presentada mi alma ante tu tribunal, merezca ser presentada por tus manos ante el tribunal de la Santísima Trinidad y entrar en la posesión de la gloria donde alabe al Señor para siempre y te dé eternas gracias de haber conseguido con tu intercesión la bienaventuranza. Amén.
Oración del día 1 de la novena
(Esta es la única oración de todo este ritual que se irá cambiando a diario. El resto de las oraciones se repiten en el mismo orden desde el principio hasta el final).
«Dios y Señor de los Ángeles, a quien encomiendas la guarda de los hombres, te ofrezco los merecimientos de los soberanos Espíritus y los del príncipe de los Ángeles San Miguel, que por ti y por medio de tus ministros guarda la naturaleza humana, para que me guardes de todo pecado con una pureza angélica y me concedas lo que pido en esta Novena, a mayor gloria y honra vuestra. Amén».
(A continuación rezar 9 Padre Nuestro y 9 Ave marías)
En reverencia de los nueve Coros de los Ángeles y del Príncipe de todos «San Miguel arcángel» a quien se le dedica la siguiente oración:
Príncipe gloriosísimo San Miguel, Capitán y líder de los Ejércitos Celestiales, recibidor de las almas, vencedor de los malignos espíritus, ciudadano del Señor y Gobernador después de Jesucristo de la Iglesia de Dios y de gran excelencia y virtud, libra a todos los que te llamamos y haznos aprovechar en el servicio de Dios por tu precioso oficio y dignísima intercesión. Ruega por nosotros beatísimo San Miguel, Príncipe de la Iglesia de Cristo. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Dios.
Oración
Todopoderoso sempiterno Dios, que por tu gran clemencia para la salud humana nombraste al Glorioso San Miguel Arcángel maravillosamente por Príncipe de la Iglesia, concédenos que por su saludable protección merezcamos aquí ser defendidos de todos los enemigos, y a la hora de nuestra muerte, libres y salvos seamos presentados a tu Divina y Soberana Majestad, por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
(En este momento realizará su petición implorando la intervención de San Miguel con la mayor fe posible y de corazón). Luego hace el siguiente rezo:
¡Oh glorioso príncipe, arcángel San Miguel, que te acuerdas de nosotros aquí y en todo lugar, reza siempre al Hijo de Dios por nosotros, Aleluya, ¡Aleluya!
V: A los ojos de los ángeles cantaré a Ti, oh Dios.
R: Y adoraré a tu santo templo y confesaré tu nombre.
Oremos
Oh Dios, que en un orden maravilloso has creado los ministerios de los ángeles y a los hombres, haz que tus santos ángeles que están a tu servicio, en todo momento nos socorran a los que estamos aquí en la Tierra, por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Alabanza a Nuestra Señora
Santa María, socorre a los miserables, ayuda a los pobres, conforta a los que lloran. Ora por tu pueblo, intervén por el clero, intercede por las devotas mujeres. Que experimenten tu ayuda, todos los que celebran tu festividad.
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén
Oremos
Concede oh Señor y Dios nuestro, a los que somos tus siervos, gozar de perpetua salud de alma y cuerpo, y que por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, nos libremos de las tristezas presentes y disfrutemos las alegrías eternas, por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Alabanza de San Rafael
Yo soy el Arcángel San Rafael, que asiste siempre delante del trono de Dios, para bendecirlo y contar todas sus maravillas. Aleluya.
V. Se puso un ángel cerca del altar del templo.
R. Con un incensario de oro en la mano.
Oremos
Oh Dios que bendijiste a tu siervo Tobías al enviarle al Arcángel San Gabriel para que fuese su compañero en sus caminos y buen y certero consejero. Concédenos a nosotros también, tus siervos, que seamos protegidos por este mismo arcángel y auxiliados por él en todo momento. Amén.
Alabanza de San Ignacio
Bien está, siervo bueno y fiel, porque has sido fiel en lo poco, te daré el cuidado de lo mucho; entra en el gozo de tu Señor.
V. Nuestro Dios lo guió por caminos de justicia.
R. Y le reveló el Reino de Dios.
Oremos
Oh Dios que enviaste a la Iglesia Militante una nueva ayuda por medio del bienaventurado San Ignacio, para propagar la mayor gloria de tu nombre, concédenos, que luchando nosotros a ejemplo suyo y mediante su intercesión en la Tierra, merezcamos ser coronados juntamente con él en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén
Alabanza de San Francisco Javier
Despreció el mundo y sus riquezas y todas las cosas terrenales.
V. El Señor lo amó y lo embelleció.
R. Y le vistió de gloria.
Oremos
Oh Dios, que tanto te complace los milagros y la evangelización de tu siervo Francisco Javier en la unión de las Indias a la Santa Iglesia, concédenos que nosotros podamos venerar sus gloriosos méritos y seguir su ejemplo y sus virtudes, por Nuestro Señor Jesucristo que vive y reina en la unidad del espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
Como se indicó anteriormente, a diario se repite todo el ritual sustituyendo únicamente la Oración de los Ángeles por la siguiente:
Segundo día
Dios y Señor de los Arcángeles a quien encomendaste los negocios gravísimos de vuestra gloria, te ofrecemos los merecimientos de estos nobilísimos Espíritus y los de San Miguel Arcángel, que defendió su honra y gloria contra Lucifer y sus ángeles, para que yo busque en todas las cosas su mayor gloria y me des lo que pido en esta Novena. Amén.
Tercer día
Dios y Señor de los principados, a quienes encomendaste la guarda de los Reinos, te ofrezco los merecimientos de los excelentísimos Espíritus y los del Príncipe de la Milicia Celestial San Miguel. Guardia Mayor de todos los Reinos Cristianos, para que guardes el estado de mis sentidos y potencias de todo desorden y desobediencia a tus leyes divinas y me concedas lo que pido en esta Novena, a mayor honra y gloria tuya. Amén.
Cuarto día de la novena del Arcángel Miguel
Dios y Señor de las Potestades, que tienen especial poder para frenar a los demonios, te ofrecemos los merecimientos de los poderosísimos Espíritus y los de tu siervo San Miguel Arcángel, que alcanzó de los demonios la mayor victoria y con la misma felicidad pelea continuamente contra ellos a favor de los hombres, para que me defiendas de todas las tentaciones del mundo, del demonio y de la carne y me de lo que pido en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén.
Quinto día de la Novena
Dios y Señor de las virtudes, por los cuales haces milagros propios de tu soberano poder, violentando a la naturaleza, para que sirva a tu gloria, te ofrecemos de estos prodigiosos Espíritus y los de San Miguel, principal instrumento de todas las maravillas que se hacen en el mundo, para que me concedas que vencidas las malas inclinaciones de mi corrompida naturaleza, conserve y aumente su gracia y consiga lo que pido en esta Novena, a mayor honra y gloria tuya. Amén.
Sexto día
Dios y Señor de las dominaciones, que presiden los coros inferiores y son Ministros de tu providencia, te ofrecemos los merecimientos de estos eminentísimos Espíritus y los de tu primer Ministro San Miguel, principal del paraíso, para que me concedas perfecto dominio sobre mis pasiones y perfecta obediencia a todos mis superiores y la gracia que pido en esta Novena, a mayor honra y gloria tuya. Amén.
Séptimo día
Dios y Señor de los tronos, en quien descansas como en trono de tu gloria y te sientas como en tribunal de justicia, te ofrecemos los merecimientos de estos altísimos Espíritus y los de san Miguel Arcángel. Trono de tu grandeza y Ministro supremo de tu justicia, para que me concedas que yo me juzgue a mí mismo con rigor, para ser después juzgado con piedad y consiga lo que pido en esta Novena, a mayor honor y gloria tuya. Amén.
Octavo día
Dios y Señor de los Querubines, que estás adornado de perfectísima sabiduría, te ofrecemos los merecimientos de estos sapientísimos Espíritus y de San Miguel, Príncipe de los sabios del cielo, por quien enseñas a tu iglesia las verdades que necesita saber, para que me enseñes a temerte y amarte que es la mayor sabiduría y me concedas lo que pido en esta Novena, a mayor honra y gloria tuya. Amén.
Noveno día de la Novena al Arcángel San miguel
Dios y Señor de los Serafines, que se abrazan en tu amor, te ofrecemos los merecimientos de estos ardentísimos Espíritus y los de tu amado y amante San Miguel, para que yo te ame a ti, único Señor y Dios mío, sobre todas las cosas, con toda el alma, todo el corazón y con todas las fuerzas y para que me concedas lo que pido en esta Novena, a mayor honra y gloria tuya. Amén.