Oración a San Ignacio de Loyola para protección y alejar todo lo malo
La oración a San Ignacio de Loyola, quien fuera el fundador de la Compañía de Jesús, mejor conocidos como «los jesuitas», es una invocación muy poderosa, debido a la gran influencia que ejerce este santo para alcanzar objetivos de suma dificultad, de hecho, se le atribuyen milagrosas intervenciones en causas consideradas imposibles.
«¡Oh San Ignacio de Loyola! Fervoroso peregrino que inspirado en el amor de Dios fundaste la Compañía de Jesús. En nombre de Dios Todopoderoso te invoco, abogado y protector mío.
San Ignacio de Loyola, tú que gozas de la dicha de haber entrado al reino de los cielos, siendo salvado con la sangre de Cristo Redentor, convertido en un sincero cristianos de pensamiento, palabra y obra. Tus virtudes son exaltadas por nosotros, que somos tus devotos de fe.
Tú que combatiste a los enemigos de la Iglesia, defendiste y defiendes aun los preceptos de Dios, no te cansas de honrar y glorificar a Dios Nuestro Señor. Te imploro amado hermano, santo bondadoso, que me ayudes a alcanzar la divina piedad. Ayúdame a gozar de la gracia de mi Señor Jesucristo, acompañado con la bendición de la inmaculada Madre María, para que cargado de tu luz puedan ser perdonadas mis culpas, y los errores que me han hecho caer en tentación.
Distinguido héroe de la penitencia, San Ignacio de Loyola, tú que fuiste escogido entre la multitud para ser inspirado por la propia Madre del Hijo de Dios. De combatir la guerra con el hombre, pasaste a batallar la guerra de las asechanzas del demonio, que sin descansar intenta día a día, minuto a minuto, segundo a segundo, perjudicar la obra de Dios y a las criaturas de la creación, más no triunfará, porque apegados estamos los creyentes en la fe y en la verdad del Creador.
San Ignacio de Loyola, espejo de humildad y prudencia, con gran regocijo aprecio las virtudes de las que gozas y la gracia de la que fuiste envestido por el Señor, sobre todo esa inmensa piedad que te caracteriza y con la que cuidas y proteges a tus devotos. Es por eso que te imploro.
Te imploro San Ignacio de Loyola, que gracias a tu intercesión pueda contar con tu protección contra todo mal, tanto físico como espiritual. Que tu ayuda me valga para alcanzar con toda seguridad la bendición de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Para que inmerso en la gracia divina pueda vencer todo espíritu maligno, ente oscuro, de baja vibración, hasta el mismo demonio, que vaga por la Tierra conspirando para tratar de alcanzar la perdición de las almas.
La gloria es para nuestro único y verdadero Padre y Creador, Dios Nuestro Señor, que nos bendice con la guía de espíritus puros como San Ignacio de Loyola, que nos defiende con esa fuerza espiritual con la que resguardaba y preservaba la fe en Cristo desde su tránsito en esta Tierra.
Te pido querido San Ignacio, que tu influencia no me falte, sé tú, mi amparo, mi inspiración, porque en tu compañía no he desistir de mi propósito, que es el buen vivir en esta encarnación, manteniéndome dentro de los preceptos de Dios y luchando contra las tentaciones del pecado. Está escrito que, la lucha no es contra la carne y la sangre, es contra los espíritus perversos, las milicias y soberanías de maldad. Es por ello que nace mi oración, el clamor de tu cuidado y tu salvaguarda. Podrán ser miles, o millones las legiones del mal y sus representantes en la Tierra, pero, a mí no llegará mal alguno, porque sellado me encuentro por la sangre del cordero, y me he de ver libre del mal, gracias al Salvador.
Prodigioso San Ignacio de Loyola, en ti confío, a tu custodia me entrego, sabiendo que me encuentro bajo la voluntad de Dios, y todo lo que Él desee que se manifieste en mi vida será bueno, confortable y perfecto para mí. Por eso te agradezco San Ignacio, por estar siempre a mi lado, por amparar siempre a tus devotos y por liberarme de todo mal, por ser mi escudo ante los enemigos, por cuidar de mí y de mi familia, y por tus grandes actos de bondad, por eso y mucho más eres merecedor de la gloria eterna del Padre.
Amén».
¿Quién es San Ignacio de Loyola?
Su nombre de pila fue Iñigo López de Loyola, más tarde se dio a conocer como San Ignacio de Loyola. Su nacimiento ocurre 24 de diciembre 1491, en un castillo de Loyola, en Guipúzcoa, País Vasco ubicado al noroeste de España.
Su niñez y juventud fue rodeada de lujos, formado en las costumbres cortesanas de la Edad Media, cuando en el continente europeo se iniciaba el Renacimiento, viviendo esa época en todo su esplendor.
Aproximadamente a los 25 años, Ignacio se enroló en el ejército. En una oportunidad, participando en una batalla en 1521 sufrió una herida de bala en su pierna derecha, que le incapacitó durante varios meses. El periodo de recuperación se hizo bastante largo para Ignacio, sin embargo, en el reposo comenzó a leer diversos libros religiosos, conociendo a Cristo e interesándose más en toda su obra. Esto inspiró una conversión profunda dentro del futuro santo, que a partir de ese momento dedicó su vida por completo al servicio de Dios.
Su historia cuenta que una noche, mientras se recuperaba de su lesión, se manifestó frente a él la presencia de la Virgen María, rodeada de una luz brillante, dándole consuelo y alentando a Ignacio para continuar por el camino que apenas comenzaba a transitar. Al recuperarse, realizó una peregrinación, que sirvió de inspiración para la confección de su libro de los «Ejercicios Espirituales», que hasta la época ha sido muy influyente en la iglesia católica y sus seguidores. Su vida religiosa fue muy dedicada, de hecho, San Ignacio de Loyola siempre estuvo inspirado por la vida de los santos, por lo que con gran humildad trataba de seguir sus pasos de la mejor manera posible.
¿Qué se le pide a San Ignacio de Loyola?
A San Ignacio de Loyola sus devotos suelen pedirle su intervención en situaciones relacionadas con:
- Protegerse contra maleficios, maldiciones, conjuros, brujerías y hechicerías.
- Repeler el asedio del demonio y sus entidades malévolas.
- Resguardar el hogar, el trabajo, o el negocio.
- Cuidar a los soldados heridos, a los veteranos y a todo el que debe ir a la guerra a luchar.
- Acompañar a los devotos durante sus retiros espirituales y la búsqueda de la trascendencia espiritual.
- Ayudar a encontrar amores verdaderos.
- Mantener buenas finanzas.
- Alejar personas no deseadas de nuestras vidas.
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Oración milagrosa de San Ignacio de Loyola
Se recomienda realizar esta milagrosa oración a San Ignacio de Loyola utilizando agua bendita para reforzar la bendición que se quiere alcanzar. Luego de realizada, derramar el agua donde se desea que San Ignacio obre en su ayuda.
«¡Oh poderoso San Ignacio de Loyola, invoco tu presencia hoy más que nunca en mi vida, porque seguro/a estoy que eres un guerrero incansable en las batallas de los hijos de Dios que estamos en esta Tierra.
Valiéndome de la gracia de Dios y de esta agua bendita, te imploro que intervengas para que todo aquello que me perjudique sea derrocado de mi camino, que mis pasos sean firmes y que los obstáculos no detengan el andar de mis pies hacia mi destino.
Provéeme de tu gracia San Ignacio de Loyola, para que, llevadas mis oraciones ante Dios por tu inmaculada piedad, todo lo que sea impregnado con este líquido sagrado sienta y viva la presencia de Dios.
Cuídame San Ignacio de Loyola, no permitas que la desgracia, la enfermedad, los conflictos y las grandes vicisitudes se alojen en mi vida, y si alguna tribulación como la que vivo ahora mismo tengo que pasar, que sea momentánea, que su paso sea temporal, y que gracias a tu compañía tenga la fortaleza para enfrentarla y sobrellevarla hasta salir de ella (hacer petición y explicar a San Ignacio para que se va a usar el agua).
Tus devotos bien sabemos que tú has sido bendecido por Dios Nuestro Señor, y desde luego, su palaba tiene mucho poder, con solo gozar de su gracia tienes la dicha de la entrada al reino de los cielos, desde allí te suplico que implores porque se materialice el milagro que tanto anhelo.
A ti clamo, para que tú guía me acompañe y proteja tanto de día como de noche. Posa tú también tus manos sobre esta agua bendecida, para que donde sea regada, allí impere tu caridad y llegue la resolución de mi causa.
Colma mi vida y mi hogar de tu presencia San Ignacio de Loyola, porque de esa forma podré repeler cualquier persona de mala voluntad que se acerque a mí o a mi hogar. Que la desesperación, la tristeza, el llanto, y la ansiedad que hoy me acompañan, salgan de una vez y por todas de mi vida, para hallar en ti, esa paz que tanto anhelo y que he perdido entre tantas situaciones de agobio y preocupación.
San Ignacio de Loyola, gracias por recibir tu causa en mis manos, con firmeza esperaré que el milagro de la ayuda divina se manifieste en mis asuntos, en ti confío, porque eres energía de amor que purifica y protege con el resguardo de Dios. No me desampares jamás. Amén».
Oración a San Ignacio de Loyola para alejar personas
«En nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, solicito la ayuda de San Ignacio de Loyola, a quien llamo cargado/a de humildad y fe, para encomendar en sus benditas manos los asuntos que hoy me preocupan enormemente.
Ante ti, expongo sin rodeos ni disimulo mi situación, porque devoto/a tuyo/a soy y confío en tu poderosísima intercesión. Entre tantas cosas que a diario debemos enfrentar en la vida, ahora mismo me agobia mucho más que, mis enemigos se han multiplicado, y lo peor de ello, es que ahora me rodean. Por lo tanto, vivo a la expectativa de encontrarme en una situación desagradable, conflictiva, o incluso peligrosa, a la vuelta de la esquina.
San Ignacio, acudo a ti porque necesito encontrar la solución a mis conflictos. Tengo la certeza que en ti hallaré la fuerza para continuar, porque eres bastón que levanta y que defiende ante las guerras físicas y espirituales.
A partir de este momento, en el que te he conferido el control de mi causa San Ignacio, decreto que todo espíritu de maldad que se levante en mi contra será detenido. Cualquiera que venga en mi perjuicio con envidia, propiciando chismes, difamaciones hacia mi persona, y cualquier mala intención o maquinación, será anulado de inmediato.
Cubierto/a con el escudo de San Ignacio de Loyola, no se acercarán a mí los ingratos, falsos, traidores, envidiosos, conflictivos, y todo el que me quiera dañar. Aleja de mi vida a todos esos personajes que, sin duda alguna, le han ofrecido al demonio su corazón como morada. Si mi enemigo viene por un camino, entonces que yo transite por otro.
Me declaro libre de toda cercanía de la maldad en mi vida y a ti te entrego mi causa (hacer petición y decir los nombres de las personas que quiere alejar). Por el poderoso nombre de Cristo y San Ignacio de Loyola, queda sellado con la sangre del cordero de Dios todo mal que pudiese asecharme y atacarme. Amén».
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Oración a San Ignacio de Loyola para alejar malos vecinos
«¡Oh piadoso San Ignacio de Loyola! Tú que fuiste motivo de inspiración divina para congregar a tus hermanos en nombre de Dios, convirtiéndose en los Jesuitas. Tú que reúnes a los que comparten la fe y buscan la bienaventuranza de vivir bajo los preceptos de Dios, a ti te pido que de esa misma manera me ilumines para acercarme y atraer solo a personas que compartan esa visión de vida, donde la bondad y los buenos principios predominen sobre todas las cosas.
Así mismo, te suplico mi querido San Ignacio de Loyola que, alejes de mi a toda persona que viniese con maldad, con envidia, con egoísmo, con chismes y cualquier otra actitud que me genere perturbación, pues cada día que pasa mi entorno se hace más hostil, y temeroso/a camino entre tantas adversidades que me generan los enemigos que alguna vez se hicieron llamar amigos.
Acudo a ti San Ignacio de Loyola, como tu fiel devoto a implorarte humilmente que me ayudes a solucionar los conflictos que tengo a mi alrededor. Ayúdame a detener la negativa influencia e indeseada presencia de algunas personas que para mí desdicha visitan mi hogar. Detenlos San Ignacio, para que no se inmiscuyan en mis asuntos, mucho menos, que puedan perjudicarlos, que no invadan mi privacidad, ni que sus opiniones o comentarios puedan generarme cualquier tipo de problemas.
San Ignacio bendito, emana tu fluido de calma, tolerancia e inteligencia ante situaciones críticas, para que bañado/a en tu energía logre desarrollar la sabiduría necesaria para resolver esta situación que me agobia, porque sin darme cuenta he sido abrumado/a por la desagradable presencia de estos malos vecinos en mi vida, de tal manera, que afectan hasta mi vida privada (hacer petición).
Por tu divina intervención en este asunto te estaré por siempre agradecido/a, llevando tu nombre en alto donde quiera que me encuentre porque eres un santo altísimo en tu piedad y tu misericordia. Paciente aguardaré mientras intercedes ante Dios para concederme la gracia que te pido, y así pueda volver la paz y la tranquilidad a mi vida y a la de los míos. Amén».
Aprende como rezar la Oración ven a mí
Oración a San Ignacio de Loyola para remediar problemas urgentes
«Con la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Invoco la compañía sagrada de San Ignacio de Loyola, tú insigne creyente, que fuiste bendecido por la presentación de la Madre de Dios, inspirando en ti la más profunda fe que te llevó a defender la palabra de Dios desde ese momento y por el resto de tu vida, a ti te llamo para implorar tu auxilio ante mi desesperación.
Tú, que fuiste auxiliado por la Virgen María cuando en cama padecías las heridas de la guerra, en el momento más oportuno fuiste bendecido por el consuelo divino e inspirado a continuar.
Tú, que peregrinando encontraste las respuestas a las interrogantes de este mundo, gracias a la compañía de Dios en cada uno de tus pasos.
Por toda esa gracia con la que el divino Padre te colmó, hoy te imploro que te pongas en mi lugar, porque bien sabes lo que es tener una preocupación urgente, y que sea respondida directamente por el Creador. Hoy, la urgencia la tengo yo San Ignacio, y a tus pies clamo tu socorro (hacer petición).
Seguros estamos los que creemos de corazón que, tú, San Ignacio, por ser un ferviente ministro de la iglesia tanto en la Tierra como en el cielo, emanas caridad e inspiras esperanza al desdichado, no abandonas al necesitado y defiendes al desvalido, honrando como siempre el nombre de Dios. Por eso ruego tu auxilio, esperando que diligentemente puedas llevar mis peticiones frente al trono del Santo Padre, para materializar con su aprobación y tu heroica ayuda la solución de mi causa que tanto me agobia y me desespera.
Me apego a ti San Ignacio de Loyola, anclado/a en la fe y contando con tu protección, sé mi compañero y mi guía por todos los caminos, para que con tu ayuda pueda convertirme en un peregrino del bien, viviendo conforme a la voluntad de Dios, encontrando en la otra vida la bienaventuranza del perdón de mis pecados y poder gozar de tu presencia en el reino de los cielos. Amén».
Rezar un Credo, un Salve, un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Oración a San Ignacio de Loyola contra el demonio
«San Ignacio de Loyola, Bendito defensor de la iglesia y de la fe en Cristo Nuestro Señor. Protector de los creyentes y de la palabra de Dios, tú que viviste en la opulencia e inmerso en las actividades mundanas, casi mueres por defender la causa de los hombres, siendo bendecido con salud para servir a la causa del Creador, convirtiéndote en guardián de la verdad y de la bondad.
A ti, gran protector de las asechanzas del demonio, te imploro que con tu escudo valeroso me resguardes ante las tentaciones de los espíritus malévolos que desean desviarnos de los caminos del Señor. Fortalece mi fe y mi entereza, porque ante la desdicha, a veces somos débiles y los entes oscuros aprovechan para instalar en nuestros corazones la desesperación y el agobio que nos hace ser presa de los errores.
Ilumíname con tu energía San Ignacio, para que la esperanza recargue mi ánimo y no flaqueen mis ganas de luchar, que amparado en tu amor y el de Dios logre alcanzar mis objetivos sin que las influencias demoniacas puedan triunfar sobre mi mente, mi cuerpo, mi corazón o mi espíritu.
Líbrame de la oscuridad, de la confusión y de la duda. Bendíceme, para alcanzar la gracia de Dios, y triunfante amparado/a en tu sombra me alce en su nombre, sobre las batallas que día a día luchamos contra el mal los que terrenalizados estamos. Llévame siempre de tu mano. Amén».
Oración a San Ignacio de Loyola para casos difíciles
«¡Oh glorioso San Ignacio de Loyola! General de la fe, soldado de la causa de Cristo, tú que atento nos escuchas cuando suplicantes clamamos la ayuda del Padre ante los casos más difíciles y desesperados.
Te suplico San Ignacio, que me otorgues el privilegio de contar con tu intercesión ante el Dios Padre para que mi causa sea atendida y solucionada, pues difícil está que por mis propios medios yo logre salir de esta adversidad que me agobia, me entristece y me desespera (hacer petición).
A tus pies vengo con mucha fe y esperanzado/a, pues por la urgencia de mi caso tengo la certeza que atenderás con premura mi llamado, te suplico que no me abandones ante esta gran necesidad, sé mi consuelo y mi bastón ante tanta tribulación y sufrimiento.
Por mi parte, te prometo San Ignacio de Loyola, recordar siempre este gran favor y honrar tu nombre como fiel devoto tuyo, amigo/a y seguidor. Amén».