La Cruz de Caravaca: Significado, Origen, Oración y más

Cruz de Caravaca

Un símbolo por excelencia de la religión cristiana es la cruz. Estandarte que representa la muerte y resurrección de Jesús, cuyo sacrificio sirvió para redimir los pecados de la humanidad, y bajo el cual se fundamenta el dogma de sus creyentes. Por lo tanto, la Cruz doble de Caravaca es una expresión de fe, de amor, de la entrega total de Dios para con nosotros.

¿Qué es la Cruz de Caravaca?

Se trata de una cruz diferente a la clásica, de estilo patriarcal, que tiene 4 brazos; cada par de ellos posee medidas distintas, por lo que es identificada como una cruz doble. Su base vertical, es sostenida por los arcángeles San Miguel y San Gabriel. En el centro se encuentra Jesús crucificado, como símbolo del incalculable amor de Dios.

Su significado es muy profundo por el hecho de ser una cruz doble. Esto se relaciona con la importancia de los dos planos en los que el hombre puede existir. Por un lado, en sentido horizontal se representa el plano material, donde el alma se materializa gracias a su capacidad de habitar el cuerpo y por el uso de los sentidos.

Por otro lado, está el plano espiritual en sentido vertical. En referencia a la esencia Divina a la que pertenecemos por haber sido creados por Dios. Esta mezcla representa la naturaleza del ser humano, cuyo destino es aprender, evolucionar y alcanzar la espiritualidad.

Adicional a ello, la presencia de los arcángeles San Miguel y San Gabriel como sostén de este ícono tan importante, como lo es la cruz, demuestra el servicio y protección que rinden al Señor, y que los comisiona para el cuidado de todas las almas que buscan la gracia de Dios.

Esta cruz caravaqueña, era utilizada por los patriarcas para distinguir su jerarquía y cargo dentro de las diócesis u obispados que, en vista de su importancia eran dignas de tal distinción. Además, era referencia de la jurisdicción que poseía el portador sobre diversas atribuciones eclesiásticas.

Este uso de carácter patriarcal, en cierto modo, contribuyó para que la cruz original se popularizara conservando un considerable aval histórico, debido a su origen e importante preservación.

¿Para qué sirve?

Su culto cuenta con una antigüedad mayor a los 800 años, por lo que, su legado espiritual cultural, histórico y simbólico es enorme y de gran relevancia para los creyentes católicos. La cruz de Caravaca es una reliquia de carácter sagrado, considerada como un talismán para proteger y bendecir a sus portadores.

Se cree que la cruz posee poderes milagrosos capaces de curar enfermedades y proteger a los creyentes. Su culto se desprende desde la región de Murcia, en España, donde se encuentra su Basílica, que constituye su más importante centro de peregrinación, hacía el mundo. Es un símbolo de fe y se utiliza en oraciones, ritos religiosos católicos y gran cantidad de lugares.


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Origen y significado

La Cruz Caravaca es un símbolo cristiano de gran prestigio, confeccionada originalmente, por un leño especial procedente de Jerusalén. Desde tiempos muy antiguos, ha sido reconocida por la Iglesia Católica como «Vera Cruz», es decir, la verdadera cruz, siendo protagonista de bulas e indulgencias que eran otorgadas en su nombre a los peregrinos que iban a adorarla.

Se trata de una cruz de origen oriental, es reconocida como una reliquia medieval y patriarcal, cuya protección inicial estuvo en manos de la Orden del Temple, luego en manos de la de Santiago, y finalmente en territorio caravaqueño, en España.

Su misteriosa aparición se hace popular a partir del siglo XIII, cuando los limosneros recitaban fervientemente su historia, narrando que durante la Misa del sacerdote Chirinos ocurriría el milagro de la Aparición de la Cruz, haciendo alegoría a su gran poder protector e influencia milagrosa que atrajo desde la época, hasta la actualidad, incontables visitantes.

Nombrada como «lignum crucis». Este trozo de madera se estima que perteneció al leño donde fue crucificado Cristo. Para su conservación se guarda dentro de un relicario con forma de cruz, cuyo brazo horizontal superior es de 7 cm; el inferior de 10 cm; y el vertical tiene una medida de 17 cm.

Este relicario es una especie de protección externa de la verdadera reliquia que yace en su interior. La tradición sostiene que perteneció al patriarca Roberto de Jerusalén, quien sería el primer obispo de la Ciudad Santa, luego de la primera cruzada en 1099, donde fue conquistada de los musulmanes.

Los registros apuntan que hasta el año 1230 cuando el emperador Federico II estuvo en Jerusalén, la cruz aún se encontraba en manos del obispo de la ciudad, sucesor de Roberto. Sin embargo, dos años más tarde, había sido trasladada a Caravaca.

Leyenda de la Cruz de Caravaca

Leyenda de la Cruz de Caravaca

La tradición data la aparición de esta reliquia en el Castillo Alcázar, en Caravaca en fecha 3 de mayo de 1232. Justo en esa época los musulmanes tenían el control de ese territorio, liderados por el sayid almohade de Valencia, Abu-Zeit.

Como era de esperarse, muchos de los cristianos que habitaban previamente el lugar eran prisioneros. Uno de ellos, era el sacerdote Ginés Pérez de Chirinos, cuya labor había sido predicar el evangelio a los lugareños.

Dentro de su cautiverio, los detenidos fueron entrevistados por el sayid, quien se interesó en saber sus oficios, por lo que el sacerdote explico que su labor era oficiar la santa misa, habitualmente. Esta práctica despertó la curiosidad del musulmán, quien le pidió que celebrara su ritual dentro de sus costumbres, proporcionándole todos los enceres necesarios para ello.

Una vez traídos los instrumentos desde Cuenca, el sacerdote iba a proceder a dar inicio a la liturgia en el salón principal del Alcázar. Pero, se percató que aún faltaba un elemento muy importante, un crucifijo, símbolo fundamental para oficiar la celebración.

Fue en ese momento que por la ventana del salón entraron dos ángeles que transportaban en sus manos un «lignum crucis» que colocaron sobre el altar. Inmediatamente, se dio inicio al ceremonial dejando anonadados a los presentes, a tal punto que, el sayid y toda la corte se bautizaron luego de este acontecimiento.


Importancia de la Cruz de Caravaca

Analizando la importancia simbólica de su leyenda podemos destacar varios aspectos. En un principio, la aparición de la cruz en manos de dos ángeles revela la relevancia de ese elemento como reliquia católica, siendo un leño de la cruz en la que Cristo fue crucificado. En ese caso, los ángeles no solo son transportadores de esta prensa sagrada, también actúan como protectores de la misma y eso lo podemos observar en diseño del relicario donde en lo sucesivo se custodiaría la cruz original.

El relicario que contiene tan valiosa reliquia tiene por nombre «stauroteca» cuyo significado es: lugar o depósito de la Cruz. Su forma es originaria de Oriente, de la cultura sirio-bizantina y usualmente, se encuentra escoltada por dos ángeles guardianes en los laterales.

Se estima que la Orden del Temple se asentó en Caravaca entre el 1266 y el 1312. Constituyendo una amplia red entre territorios y castillos del sector. Así mismo, su presencia guarda relación con esta reliquia debido a que Jerusalén constituye su primera sede, siendo la región caravaqueña uno de los últimos lugares donde se estableció la Orden, cuando se encontraba casi extinta en Oriente.

La historia relata que para 1344 el rey Alfonso XI cede Caravaca a la Orden de Santiago junto con la fortaleza y custodia de la Cruz, siendo encomendado su protección durante casi seis siglos. Desencadenando desde la época, el reconocimiento oficial por parte de la Iglesia hacia la Cruz de Caravaca que dio como resultado la extensión de bulas donde se concedían privilegios e indulgencias a los peregrinos que adoraban la reliquia mediante su visita a la Capilla de la Vera Cruz.

Entre muchos de los ejemplos que pueden ser citados de esta práctica tenemos: la bula del Papa Clemente VII en 1392, siendo un texto muy particular por ser emitido por un Papa de Avignon (Francia) durante el cisma de Occidente, periodo en el cual, la fe cristiana se encontraba dividida bajo el liderazgo de dos Papas, uno en Francia y otro en Roma.

Más tarde, los papas Clemente VIII en 1597, Paulo V en 1606, Alejandro VIII en 1690 y Clemente XI en 1705, también concederían bulas en torno a la cruz caravaqueña. Para concederle el máximo honor del Culto de Latría en 1736, con el cual se permite su adoración de la misma forma en la que se le rinde culto a Dios.

Este reconocimiento va acompañado de su carácter genuino, por el que es llamada desde la Edad Media como: la Vera Cruz de Caravaca, es decir, la verdadera cruz. Haciendo una distinción sobre gran cantidad de reliquias no reconocidas por la Iglesia que aparecían por diferentes lugares en una época de constante peregrinaje.

Su mayor popularidad es alcanzada para 1492, luego de eliminar la frontera con Granada, lo cual, permitió que se realizara una vertiginosa difusión de su culto y adoración haciendo que creciera considerablemente su fama, precedida por un culto afianzado en más de 250 años previos.

Estos hechos, acompañados del posicionamiento de la monarquía española y su proyección hacia occidente, afianzando el dominio español bajo los reinados de los Reyes Católicos: Carlos I, Felipe II y los reyes posteriores de los Austria o la dinastía de Habsburgo, fomentó la visita de diversas órdenes religiosas, que llegarían a fundar hasta monasterios en Caravaca inspirados en su devoción al leño sagrado.

Es así que nobles, religiosos misioneros, residentes, y peregrinos trasladaron su fe, incluso, más allá del continente, llegando hasta América y al resto de Europa, así como, a otras órdenes. Hasta que la desaparición del conflicto provocado por Oriente dejó atrás las contiendas con los musulmanes, dando paso a un periodo en el que prevaleció la devoción y la labor evangelizadora de la Cruz, adquiriendo cada vez más sentido litúrgico y milagroso.

A partir de ese momento, el carácter peregrinante de la Cruz se estableció oficialmente y se concedieron jubileos especiales a los visitantes de su ermita, dando paso a nuevos rituales, a la construcción de su Santuario y las celebraciones en su honor llenas de marcada alegoría y esplendor, llegando a ser reconocida en gran cantidad de países de todo el mundo.

Usos de la Cruz de Caravaca

Usos de la Cruz de Caravaca
  • Como amuleto: al ser considerada una reliquia sagrada, debido a su antigüedad y profundo simbolismo se le atribuye la capacidad de albergar gran energía, otorgando resguardo ante todo tipo de males, protegiendo los hogares y sus integrantes, repeliendo las malas vibraciones y los daños, atrayendo las bendiciones, el desenvolvimiento y brindando prosperidad. Además, se encarga de limpiar el aura y proteger el espíritu del portador, retornando las malas energías a su lugar de origen.
  • Como presente: aproximadamente, desde el siglo XVI en Caravaca, se tiene la costumbre de utilizar la Vera Cruz como un oportuno regalo. En un principio era costumbre de las Monjas Carmelitas. De hecho, en fecha anterior, para 1576, se tiene documentación en la que la santa de Ávila señala en una carta a la madre María de San José, priora del convento de Sevilla, que recibió una Cruz de Caravaca como regalo de las monjas del lugar.
  • Como símbolo de amor y fe: portar una Cruz de Caravaca desde los primeros pasos de nuestra vida, hasta los últimos instantes, así como, utilizarla como símbolo de una declaración sentimental, desde sus inicios ha sido un reflejo de los sentimientos más sinceros entre las personas; este es también uno de los usos más comunes de esta valiosa prenda religiosa.

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Oración a la Cruz de Caravaca

«¡Oh poderosa y milagrosa Cruz de Caravaca!

Bajo tu abrigo me amparo colmado de tu majestuoso influjo, lleno de fe en que tu fortaleza llenará mi vida de tal manera que he de repeler de mí todo mal o enfermedad que me aseche, así como, derrotadas serán todas las desdichas que me afligen.

¡Oh, Cruz de los cielos! Tú que representas la potestad del bien, por lo tanto, nos libras de toda maldad.

A tus pies me postro suplicante de la bendición del Dios Padre, y del Dios Hijo, para que sea escuchado mi ruego, que es realizado desde mi corazón azotado por la pena, pero lleno de amor hacía el Señor. Bajo tu protección Cruz Divina, encomiendo mi salud.

Sé tú mi guía Santa Cruz de Caravaca, para poder recorrer los senderos de esta Tierra. Ilumíname en mi andar, resguárdame de los peores momentos, no permitas que el peligro me arrope, sobre todo en mis momentos de debilidad.

¡Oh Santa Cruz bendita! A ti te suplico, que seas mi amuleto, donde guardo lo más preciado, la bendición de Dios, para que ella se mantenga siempre en mi vida, y así pueda estar bien, sano, lúcido, próspero y lleno de paz.

No permitas Vera Cruz, que mi fuerza de voluntad merme, para que pueda dirigirme siempre a buen destino bajo los preceptos de las enseñanzas de Cristo Redentor.

Damos gracias hoy y siempre a Dios Todopoderoso, pues, es único y misericordioso, nos cobija con su amor eterno e inagotable, permite la apertura de nuestros caminos, es calma y sosiego de nuestras angustias. Plenos estamos de tu clemencia y compasión, la cual sentimos en nuestros corazones al portar tu relicario bendito, al cual nos confiamos.

Gracias Jesucristo, digno eres de todas las alabanzas, amor puro, sacrificado, expiación de nuestros pecados, bendición eterna, fuerza de vida, bendición incalculable.

¡Oh Santa Vera Cruz!, ante ti me inclino y deposito a tus pies mi más grande preocupación (hacer petición), te pido encarecidamente que guíes mis acciones y me ayudes a obtener mis propósitos. Protégeme de las traiciones y de ms contrarios, guárdame para poder avanzar por caminos de dicha y bendición.

En ti confío, a ti me entrego, bajo tu cuidado me quedo hoy y por los siglos de los siglos. Amén».

Rezar Padre Nuestro, Ave María y Gloria.


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