Oración a San Luis Beltrán para ensalmar y quitar el mal de Ojo
La Oración a San Luis Beltrán es un rezo muy conocido tanto por católicos como por practicantes de otras culturas espirituales, incluso esotéricas. Su popularidad se debe a que sus invocaciones gozan de gran efectividad para el alivio de dolencias, enfermedades, brujerías, conjuros, maldiciones y sobre todo para curar el mal de ojo, y demás daños causados por la envidia.
«Glorioso San Luis Beltrán; protector de las criaturas de Señor, médico de las almas. Tú que siempre has estado preocupado por dolencias, los sufrimientos y las enfermedades del prójimo. Reconoces a todos como tus hermanos sin importar su raza, su credo, o su color, porque tu misericordia y amor fraternal es una gracia que te acompaña y con la que enalteces al Señor.
Tus abnegadas acciones te han valido el reconocimiento de todos tus devotos, como un sanador de tantos males que agobian a los seres encarnados en este plano físico.
Es por ello que cargada/o de fe, te imploro a través de mi plegaria que tomes posesión de los asuntos de mi vida para que sea revocado todo el mal que me ha sobrevenido.
¡Oh San Luis Beltrán! Bendecido estas en el nombre de la Santísima Trinidad desde que anduviste en esta Tierra.
El Padre, el Hijo, el Espíritu Santo están contigo, habitan en ti, desde el principio de tus días hasta la eternidad. Amparadas están tus buenas acciones en la virgen María, símbolo de pureza y santidad. Imploro entonces, apegándome a tu reconocida bondad y piedad, que me liberes de cualquier espíritu oscuro de baja vibración, demoníaco y malévolo que pudo haberse asentado sobre mi espiritualidad.
Misionero incomparable, predicador del evangelio, y ejemplo de la palabra de Dios en sus propias acciones, te suplico que me purifiques de todo mal.
Bendito San Luis Beltrán, conviértete en el escudo que me protege de toda envidia, con el que los malintencionados no me pueden ver. Neutraliza las energías oscuras producto del mal de ojo, y no permitas que la imposición de esas bajas entidades me genere atraso, la muerte o la enfermedad.
Emana sobre mi cuerpo físico y espiritual tus vibraciones sanadoras, no permitas que me arropen los daños, ni accidente, ni herida, ni enfermedad. Afianza mi salud, la de mi familia y la de mis bienhechores.
Querido San Luis Beltrán, santo de mi devoción, escúchame. No permitas que mis enemigos logren sus maquinaciones sobre mí, que bajo ninguna circunstancia puedan perjudicarme y que sean vencidos, así como tu venciste a todas esas fieras que en tu camino se cruzaron.
San Luis Beltrán en tus manos coloco mi salud y todos mis asuntos, para que a tu lado pueda combatir cualquier vicisitud que se me pueda presentar. Gracias por tu infinita compasión, acompáñame hoy y siempre. Amén».
¿Quién es San Luis Beltrán?
Luis Beltrán nació en Valencia, España. Fue, un dominico que cumplió con labores de misionero en América en la época de la colonización. Su historia cuenta que desembarcó en Cartagena de Indias y se desempeñó en la zona del Bajo Magdalena. Para 1568 fue nombrado Prior del convento de Santo Domingo, en Santa Fe de Bogotá.
Se dice que era un férreo opositor de la crueldad, la ambición y las injusticias que los oficiales reales realizaban sin escrúpulo durante la ocupación y la conquista de esas tierras. Se manifestaba abiertamente en desacuerdo por la opresión a los indígenas, convirtiéndose en una figura nada agradable para los mandatarios de la época.
Pero, modificar aquello era muy difícil, ya que, la corona era la que tenía el control, y sus funcionarios actuaban con total autoridad sin importar las consecuencias de sus acciones, por lo tanto, su trabajo de misionero muchas veces se veía obstaculizado. Después de tanto luchar, decide irse a Europa luego de muchos conflictos con las autoridades, donde incluso se cree que, debido a sus múltiples enfrentamientos con los conquistadores intentaron asesinarlo en repetidas ocasiones. El Papa Paulo V lo beatificó en 1608 y Alejandro VII le declaró Patrono del Nuevo Reino de Granada, lo que se conoce en la actualidad como: Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá.
Leyenda de San Luis Beltrán
No cabe duda que la vida de Luis Beltrán generó un gran impacto en su época, manteniéndose esa admiración hasta la actualidad, ya que, goza de gran cantidad de devotos de diferentes lugares del mundo y de distintas religiones o prácticas espirituales.
Su leyenda señala que poseía dones especiales, algunos afirman que era un santo con poderes mágicos, lo cuales, le permitía realizar actos prodigiosos. Entre sus historias cuentan que, en varias oportunidades puso fin a las sequías únicamente con recitar una oración; una vez, con solo extender una bendición a un árbol hizo que diera frutos de forma inmediata; otra historia cuenta que caminó sobre las aguas de la Ciénaga de Manzanillo.
Pero eso no queda allí, también se dice que en un momento en el que quería hacerle entender a un funcionario real en Usiacurí que todos sus beneficios, incluso su comida, eran producto del sacrificio de la sangre de los indígenas explotados, exprimió las arepas preparadas para la comida de aquel hombre, y de ellas brotó un chorro de sangre que manchó la mesa que estaba servida.
Acciones como esas, hicieron que se ganara la antipatía de los colonizadores, quienes intentaron envenenarlo con un brebaje altamente letal, pero Beltrán comenzó a vomitar intensamente hasta que de su boca salió una serpiente, luego de eso, recobró la salud; en otra ocasión un esclavista quiso matarlo disparándole, pero al momento de apretar el gatillo su arcabuz se convirtió en un crucifijo. De hecho, este milagro suele ser representado en muchas gráficas en su honor.
No conforme con todo lo antes mencionado, se cuenta que Beltrán en más de una oportunidad neutralizó ataques de fieras, extinguió incendios y sanó enfermos con empuñar su rosario. Tenía un poderoso don de comunicación, se hacía entender con gran facilidad en otras lenguas, por ejemplo, podía predicar en español, pero los indios le entendían en su propio idioma.
¿Qué se le pide a San Luis Beltrán?
Las oraciones de San Luis Beltrán suelen ser utilizadas para solicitar su ayuda en situaciones como:
- Buscar la sanación de todo tipo de dolencias, enfermedades naturales o espirituales.
- Solucionar conflictos causados por la envidia.
- Revocar todo tipo de males.
- Trasmutar espíritus negativos y entidades de bajas luces alojadas en una persona.
- Para curar el mal de ojo.
- Solucionar conflictos donde se cometen injusticias.
- Desarrollar una mejor comunicación.
- Evitar ser perjudicado por nuestros enemigos.
- Para tener abundancia y no falte el alimento.
Oración a San Luis Beltrán para ensalmar
Esta oración para ensalmar en muy poderosa y efectiva. Es una de las más populares invocaciones a Luis Beltrán. Es posible acompañarla con una rama de alguna hierba amarga y de despojo, como por ejemplo la ruda, un vaso de agua y una vela blanca, que se pasarán en forma de cruz sobre el cuerpo de la persona que se desea sanar, cada vez que la oración lo indique con el símbolo «+».
«Criatura de Dios, yo te conjuro y bendigo en el nombre de la santísima Trinidad Padre, + Hijo + y Espíritu Santo + tres personas y una esencia verdadera y de la Virgen María Nuestra Señora Concebida sin mancha del pecado original. Virgen antes del parto + en el parto + y después del parto + y por la gloriosa Santa Gertrudis tu querida y regalada esposa, once mil Vírgenes, señor San José, San Roque y San Sebastián y por todos los Santos y Santas de tu Corte Celestial.
Por tu gloriosísima encarnación + gloriosísimo Nacimiento + Santísima Pasión + gloriosísima Resurrección + Ascensión: por tan altos y Santísimos misterios que creo y con verdad, suplico a tu divina Majestad, poniendo por intercesora a tu Santísima Madre abogada nuestra, libres, sanes a esta afligida criatura de esta enfermedad, mal de ojo, dolor, accidente y calentura y cualquier otro daño, herida o enfermedad.
Amen Jesús.
No mirando la indigna persona que prefiere tan sacrosantos misterios con tan buena fe te suplico Señor, para más honra tuya y devoción de los presentes, te sirvas por tu piedad y misericordia de sanar y librar de esta herida, llaga, dolor, tumor, enfermedad, quitándole de esta parte y lugar. Y no permita tu divina majestad, le sobrevenga accidente, corrupción, ni daño, dándole salud para que con ello te sirva y cumpla tu santísima voluntad.
Amen Jesús +
Yo te curo y ensalmo, Jesucristo Nuestro Señor Redentor te sane, bendiga y haga toda su divina voluntad.
Amen Jesús. Consumatum Est + Consumatum Est +. Amen Jesús».
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Oración a San Luis Beltrán para el mal de ojo
El mal de ojo se conoce como un fenómeno espiritual en el que una persona tiene la capacidad de producir daño, mala suerte, desgracias, enfermedades e incluso hasta podría provocar la muerte a través de su mirada. Algunos producen este efecto con toda su intención, aunque otros lo hacen sin disposición a hacerlo, solo surge de forma natural. Por su parte, la persona afectada se dice que ha sido «ojeada, que le echaron mal de ojo, o el ojo encima», razón por la cual, necesita ayuda espiritual para librarse de esa situación.
El procedimiento para quitar el mal de ojo suele ser el uso de las oraciones apropiadas, en este caso, las oraciones de San Luis Beltrán gozan de gran aceptación porque son muy poderosas y efectivas. Suelen acompañarse de elementos como: tres gajos de albahaca (cada uno de un tipo distinto), una copa de agua, una vela que encendida y un crucifijo.
Al igual que en la oración anterior cuando se reza esta oración y aparece el símbolo «+», debe hacer la señal de la cruz sobre el cuerpo de la persona o en el área que se desea mejorar.
«La bendición de la Santísima Trinidad me acompañe y me fortalezca hoy y siempre. Imploro el permiso de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, para invocar la ayuda de los santos y santas de la corte celestial, en especial la San Luis Beltrán, experto revocador de la enfermedad y los daños espirituales producidos por los entes de maldad.
Sobre estos tres gajos de hierba imploro tu presencia, emana aquí tu fluido de sanción. San Luis Beltrán, eres tú quien sanas todo tipo de daño siempre con la bendición de Dios.
Que tu fluido espiritual se fusione con estos elementos de la naturaleza logrando aprovechar al máximo sus propiedades sanadoras, atrayendo la salud, la fortaleza, el vigor, el aliento, el ánimo y la energía, cargada de la influencia divina a partir de ahora, en todo momento, y hasta la eternidad, por los siglos de los siglos.
Criatura de Dios Todopoderoso, en nombre del Santísimo yo te sano, te ensalmo, te bendigo, te santiguo y te resguardo bajo la protección del Padre + el Hijo + y el Espíritu Santo +. Yo te cubro, te envuelvo, y te sello con la sangre de Nuestro Señor Jesucristo y el poder de los ángeles, y arcángeles de la corte celestial.
Yo te arropo con el manto sagrado de Nuestra Señora, la Santísima Virgen María +, ejemplo de pureza y paz.
Yo te purifico en nombre de los santos y las santas de la corte celestial, Santa Ana, san José, y en especial en nombre de San Luis Beltrán que vence todas las batallas espirituales que se le pongan al frente, pues su espíritu es salud, es tranquilidad, es reposo y felicidad.
¡Oh glorioso San Luis Beltrán! Tú que a cuanto enfermo miraste, misericordia sentiste y su cuerpo sanaste, con tan solo el uso de tu rosario bendecido por la Santísima Madre, protectora nuestra, te imploro que pongas tu mano milagrosa sobre esta criatura de Dios +, para que sea sanada de todo el mal que le ha sido impuesto de forma natural o postiza.
Revoca todo mal de ojos, malestar, conjuro, llaga, accidente, enfermedad, y cualquier otro daño o herida. Por tu poderosa intercesión ha quedado sanada, y por la gracia de Nuestro Señor Jesús + ha sido bendecida esta criatura que con profunda fe y devoción clama por su recuperación.
En nombre de Dios yo te ensalmo + en el nombre del Hijo te resguardo + y en nombre del Espíritu Santo te levanto + liberándote por la intervención de San Luis Beltrán de todo mal o daño de este mundo, o del mundo espiritual. Rogando que hoy y siempre sea arropado con el manto espiritual de la buena salud, siendo un ejemplo de la gloria de Dios. Amén».
Oración de San Luis Beltrán contra todo mal
«Dios Redentor, Creador del Cielo y la Tierra. Señor Jesucristo, Dios Hijo, sacrificio de amor. Espíritu Santo, llama ferviente de la esencia de Dios. Santísima Trinidad, a ustedes clamo su bendición en este ahora y en este momento en el que invoco la presencia de San Luis Beltrán, en compañía de todos los santos del cielo, para que me impregnen con su luz redentora y de sanación.
Te pido, glorioso San Luis Beltrán que tomes posesión de mis asuntos, lléname de tu sabiduría para conducirme por los senderos más apropiados para mi éxito y evolución. No me permitas caer en errores por imprudencia, por impericia o por ignorancia. Hazme prudente, sabio/a, comedido y oportuno en mi manera de reaccionar.
Extirpa de mi ser cualquier sentimiento de maldad, para servir a Dios de la mejor manera, y poder aspirar a la gracia eterna en el momento que me corresponda regresar a los pies del creador.
Cuídame San Luis Beltrán, de todos mis contrarios, no permitas que triunfen sobre mi persona las malas intenciones de mis enemigos, conocidos o desconocidos. No dejes que sufra engaño, trampa, traición, ni falsedad. Aléjame de los falsos y de los desleales.
Trasmuta de mi ser cualquier tipo de maldición de este mundo o del otro, quiebra cualquier hechizo, brujería, magia negra, mal de ojo, enviación, amarre, separación, maleficios, enfermedad física, enfermedad espiritual, vicio o descontrol. Que queden alejados de mí todos los conflictos, la envidia, los chismes, los enredos, la difamación, los celos y la arrogancia.
Poderoso San Luis Beltrán, destierra toda maldad de mi vida, arrójala al fuego del infierno, para que nunca pueda volver a perjudicarme jamás, ni a mí, ni a ningún otro ser.
Que la sangre de nuestro Señor Jesucristo me cubra, vigente hoy y siempre como símbolo de salvación, haz sanando mi alma, te sacrificaste por todos nuestros pecados. Líbranos de cualquier maldición y de cualquier malestar, que la energía de los seres de oscuridad no pueda habitar bajo ningún concepto en mí. Revocado ha sido a partir de este mismo momento todo el mal. Que la bendición de San Luis Beltrán y Dios Todopoderoso nos acompañe en todo momento. Amén».
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Oración para quitar maldiciones ancestrales con San Luis Beltrán
«Señor, Dios de misericordia, Padre amado, permite que tu siervo San Luis Beltrán me asista en el ruego que elevo en tu nombre.
¡Oh San Luis Beltrán! Ante ti me presento con el corazón abierto para pedirte que me ayudes a sanar y a revocar mis enfermedades espirituales y las maldiciones que pueda estar arrastrando de esta vida, de las anteriores y de mi linaje.
Intercede ante Dios para que mis pecados sean perdonados, así como sean perdonados los pecados de todos mis familiares que se encuentran terrenalizados o se encentran en el mundo espiritual esperando la redención en Dios.
En mi nombre, y en el nombre de mis ancestros, suplico tu ayuda San Luis Beltrán. Revoca con tus poderosas virtudes toda la asechanza y la autoridad que han tomado los bajos espíritus, las entidades de baja vibración y los demonios en mi línea sanguínea.
Ahora mismo, en nombre de mi fe, y en compañía de San Luis Beltrán extirpo, destruyo y deshago toda autoridad y derecho que se le ha dado a Satanás en cualquiera de nuestras generaciones, librándonos de cualquier maldición que se haya trasmitido de generación en generación.
Purifico y ensalmo mi linaje con la fortaleza y el poder de San Luis Beltrán en el nombre de Jesús.
¡Oh Señor! Dios de piedad, aparta tanta inmundicia de nosotros, libera nuestra descendencia. San Luis Beltrán, aboga por el perdón y la redención de mi linaje. Que seamos dignos de la salvación emanada de sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
Glorioso San Luis Beltrán, extiende tu mano para librarme a mí, a mis antepasados, y a las generaciones futuras de todas esas pestilencias, maldiciones, conjuros, brujerías, magia negra, hechizos de luna, pecados, y daños que nos han marcado de generación en generación.
A partir de este momento y de esta santa hora decreto, sentencio y pacto con mi Dios, el Dios verdadero que, gracias a la intervención y sanación de San Luis Beltrán, toda maldición heredada ha quedado sin poder, sin derecho, sin influencia sobre mi vida, y la de mi generación.
Toda maldición de enfermedad hereditaria ahora se desaparece, se destruye, no volverá a prosperar nunca más. En el poder del Espíritu Santo me amparo, con su llama eterna nos ensalmo, a partir de ahora somos un linaje bendecido por Dios y los Santos. No le daremos cabida a maldición alguna, nuestra generación está sana, consagrada, bendecida y protegida por nuestro Señor Jesucristo.
Entra en nuestra casa Dios Todopoderoso, que ha sido iluminada por la intervención de San Luis Beltrán, y no permitas que vuelva a habitar en nosotros nada oscuro.
Hemos sido sanados de toda enfermedad física y espiritual, porque Dios reina en nuestro cuerpo, mente, alma y corazón. Llena nuestra vida de tu presencia, bajo la guía del santo patrono de mi familia y mi hogar, San Luis Beltrán. A tus pies me postro, lleno/a de agradecimiento y humildad, porque lo malo se ha roto y no tendrá cabida en nosotros nunca jamás. Quédate conmigo y dentro de mí, Dios Santo. Gracias te doy por atender a mi llamado. Gracias te doy por esta liberación. Gracias por permitir que San Luis Beltrán me asista como es costumbre. Ha quedado pactado, ha quedado sellado, que así sea, así es, así será. Amén».