Oración a Santa Elena de la Cruz

Oración a Santa Elena de la Cruz

La oración a Santa Elena de la Cruz resulta una invocación bastante eficaz, por cuanto, activa la energía de esa poderosa santa que, resulta muy eficiente para la protección de nuestros bienes físicos, espirituales y sentimentales más preciados. Sus devotos tienen plena confianza en que, al pronunciar sus oraciones, ese llamado propicia que ella salga al encuentro de quien le ora con fe, ayudando sin reparo a los más necesitados.

¿Qué se le pide a Santa Elena?

Los devotos de Santa Elena suelen solicitar su ayuda en las siguientes situaciones:

  • Es conocida como la patrona de los casos difíciles, por lo tanto, se le hacen plegarias para que interceda ante las causas más complicadas que atravesamos y en las que no encontramos salida por nuestros propios medios.
  • Interviene favorablemente para la conservación de la unión de los matrimonios, y se le solicita su ayuda en situaciones de conflictos de parejas o divorcios.
  • Es una excelente protectora de sus seguidores y de todos los desamparados.
  • Ayuda a repeler y a disipar las malas energías y las bajas vibraciones.

¿Cómo rezarle oraciones a Santa Elena de la Cruz?

La primera recomendación para hacer la oración a Santa Elena de la manera más efectiva consiste en que, mientras más compleja sea la situación, lo mejor será repetir la oración durante varios días, por lo general, al menos durante 9 días seguidos.

Esto no quiere decir que la Santa no escuchará nuestros ruegos si se realizan una sola vez, pero, si lo hacemos de forma consecutiva podemos hacer nuestra oración mucho más intensa y elevar su energía. Esto, se relaciona sobre todo con la petición que se le realiza a la santa.

Por ejemplo, si deseamos proteger nuestros espacios, nuestra casa, el hogar, la familia o el matrimonio, puede rezarse la oración de protección a Santa Elena diariamente, de esa forma, a través de nuestra devoción obtenemos su protección.


Oración a Santa Elena de la Cruz

Oración a Santa Elena

«¡Oh querida Santa Elena! Tú que por tu inmensa fe fuiste al monte del calvario hasta conseguir los tres clavos y al encontrarlos los trajiste. A tu hijo Constantino uno se diste; al mar lanzaste el otro para la salud de los navegantes, dejando solo uno en tus manos bendecidas por haber tocado los clavos con los que clavaron a nuestro Señor. Hoy no me atrevería a pedirte ese clavo, pero, si te ruego que me lo prestes un instante, para con el clavar en el corazón de (nombre del ser amado) escarbando hasta el lugar donde se halla su sosiego y su paz, para que, junto a esos sentimientos me encuentre yo, y así me convierta en su calma y su felicidad.

Espíritu de la luz, tú que alumbras entre la oscuridad de las almas, a ti te imploro que ilumines el corazón de (nombre del ser amado) para me recuerde en todo momento y en todo lugar, que desee compartirlo todo conmigo y a mi lado quiera estar, que no me someta al abandono, ni por su voluntad, ni por la voluntad de otros.

Santa que conoce la tristeza de la separación, a ti te pido que no permitas que (nombre del ser amado) tenga reposo ni descanso, hasta que a mi lado venga a dar, y que la unión, el amor y la estabilidad se establezca entre nosotros, siendo un amante fiel, cariñoso y amoroso, cual manso cordero, que a mi lado permanezca y que nadie lo detenga, pues, ahora mismo lo llamo por el poder de Santa Elena (nombre del ser amado) te digo: ven, ven, ven, que a mí será la única a la que has de responder.

Por Santa Elena te conjuro, en cuerpo, alma y espíritu, mío has de ser (nombre del ser amado) ven hasta mí porque yo te llamo, yo te magnetizo, y yo te domino, pues tres veces repito:

No habrá silla donde te puedas sentar, ni cama donde te logres acostar, ni pensamiento de calma hallarás, hasta que rendido/a hasta mis pies a mi lado te vengas a quedar.

No encontrarás silla donde te puedas sentar, ni cama donde logres reposar, ni idea de paz atinarás, hasta que rendido/a hasta mis pies a mi lado te vengas a quedar.

No existe aposento donde te puedas sentar, ni lecho donde te logres recostar, ni sentimiento de felicidad hallarás hasta que rendido/a hasta mis pies a mi lado te vengas a quedar.

Así ha quedado sellado y pactado, que así sea, así será. Amén».


Oración corta de Santa Elena

«¡Oh querida Santa Elena! A ti te imploro, pues eres ejemplo de fe y devoción, sabes lo que duelen los pesares, lo que atormentan las angustias el corazón, pero, también sabes lo que es fortaleza y luchar con fervor. Tú que no descansaste mientras buscabas la cruz de Cristo, te imploro que me colmes de la misma paciencia que te caracteriza para poder enfrentar los contratiempos que tenga en mi vida, ampárame con tu protección, e intercede en mi nombre ante Cristo Nuestro Señor, para que pueda encontrar a su lado la paz, el perdón y la vida eterna. Amén»


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Oración a Santa Elena de la Cruz por el matrimonio

«¡Oh Santa Elena de la Cruz! Tú que eres tan diligente en los asuntos del amor, cuidas los corazones de los enamorados que padecen por no poder tener a su lado al ser amado. A ti, con todas mis fuerzas te imploro que me ayudes a conservar mi matrimonio, por el que tanto he luchado y en el que tanto he construido.

Por eso acudo a ti, gloriosa Santa Elena, porque gozas de la bendición de Dios, y eres escuchada en el reino de los Cielos. Te imploro intercedas ante Jesús misericordioso, de quien gozas de especial gracia por haber conseguido el lugar donde se hallaba la santísima Cruz de la salvación con la que redimió a todos los hombres.

Por la profunda fe que tuviste en los altísimos misterios de la pasión y muerte de Dios Hijo, y por su preciosa Sangre que fue derramada para remedio de nuestras almas. Santa Elena de la Cruz bendita, a ti te invoco a través de mi ruego, óyeme, atiéndeme, mírame, y ampárame.

Suplicante ante ti, Santa Elena, cristiana de corazón, protectora y abogada de tus devotos y de los creyentes de la palabra del Señor, rogamos los que sufrimos por problemas sentimentales, ya que, al atravesar estas penosas circunstancias no encontramos llenos de dolor y desesperación.

¡Oh Santa Elena! Te suplico que te encargues de esta situación que me embarga y me sobrepasa (hacer petición), porque a tus pies confío que podré recuperar las ganas de vivir, ya que, tanta agonía me ha robado hasta el sueño.

Por eso ruego a Dios Todopoderoso, para que sea verdaderamente efectiva la mediación de Santa Elena ante el reino de los Cielos, y de esa manera poder alcanzar la felicidad plena, la unión y el amor dentro de la vida matrimonial.

¡Oh piadosa Santa Elena! Ante ti comparecemos los humildes, los devotos y los que creen en la misericordia de Dios, porque desesperadas son nuestras suplicas, pero compasiva es tu protección, por eso no dejas que nuestros corazones se quebranten con el abandono o el desamor.

A tu bondad me apego Santa Elena, esperando que tu mano piadosa toque mi hogar, mi alma y la de mi esposo/a (nombre del ser amado) trayendo contigo el alivio y el remedio a tantas dificultades por las que justo ahora estamos pasando dentro de nuestra relación marital.

Santa Elena bendita, a tus pies dejo mi plegaria, a la espera que materializadas sean mis súplicas, y esperanzada/o en que, así como ayudaste a tantas personas en la Tierra, me ayudes desde el Cielo. Te encomiendo el cuidado de mi hogar y de mi ser amado. Amén».

 Rezar un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria.


Oración a Santa Elene de la Cruz para pedir protección.

«Gloriosa Santa Elena, amada, admirada, y sublime devota de Cristo. Tú fuiste bendecida por Dios para traer al mundo al hombre que se convertiría en el gran promotor de la religión católica. Pues dentro del imperio Romano proclamó la fe en el Hijo de Dios, siendo bendecida una vez más con la dicha de conseguir el santísimo madero de la Cruz donde Jesús padeció, pero, también salvó a todos los hombres.

A través de ti, piadosa Santa Elena, imploro poder alcanzar la fortaleza inspirada por la fe en Nuestro Señor Jesucristo que tanto te caracteriza. Pues ejemplo de fe y de amor es lo que tú eres Santa Elena, por eso fuiste reconocida como Augusta por tu hijo, y amada de tal manera que, tomados en cuenta fueron tus consejos en beneficio de todos los cristianos.

Acércanos entonces, de la mejor manera posible hasta Cristo Redentor, para que sellados con su sangre purísima seamos protegidos de todo el mal que asecha en este mundo, que la injusticia, la traición, la muerte prematura, la enfermedad, la revolución, los conflictos, y los contratiempos no puedan dañarnos ni perjudicarnos de ninguna manera, pues resguardados estamos ante tu mirada protectora y la de Dios Todopoderoso.

San Elena bendita, te encomiendo con especial fervor la protección de mi familia, de mis amigos, de mis seres queridos en general, y de todos mis benefactores, pues todo aquel que bien me haga también ha de estar presente en mis plegarias en todo momento.

¡Oh Santa Elena! Tú que soportaste tantos años de abandono y colmada de la inspiración divina te refugiaste en la pureza y en la oración te apartaste de la vida mundana, de esa misma forma te suplico me apartes de todos mis enemigos, de mis contrarios, opositores, envidiosos, hipócritas y traidores, para que cubierto por tu amor nada malo me toque.

Magnífica Santa Elena, con el solo hecho de invocarte yo siento la plena confianza que me has rodeado a mí y a los míos de tu divina luz de protección. Pues tu abrazo de madre cuida a todos los creyentes de la verdad del Padre. Es por eso que con regocijo y felicidad proclamo que me he de ver libre de atadura, enfermedad, y maldad de cualquier naturaleza, porque contigo camino hoy y siempre Santa Elena. Gracias hoy y todos los días de mi vida. Amén».

Oración para el amor a Santa Elena de la Cruz

«¡Oh Santa Elena! Tú que iluminada por la gracia de Dios llegaste hasta el monte del calvario, y con gran atino tres clavos trajiste y solo con uno de ellos te quedaste, en nombre de mi devoción hacia ti, de este profundo amor que siento por (nombre del ser amado), y de la inmensa fortaleza que no cabe duda que tienes, te suplico que me lo prestes por un instante para clavar la petición de mi oración en el corazón de (nombre del ser amado), y que de allí no pueda salir jamás.

Poderosa Santa Elena, ante ti me postro para suplicar tu intervención ante la pena de mi corazón, no me dejes sufrir abandono, agonía ni desesperación, tráeme entonces a (nombre del ser amado) de regreso ante mí, y si a mi lado no ha de volver de inmediato, que no tenga calma, ni reposo hasta que conmigo se pueda encontrar.

Gloriosa Santa Elena, te ruego que, así como tres templos levantaste en nombre del Señor, así levantes y fortalezcas el amor entre (nombre del ser amado) y yo (decir su nombre), que se afiance y se estabilice de tal manera nuestra relación que hasta el templo vayamos a parar y en matrimonio nos unamos en paz, amor y felicidad.

Amorosa Santa Elena, es amor lo que ante ti suplico, pues mis intenciones hacia (nombre del ser amado) son sinceras, cargadas de buenos sentimientos, con aspiraciones de formar una unión sana, donde reine el respeto, la fidelidad, la lealtad y la comunicación. Por eso te imploro intervengas para que (nombre del ser amado) aleje de su mente todos los pensamientos negativos hacia mí, tanto los propios como los infundados por chismes y calumnias de personas que nos quieran separar.

Que sea tu voluntad Santa Elena, la que venza el mal e imponga el amor ante esta causa que me urge y me desespera. Ha quedado sellado y clavado dentro del corazón de (nombre del ser amado) por tu divina intercesión. Que así sea, así es, y así será. Amén».


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Oración a Santa Elena para alejar amantes

«Gloriosa Santa Elena, compasiva y bondadosa siempre fuiste, has sido, y lo serás por siempre. Suplicante de esa bondad aquí me encuentro a tus pies, pues buscar tu consuelo es la única esperanza que me queda ante la desolación que me embarga.

Te pido encarecidamente Santa Elena que, abogues por mi dentro de las causas que tu proteges, para que me ayudes a revertir este sufrimiento y esta pena que ha invadido mi hogar, mi corazón y toda mi vida. Solo mi fe en ti me levanta, pues las esperanzas de las manos se me van, sóplame con tu aliento divino para que influenciada por tu energía pueda tener fortaleza para luchar y paciencia para esperar que toda esta vicisitud pase.

Querida Santa Elena, también te encomiendo la razón de mi mayor angustia, que es la separación y los conflictos sentimentales que tengo con (nombre del ser amado). Aleja de nosotros todos estos problemas que estamos atravesando, socórreme para que podamos reconciliar nuestras diferencias y derrotar todos los motivos que han perjudicado nuestra unión, sobre todo aleja de nuestras vidas a las terceras personas que pretenden interponerse entre nosotros.

Que (nombre de la amante) no logre destruir mi relación con (nombre del ser amado) te lo pido Santa Elena, revoca su mala intención, porque con motivos innobles se ha inmiscuido en una relación que antes era estable, quebrantando la paz, la felicidad, la tranquilidad y el amor.

Gloriosa Santa Elena, permite por tu piedad que la armonía entre (nombre del ser amado) y yo, regrese a nuestras vidas, auxíliame te lo suplico. En tus manos entrego mi causa y mis angustias y con la bendición de Dios aguardaré a que se materialicen mis plegarias gracias a tu misericordiosa intervención. Dios te guarde en su gracia hoy y siempre querida Santa Elena. Amén».


¿Quién es Santa Elena de la Cruz?

¿Quién es Santa Elena de la Cruz?

Para comenzar debemos comprende que solo el nombre de Santa Elena anuncia la importancia de su misión en la Tierra, pues Elena significa: «antorcha resplandeciente», y no cabe duda, que ella resplandecería en la historia de la fe católica, convirtiéndose en una santa del reino de los Cielos debido a sus destacadas acciones.

Su nacimiento se calcula para el año 270 a.C. en la ciudad de Bitinia, cerca del sur de Rusia, en las adyacencias del Mar Negro. Se dice que resaltaba por su especial belleza, cualidad que impactó al general Constancio Cloro, quien era un reconocido líder del ejército romano, uniéndose ambos en matrimonio, del cual nació un hijo varón llamado Constantino, que marcaría considerablemente la historia de los cristianos.

Elena, destacó en primer lugar por ser la madre del emperador que les otorgó la emancipación a los cristianos, luego de haber sufrido durante 3 siglos la persecución por sus creencias. Además, se le atribuye haber encontrado en Jerusalén la Santa Cruz de Cristo, pero ¿cómo logró llegar tan lejos? Veamos…

Cuenta la historia que luego de un tiempo de casada con Constancio, Maximiliano, quien era el emperador de Roma para el momento, le ofreció a su marido un cargo como colaborador de suma confianza, pero para acceder a ello debía repudiar a su esposa Elena y casarse con la hija del emperador.

Constancio accedió a la petición de Maximiliano, abandonando durante 14 años a Elena. Ella, abatida por esta decisión se dedicó a una vida santa y concentrada en la castidad. Constancio, terminó convirtiéndose en emperador luego de la muerte de Maximiliano, y más tarde, Constantino ocuparía su cargo como sucesor de su padre.

Su liderazgo tiene momentos muy sobresalientes como la victoria obtenida contra los enemigos en el puente Milvio en Roma, donde se relata que Constantino había tenido sueños donde veía la cruz de Cristo, quien le anunciaba que gracias a su signo vencería sus batallas. Esta premonición y el avasallante triunfo, más la inspiración ofrecida por su madre, fueron algunas de las razones por la que decidió decretar que la religión católica tendría libertad plena en el imperio Romano a partir del año 313.

Verdaderamente, Constantino sentía un profundo amor hacía su madre Elena, a quien nombró Augusta o emperatriz, dándole atribuciones para que pudiese realizar las obras que deseara y disponer del dinero del imperio como ella quisiera.

Elena, que había conocido la palabra de Dios y convertida al cristianismo, decidió irse a Jerusalén donde en compañía de una cantidad de trabajadores, se dedicó a excavar en el lugar donde se ubicaba el monte del Calvario, encontrando la cruz en la cual habían crucificado a Jesucristo, es por esa razón que en sus imágenes siempre la representan con una cruz en la mano.

Más allá de la historia de cómo Elena se convirtió en la madre del emperador, las acciones que la hicieron acceder hasta el trono de Dios se relacionan con su profunda fe en Cristo, con sus labores para encontrar su Cruz, con la que incluso, consiguió grandes milagros.

Además, Santa Elena se caracterizó por ser una mujer muy sencilla, que se relacionaba con los más necesitados y ayudaba a todo el que podía a través del dinero que podía conseguir gracias a su hijo, con un comportamiento extremadamente piadoso, y una ferviente devoción hacia Dios, de hecho, se dice que duraba muchas horas en el templo rezando. Entre sus obras en Tierra Santa destaca la construcción de tres templos: uno de ellos en el Calvario; otro en el monte de los Olivos; y el último, en Belén.

En fin, la vida de Santa Elena se centró en la santidad, en las buenas obras hacía los más pobres, y en labores a favor de la religión, de esa misma forma, vela desde el Cielo por los que necesitan de su ayuda.


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